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El profesor Roubini usa el sofisma como herramienta para convencer a legos en la tecnología Bitcoin
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Miles de millones de dólares han sido invertidos en la tecnología Bitcoin en menos de una década
El pasado 21 de octubre, el profesor Pedro Palma publicó un tuit recomendando la lectura de un artículo de Nouriel Roubini, economista y profesor en la Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York, denominado “La gran mentira del Blockchain” publicado originalmente en el sitio web Project Syndicate.
Como pareciera indicar en su tuit que el profesor Palma comulga, o al menos simpatiza, con las opiniones expresadas por el Sr. Roubini en su artículo, me voy a permitir revisar, a la luz de los hechos que han ocurrido en el mundo empresarial y financiero relacionados con bitcoin y su tecnología subyacente, mal llamada blockchain, las aseveraciones que el Sr. Roubini ha expresado.
La tecnología Bitcoin, desarrollada originalmente para crear un sistema de dinero digital entre iguales, logra superar las dos principales limitaciones de los proyectos previos fallidos de crear una moneda digital, al no necesitar de un tercero de confianza para asegurar la realización y validez de las transacciones y eliminar el riesgo de doble gasto.
La seguridad y la confianza se construyeron en la red a través de funciones de encriptación y la cadena de bloques (que se replica en cada nodo de la red), que aseguran la inmutabilidad de los datos e impiden su manipulación intencional, mientras que la realización y validez de las transacciones, la eliminación del doble gasto, se logró con un protocolo de consenso, denominado Prueba de Trabajo, ejecutado por una red descentralizada de ‘mineros’ que garantizan la verificación de todas y cada una de las transacciones, empaquetadas en bloques que se atan a la cadena, por una contraprestación de dinero digital o bitcoin.
El profesor Roubini usa deliberadamente el sofisma como herramienta para convencer a incautos y legos en la tecnología Bitcoin. Esto es: usa hechos reales indiscutibles y del dominio público para crear un manto de sospecha, distorsiones y falsas conclusiones sobre aspectos técnicos y económicos de las criptomonedas y la tecnología Bitcoin, con las que pretende engañar o confundir al lector, aderezado todo con comentarios fuera de lugar, frases rimbombantes y una profunda ignorancia acerca del funcionamiento de esta tecnología para figurar en los medios como un paladín del status quo. Veamos:
- Cierto: El valor del bitcoin se derrumbó “en alrededor de un 70% respecto del pico alcanzado a fines del año pasado, …” y “… El valor de las líderes, como Ether, EOS, Litecoin y XRP, se redujo en todos los casos más de 80%, miles de otras monedas digitales se derrumbaron entre un 90 y un 99%”.
- Falso: Lo que no se puede asegurar es que las criptomonedas “… restantes quedaron expuestas como simples fraudes”, tanto por ser una generalización sin fundamento como por la falta de presentación de pruebas de tal fraude. La realidad es que la continuidad de tales proyectos se desconoce. Además, para darle contexto a esa realidad del mercado, habría que agregar que el precio de bitcoin tocó por primera vez los $1.000 el 3 de febrero de 2017 y durante todo el 2018 se ha mantenido sobre los $6.000 y la capitalización del mercado de todas las criptomonedas para aquella fecha superaba ligeramente los $19 mil millones y durante 2018 se ha mantenido holgadamente sobre los $200 mil millones.
- Cierto: La tecnología Bitcoin es la más “super promocionada” de la historia de la humanidad. Quizá no de la historia de la humanidad, pero si esta super promocionada.
- Falso: Pero considerar esta tecnología, sin argumentación alguna, como la menos útil de la historia de la humanidad es, cuando menos, un insulto a la inteligencia de los millones de seguidores de la tecnología, los bitcoiners, y en particular de cada uno de los CEO de, por lo menos, los 100 principales bancos del mundo, quienes han autorizado inversiones de I&D en esta tecnología por varios miles de millones de dólares hasta la fecha, de mercados bursátiles globales como Intercontinental Exchange, Nasdaq, NYSE, para solo mencionar el sector financiero.
Otro aspecto que parece olvidar el Sr. Roubini es el de cómo las tecnologías van siendo incorporadas a los negocios y a la vida diaria de las personas. La tecnología Bitcoin cumple, en los próximos días, diez años de vida y ya miles de millones de dólares han sido invertidos en ella. Desde la invención del transistor hasta sus aplicaciones prácticas pasaron varias décadas de investigación y desarrollo en los países industrializados, hasta ser hoy parte inseparable de nuestras vidas. - Cierto: Existe una “… masiva centralización del poder de las criptomonedas en sus “mineros”. “Un pequeño grupo de empresas (en su mayoría situadas en ‘bastiones de la democracia’ como Rusia, Georgia y China) controlan entre dos tercios y tres cuartos de toda la actividad de criptominería.”
Si bien en el caso de bitcoin la concentración de la minería es cierta, también es cierto que se vive un proceso de desconcentración de ella, tal como se publicó CriptoNoticias en el artículo La Descentralización de la Minería en Bitcoin llega Naturalmente. - Falso: Decir que “… todas suben rutinariamente los costos de transacción para aumentar sus abultados márgenes de ganancias”, demuestra un desconocimiento profundo de cómo funciona la tecnología, pues son los usuarios y no los mineros, los que establecen las comisiones transaccionales o de red, como también se les conoce, para que los mineros atiendan sus transacciones preferentemente ante una congestión de la plataforma, y sean agregadas a la cadena de bloques antes que el resto, que ofrecen menores comisiones.
Estas comisiones en el caso específico de la red Bitcoin, solo en una oportunidad, y por un tiempo no mayor a un mes, han llegado a ser altas, sobre los $20, (inferior aún a la comisión que cobran los bancos por operaciones transfronterizas) producto del alto volumen de transacciones y al lento proceso de creación de bloques, unos 10 minutos por bloque. Pero, una vez desplegada la Propuesta de Mejora del Testigo Segregado (Segregated Witness) del equipo de desarrollo de Bitcoin Core, un equipo de especialistas respaldados por el MIT, la congestión cesó y las comisiones bajaron de nuevo por debajo de $1. - Falso: Señalar que “al parecer, los fanáticos del blockchain pretenden que confiemos en cárteles anónimos no sujetos a legalidad alguna, en vez de bancos centrales e intermediarios financieros regulados” es, de nuevo, el manejo del sofisma como herramienta para confundir incautos y legos de la tecnología. Los entes reguladores de varios países solo han emitido regulaciones sobre el funcionamiento de los operadores del mercado de capitales, las cripto bolsas de valores centralizadas y plataformas de ICO que operan con criptoactivos, para resguardar los intereses de los inversionistas y usuarios de tales plataformas de trading, como debe ser y era de esperarse. Pero sobre la tecnología Bitcoin en sí, no hay ninguna regulación, ni se necesita, pues como plataforma es inmutable, inhackeable, confiable y libre del riesgo moral de un tercero de confianza (bancos centrales e intermediarios financieros regulados).
Organismos como la SEC de EE UU, la Agencia de Servicios Financieros de Japón, la Comisión de Servicios Financieros de Corea y los reguladores financieros de China (Banco del Pueblo incluído) han establecido sobre las bolsas de criptoactivos nuevas regulaciones o asimilado a las ya existentes, por lo que este parecer del profesor Roubini no se ajusta a la realidad. - Falso: El profesor Roubini dice “Unos pocos actores interesados, hombres y blancos (pues prácticamente no hay mujeres ni representantes de minorías en el universo del blockchain) haciéndose pasar por mesías de las masas empobrecidas, marginadas y no bancarizadas del mundo, pretenden haber creado de la nada miles de millones de dólares de riqueza.” La infeliz expresión de ‘hombres y blancos’, que suena a ‘racismo antirracista’, no tiene relación alguna con la tecnología Bitcoin. Lo que sí hay que decir es que hay evidencia sólida de que esta esta tecnología abarata drásticamente los costos transaccionales y reduce los tiempos de las transferencias transfronterizas de días a minutos, dándole a esas “… masas empobrecidas, marginadas y no bancarizadas del mundo” la esperanza de recibir sus remesas casi instantáneamente y casi sin costo.
Respecto a su señalamiento de que “… prácticamente no hay mujeres ni representantes de minorías en el universo del blockchain”, aunque nada tiene que ver con el asunto que nos ocupa, se puede decir que sí, efectivamente hay pocas mujeres en la cripto industria, pero las pocas que se conocen ocupan posiciones de liderazgo en sus empresas, empresas estas que, a su vez, tendrán un impacto determinante en el desarrollo futuro de esta tecnología, como Lightning Labs, desarrolladora de la propuesta Lightning Networks, la cual habilita los micropagos en la plataforma Bitcoin y su escalación a centenares de miles de transacciones por segundo, cuya CEO y cofundadora es Elizabeth Stark, una de las personas más influyentes de la industria. CriptoNoticias hizo algunos reportajes sobre varias de éstas mujeres que se pueden conseguir en su artículo Blockchain se Escribe con Nombre de Mujer. - Falso: Al señalar que “… los desarrolladores tienen poder absoluto para actuar como juez y jurado”, el Sr. Roubini muestra una vez más su desconocimiento del funcionamiento de la tecnología Bitcoin, pues para que una Propuesta de Mejora de los desarrolladores se implemente, requiere la aprobación de la mayoría de los Mineros y de los Usuarios, pues, de otra forma, la propuesta queda huérfana, al extender los mineros la cadena de bloques original, desechando la actualizada.
El caso de la Propuesta de Mejora del Testigo Segregado (Segregated Witness) del equipo de desarrollo de Bitcoin Core, es un ejemplo por demás elocuente de cómo funciona el sistema de gobernanza de la red Bitcoin. Más de un año después de realizar la propuesta, se alcanzó el consentimiento del 95% del poder de cómputo de los mineros y de la mayoría de los usuarios, implementándose a nivel de nodos y mineros, aunque a nivel casas de cambio y aplicaciones aún no llega a 60% de implementación, un año después. Los pocos que no estuvieron de acuerdo con la propuesta escindieron la red, hicieron una bifurcación, que dio origen a Bitcoin Cash. - Falso: El profesor Roubini señala que “Cuando alguno de sus pseudocontratos “inteligentes” (y llenos de errores) falla y se produce un hackeo a gran escala, se limitan a cambiar el código y “bifurcar” (fork) la moneda que fracasó para convertirla en otra por obra de mero arbitrio, lo que revela que todo el sistema “confiable” era indigno de confianza desde el inicio.” De nuevo el sofisma, la manipulación de los hechos y el desconocimiento de la tecnología. El profesor confunde la tecnología, la plataforma, con una DApp o aplicación distribuida. En palabras simples, confunde un sistema operativo, digamos Windows o Mac OS, con una aplicación, digamos Excel, Word o PowerPoint que corre en ella. Es decir, no sabe de lo que está hablando.
El Proyecto DAO (Organización Autónoma Distribuida), el cual corría sobre la plataforma Ethereum, fue hackeado en junio de 2016 por un bug en su código, y se hurtaron unos US$60 millones. Para recuperar el dinero, la mayoría de los actores del ecosistema Ethereum (Mineros, Usuarios, Desarrolladores y Exchanges), aprobaron realizar una bifurcación dura (hard fork), se hizo, se recuperaron los fondos y se mantuvo la moneda original, el Ether. Los miembros del ecosistema en desacuerdo con el hard fork, asumieron la cadena huérfana y llamaron a la nueva moneda de su plataforma Ethereum Classic. Fin de la historia.
Es pertinente señalar que la actualización (upgrade) de la tecnología Bitcoin se realiza mediante forks, bifurcaciones, y sean estas soft fork o hard fork, dan siempre origen a una cadena principal y a una cadena secundaria o huérfana, según sea el caso de que se siga construyendo, agregando bloques, o no en ella. En consecuencia, es una característica de esta tecnología la ejecución de forks para mejorarla. - Falso: El Sr. Roubini dice que “… las “tecnologías de registro distribuido” (DLT) corporativas que algunas empresas usan en la práctica, no tienen nada que ver con el blockchain. Son sistemas privados, centralizados y mantenidos en una pequeña colección de registros controlados.” Me perdonan pero esto no es más que otro sofisma. El que una tecnología la use el sector público o una empresa privada no le resta méritos a la tecnología, ni la transmuta en otra cosa distinta; es como si la tecnología de imágenes por resonancia magnética al ser usada en clínicas privadas dejara de ser la misma que se usa en hospitales públicos, por favor.
Respecto a la diferenciación implícita que hace el profesor Roubini entre DLT y blockchain, le recomiendo la lectura del excelente paper ‘Beyond the Hype: Blockchains in Capital Markets‘ de McKinsey & Co para que aclare los términos. - Falso: El profesor Roubini insiste en confundir el mercado de criptoactivos con la tecnología Bitcoin, cuando señala “Ahora que los inversionistas minoristas, que entraron engañados al mercado de criptomonedas perdieron hasta la camisa, los vendedores de humo que quedan están sentados sobre pilas de riqueza falsa que desaparecerán al instante en cuanto intentan liquidar sus “activos”. En general, todos los poseedores de criptomonedas tienen mayor valor acumulado en sus monederos hoy que hace año y medio, antes de la subida vertiginosa del mercado, al menos 1.000% más que entonces. Nadie ha perdido la camisa.
- Falso: El profesor Roubini dice que “En cuanto al blockchain en sí, no hay institución alguna bajo el sol (banco, corporación, organización no gubernamental u organismo público) dispuesta a poner su balance o su registro de transacciones, negocios e interacciones con clientes y proveedores en sistemas de registro públicos, descentralizados, horizontales (peer to peer) y accesibles a cualquiera sin permisos.” Sofisma y más sofisma. Y entonces ¿para qué los miles de millones de dólares en I&D por parte de los bancos? Precisamente para superar las “deficiencias” que para ellos significa usar la tecnología tal cual está. Ese es el proceso natural de la adopción de las tecnologías. Se toma lo que nos ayuda a avanzar y se desecha o se adapta lo que no es conveniente.
En contraposición a los bancos, la propiedad de la tecnología Bitcoin de registro público y accesible a cualquiera sin permiso, es ideal para la prestación de servicios del Estado, como los Registros y Notarías, sobre la cual ya los gobiernos de Ucrania, Japón, Suecia, Reino Unido y Ghana, por mencionar algunos, desarrollan pruebas de conceptos, y ya algunos tienen un Producto Mínimo Viable. Otro uso, basado en esta propiedad, es el que pretende el Gobierno de Brasil para las contrataciones públicas y reducir la corrupción.
Como conclusión de todo lo visto hasta ahora, el profesor Roubini debería echarse un viajecito hasta Boston, MA, al MIT y reunirse con los miembros del equipo de desarrollo de Bitcoin, para que en sus próximas conferencias, audiencias ante el Senado de EE UU y artículos en prestigiosas revistas de finanzas tenga argumentos y pruebas convincentes para hablar de la “mera hoja de cálculo Excel o base de datos con otro nombre” que es la tecnología Bitcoin, y no pretender confundir y engañar a su audiencia con sus burdos sofismas.
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