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Detrás de las últimas regulaciones en Argentina se encuentran dos responsables: el FMI y los bancos.
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La medida del BCRA cierra una puerta de acceso para las personas que más necesitan de Bitcoin.
Adam Dubove es columnista de CriptoNoticias, puedes ver todas sus publicaciones aquí.
Las nuevas regulaciones del Banco Central de Argentina (BCRA) sorprendieron a toda la industria fintech en torno a bitcoin (BTC) y criptomonedas. La medida, tal como estaba redactada, podía interpretarse que cualquier empresa registrada como “proveedor de servicios de pagos (PSP)” en el Banco Central no podía “realizar” o “facilitar” operaciones con bitcoin, criptomonedas o derivados de estos. Tal situación podría haber afectado varios servicios que los PSP le proveen a fintechs cripto.
Hubiese sido una medida extrema del BCRA impedir la emisión de tarjetas prepagas, y tarjetas de débito, la posibilidad de recibir depósitos en cuentas personalizadas, o el pago de servicios desde las aplicaciones de estas fintechs. Al final, resultó ser una medida extrema, pero contra los dos gigantes del ecosistema de pagos en Argentina, Ualá y MercadoPago.
Tal como reportó CriptoNoticias en noviembre de 2022, Ualá fue la primera fintech no orientada a bitcoin y criptomonedas que permitió a sus usuarios operar estos activos como si fuesen activos financieros. La empresa que lidera Pierpaolo Barbieri tiene más de 1,2 millones de usuarios activos.
La otra que estaba en la mira con esta resolución es MercadoPago, la fintech de MercadoLibre. MercadoPago no había lanzado ningún producto “cripto” para sus 5 millones de usuarios en Argentina, como sí lo hizo en Brasil, México y Chile.
Una «guerra» contra bitcoin y las fintechs
La medida, por sí sola, no tiene mucho sentido. La posibilidad de poder comprar bitcoin, o stablecoins atadas al dólar estadounidense (la moneda preferida por una mayoría de argentinos), era un producto que podía canalizar parte de la demanda de dólares en sus variadas cotizaciones libres de intervención gubernamental. Para entender esta medida del Banco Central hay que retrotraerse un año atrás.
La clave está en la renegociación del acuerdo que llevó adelante Argentina con el Fondo Monetario Internacional y su anuncio del 3 de marzo de 2022. La cronología es fácil de seguir.
Dos meses después de la firma de aquel memorándum que “desincentiva el uso de criptomonedas con una perspectiva de prevención de lavado de dinero, informalidad y desintermediación…”, Galicia, uno de los bancos con mayor cantidad de clientes del país, anunció que iba a permitir a sus clientes obtener exposición a criptoactivos desde su cuenta bancaria. El neobanco Brubank hizo un anuncio similar unas horas después.
Tres días después de los anuncios, el BCRA les prohibió a los bancos seguir ofreciendo activos que sigan el precio de bitcoin y otros criptoactivos a sus clientes. Esta medida se podía explicar por la firma de la renegociación del acuerdo con el FMI, que aún estaba fresca.
En mayo de 2023, exactamente un día antes que se cumpliera el aniversario de esos hechos, el BCRA publicó una resolución espejo, con el mismo lenguaje, pero apuntada a las billeteras virtuales.
Los bancos están en una guerra regulatoria con el sector fintech, y particularmente con MercadoPago. Desde el gobierno argentino han cedido ante las presiones bancarias, y desde hace algunos años vienen imponiendo nuevas regulaciones fiscales, informativas y operativas al sector fintech para equiparar las reglas con el sector bancario.
La medida del BCRA se deriva de este enfrentamiento. Ante el pedido de los bancos de poder ofrecer productos con criptomonedas, como lo hacían las fintechs hasta hace menos de una semana, el BCRA respondió equiparando prohibiciones.
Nada de esto hubiese pasado sin la cláusula anti-Bitcoin del FMI, y de la obediencia del gobierno argentino.
Una puerta que se cierra
Lo cierto es que Ualá, o MercadoPago en los países donde está disponible, no es la mejor forma de comprar bitcoin. No ofrece privacidad, no ofrece la posibilidad de retirar tu bitcoin, solo permitiendo comprar una “promesa de pago” en pesos. Frente a tantas características negativas, la única ventaja que tienen estas plataformas es la familiaridad que tienen los usuarios con ellas, y la facilidad para usarla.
Suele ser la plataforma que usan todos los días, y en la que hasta hace algunos días podían experimentar con bitcoin. Una puerta de acceso, que luego el usuario deberá explorar y mirar más allá de lo que quieren mostrarle, pero una puerta al final. Ahora, esa posibilidad, para los millones de usuarios de las billeteras virtuales no existe más. Una puerta que se cierra.
En cambio, el resto podrá, por el momento, seguir con sus operaciones. Los usuarios de canales P2P seguirán operando sin problemas, los usuarios de aplicaciones dedicadas a exclusivamente a la compraventa de criptomonedas también. Quienes no podrán hacerlo son aquellas personas que más podrían necesitar una vía sencilla para mover sus ahorros del sistema fíat. Particularmente, quienes no tienen los recursos económicos o de tiempo para profundizar en un mundo ajenos a su realidad cotidiana. Ellos son los que quedan sin una puerta de entrada con la que ya estaban familiarizada.
A medida que fue pasando el temblor inicial, la desazón de varios líderes de la industria fue dejando lugar a comunicados fríos que se limitaban a manifestar que sus actividades y servicios no se veían comprometidas. Lo que no mencionaron es que los próximos podrían ser ellos.
Descargo de responsabilidad: Los puntos de vista y opiniones expresadas en este artículo pertenecen a su autor y no necesariamente reflejan aquellas de CriptoNoticias. La opinión del autor es a título informativo y en ninguna circunstancia constituye una recomendación de inversión ni asesoría financiera.