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El escritor da un peligroso mensaje que puede llevar a falsas expectativas.
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Hay un implícito mensaje, clásico en Kiyosaki, de "el pobre es pobre porque quiere".
Que un millonario afirme “nunca ha sido tan fácil hacerse rico” puede parecer una receta mágica para ganar dinero rápido o una frase motivacional para seguir adelante.
Para otros, en tanto, puede sonar a una burla o, incluso, una provocación. Porque en un mundo atravesado por crisis económicas y barreras estructurales, el mensaje de tinte motivacional no es solo simplista, sino que también es peligrosamente engañoso.
Y teniendo en cuenta que ese millonario es Robert Kiyosaki, el autor del libro “Padre Rico, Padre Pobre”, la frase viene con su combo habitual: promesas rápidas, recetas milagrosas y una dosis de desprecio hacia quien no lo logró.
En esta oportunidad, el gurú financiero manifestó: “Cualquiera puede convertirse en millonario: no puedo creer lo fácil que es hacerse rico gracias a bitcoin (BTC). Es un diseño de activos de pura genialidad. Sin complicaciones ni estrés. Simplemente configúralo y olvídate. Gané mi primer millón en bienes raíces. Eso implicó mucho trabajo, mucho riesgo, mucho dinero, mucho tiempo y muchas noches sin dormir”.
Asimismo, relató que a menudo le preguntan: “Si dices que es tan fácil hacerse millonario con bitcoin… ¿por qué hay tantos millones de personas pobres?”. A lo que suele responder: “Yo también me lo pregunto. No sabía cuán brillantemente Satoshi (Nakamoto) había diseñado bitcoin hasta que hice un pequeño estudio, invertí unos pocos dólares… lo configuré… lo olvidé… y creció hasta convertirse en varios millones de dólares. Los millones más fáciles que he ganado. Te deseo la misma suerte. Cuídate”.
Aunque no lo dice textualmente, aquí aparece la idea de que es fácil hacerse millonario con bitcoin (no con una receta mágica), pero dejando entrever que las personas son pobres porque quieren. La premisa es que basta con estudiar, entender cómo funciona y confiar en el potencial de crecimiento de bitcoin.
Sin embargo, este tipo de narrativa omite que no todos parten del mismo lugar. Una persona que apenas puede cubrir sus necesidades básicas seguramente no esté pensando en comprar sus primeros satoshis.
El mensaje transmite que quien no aprovecha BTC y deja pasar la oportunidad lo hace por ignorancia, falta de visión o, peor aún, por negligencia. En ese marco, la pobreza ya no parece ser una consecuencia de desigualdades estructurales, sino casi una elección.
A su vez, hay que destacar otra cuestión que Kiyosaki no menciona: el potencial de crecimiento de BTC. Y no porque exista un límite en su valor, sino porque la velocidad de ese crecimiento sí está restringida.
Actualmente, la cotización de bitcoin supera los 115.000 dólares, tal como se observa en el siguiente gráfico provisto por TradingView.
Para poner en perspectiva que el camino hacia la riqueza a través de BTC ya no es tan acelerado, basta con ver el siguiente ejemplo. Supongamos que alcanzar el estatus de millonario equivale a acumular un millón de dólares.
Teniendo en cuenta el precio actual de BTC, una persona debería invertir unos 100.000 dólares, con la expectativa de que se multiplique por diez en los próximos años, para así superar el umbral de un millón de dólares. Es un punto de partida muy distinto al de quienes compraron BTC cuando apenas valía unos pocos dólares y lograron multiplicar pequeñas inversiones en proporciones enormes.
Esto deja en claro que las oportunidades más accesibles para multiplicar pequeñas sumas de dinero con BTC —como sucedió en sus primeros años— son cada vez menos frecuentes. El propio Kiyosaki dice “invertí unos pocos dólares” (aunque no aclara cuántos), y resalta que “creció hasta convertirse en varios millones de dólares”.
Para los nuevos inversionistas, en tanto, el panorama es distinto: los rendimientos ya no están al alcance de una apuesta pequeña y rápida, sino de una estrategia sostenida, con más capital y horizontes a largo plazo, tal como lo explica CriptoNoticias.
A propósito de esto, algunas proyecciones como la de la empresa Ark Invest o el inversionista Bram Kanstein, apuntan a que BTC podría alcanzar un precio de un millón de dólares en 2030, si se cumplen ciertos escenarios de adopción global, inversión institucional y degradación del sistema financiero tradicional (lo que haría que ese millón de dólares sea menos valioso que lo que vale 1 millón de dólares hoy).
Ahora bien, ¿es un mensaje peligroso el Kiyosaki? Sí, lo es. Es peligroso porque invisibiliza las condiciones que hicieron posible su éxito. En primer lugar, tuvo acceso a una buena educación y, además, tuvo la suerte de que —según su autobiografía— el padre de su mejor amigo era un empresario que le enseñó lecciones sobre el dinero. De ahí sale el nombre de su libro «Padre rico, Padre Pobre».
Y otro factor que es imposible de omitir: Kiyosaki dijo haber comprado sus primeros BTC a 6.000 dólares. Si tomamos en cuenta que hoy el precio ronda los 115.000 dólares, esa inversión creció unas 19 veces. Pero lo principal es que pudo invertir una suma significativa desde el inicio, lo suficiente como para que su posición se convirtiera en varios millones de dólares.
De este punto también se desprende esos “unos pocos dólares” fueron varias decenas de miles de dólares. Claramente no representan «unos pocos dólares» para una persona que vive con ingresos mínimos o apenas llega fin de mes. Por ese motivo, vale remarcar que no solo se trata del potencial de crecimiento, sino de quién tiene la posibilidad de participar en este tipo de inversiones.
Además, lo que él presenta como una verdad universal, “no puedo creer lo fácil que es hacerse rico gracias a bitcoin”, es una excepción potenciada por el contexto. Es decir, inversión relativamente temprana y sin urgencias económicas para así poder asumir riesgos.
Después de leer el posteo de Kiyosaki, una persona le consultó a este reportero: “¿Está una persona en situación de pobreza en condiciones de invertir en BTC y esperar al menos cinco años para hacerse millonaria?”.
La respuesta fue: “Yo también me lo pregunto. Porque alguien que vive con ingresos mínimos, que apenas llega a fin de mes, difícilmente pueda destinar dinero a una inversión como BTC. Y mucho menos dejarlo inmovilizado durante años”.
Si en algo tiene razón Kiyosaki, es en señalar la importancia de educarse e investigar antes de hacer cualquier tipo de inversión financiera, para conocer los riesgos, planificar con responsabilidad y tener en cuenta que no todos parten del mismo lugar.
Antes de pensar en multiplicar el dinero, el primer desafío es no perderlo por dejarse llevar por las emociones.