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Los gobiernos adoptan a BTC, pero su lรณgica los limita y preservรกndolo como herramienta del pueblo.
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Desde El Salvador a Venezuela, Bitcoin une estados y ciudadanos en un juego de reglas propias.
Bitcoin (BTC), el activo descentralizado creado para liberar a los individuos del yugo financiero de los Estados, cautiva hoy como nunca a los gobiernos, que se deleitan en un festรญn con esta moneda digital. Primero la ignoraron como un capricho de nerds, luego se burlaron de ella tildรกndola de fantasรญa libertaria, y ahora la manejan a su antojo. La gran ironรญa es que el arma diseรฑada para desafiar al poder se ha transformado en el trofeo mรกs codiciado por los mismos estrategas que jurรณ derribar.
Pero, hagamos una pausa aquรญ, porque que los Estados adoptaran a bitcoin era, en cierto modo, un paso inevitable en su evoluciรณn. Como ha sucedido con todas las innovaciones disruptivas โdesde la electricidad hasta internetโ, lo que comienza como una herramienta de liberaciรณn termina siendo absorbido por el sistema, y la moneda digital pionera no es la excepciรณn. Sin embargo, esta absorciรณn no es unidireccional, porque mientras los gobiernos lo reclaman, Bitcoin los fuerza a mirarse en el espejo de sus propios lรญmites.
Desde Corea del Norte, que encontrรณ en Bitcoin una herramienta para financiar sus actividades, hasta El Salvador acumulรกndola como salvavidas econรณmico, los Estados encontraron en la moneda digital pionera un menรบ a su medida.
Sobre ello estรก hablando Samson Mow, CEO de JAN3 y una de las voces mรกs influyentes en el ecosistema. รl lo explica con claridad cuando seรฑala que la adopciรณn de BTC por parte de los Estados no implica que Bitcoin haya perdido su esencia.
โLa separaciรณn del dinero y el estado implica la separaciรณn del control del dinero y la imposiciรณn de la polรญtica monetaria por parte del Estado. Y eso es exactamente lo que estamos consiguiendo con Bitcoin ahoraโ, afirmรณ Mow en una reciente conversaciรณn. Para รฉl, la entrada de los gobiernos al juego no es una rendiciรณn, sino una redefiniciรณn radical del poder financiero. โNo se trata de que Bitcoin se doblegue; se trata de que el sistema empiece a ceder ante su lรณgicaโ, subraya.
Con la adopciรณn estatal, bitcoin conserva su esencia
Mow va mรกs allรก. โCon la creaciรณn de la reserva estratรฉgica de Bitcoin en Estados Unidos, y el posible lanzamiento de Bonos Bitcoin o bitbonos, como los llaman ahora, bรกsicamente eso significa que el dinero es dinero y el gobierno es algo separado, tan poderoso e impactante como la separaciรณn de la Iglesia y el Estadoโ, argumentรณ.
En su visiรณn, esta dinรกmica no solo preserva la esencia de Bitcoin, sino que la amplifica, porque, al adoptarlo, los Estados podrรญan verse obligados a reducir su control asfixiante sobre las finanzas. ยฟY si los Estados, al abrazar a Bitcoin, terminan adoptando tambiรฉn su esencia y comienzan a aplicar menos centralizaciรณn y mรกs libertad? Pues, pienso que todo es posible y que los gobiernos tendrรกn que hacer cambios importantes si los polรญticos comienzan a entender lo que quieren los ciudadanos.
ยซColaborar con los gobiernos para que adopten estrategias mรกs inteligentes sobre Bitcoin es lo correcto; asรญ podrรกn entenderlo, parecerse mรกs a nosotros, abrazar el espรญritu punk y valorar la libertad y la soberanรญaยป, afirmรณ Mow con entusiasmo. Su lรณgica convence, porque si miramos bien, pese al apetito estatal, Bitcoin sigue siendo un refugio para millones.
Desde Rusia, explorรกndolo para evadir sanciones, hasta EE. UU., integrรกndolo en su arsenal financiero para preservar su hegemonรญa, los gobiernos lo adaptan a sus agendas, y lo mejor de todo es que saben que no pueden atacarle porque ya le reconocen como herramienta del pueblo.
Bitcoin es refugio para millones, incluyendo a los Estados
Las palabras de Mow resuenan porque, aunque los estados hoy exhiban un interรฉs voraz por Bitcoin, lo cierto es que la moneda digital sigue siendo un refugio para millones. Para ti, para mรญ y para quienes habitan en paรญses con economรญas tambaleantes o con monedas dรฉbiles, y que encuentran en BTC una herramienta de empoderamiento financiero. Entonces, tengamos claro que el hecho de que los Estados adopten bitcoin no mata su valor para que los individuos lo adopten. Al contrario, esta doble vida โusada tanto por gobiernos como por personasโ pone en evidencia la asombrosa versatilidad del invento de Satoshi.
Asรญ que, en Venezuela, un usuario lo usa para protegerse de la inflaciรณn galopante; en Nigeria, otro envรญa valor sin intermediarios. Entonces, tengamos claro que el hecho de que los estados adopten Bitcoin no mata su valor para los individuos.
Esta es una partida compartida. Los gobiernos, con sus manos ansiosas, se sirven del festรญn que los individuos ya venรญan adoptando. Pero lo mรกs importante es que la moneda digital sigue siendo una fuerza indomable, un recordatorio constante de que el dinero, en su forma mรกs pura, no necesita reyes, banqueros ni burรณcratas con agendas. Y aquรญ radica su genialidad: Bitcoin no solo sobrevive a la mesa de los poderosos; sino que, aparte, les dicta tรฉrminos, obligรกndolos a jugar bajo reglas que no pueden reescribir por completo.
Bitcoin adoptado por los estados, es el triunfo de lo nuestro
En sรญ, cuando un Estado sucumbe ante el poder de Bitcoin, se expone a su poder transformador. Por lo tanto, cada vez que un gobierno adopta BTC, se ve obligado a enfrentarse a sus principios de descentralizaciรณn, soberanรญa, libertad, algo que no podemos ignorar.
El Salvador, por ejemplo, soรฑรณ con Bitcoin como moneda soberana, pero hoy lo acumula como reserva estratรฉgica; Rusia lo ve como un escape, pero choca con su propia ambivalencia regulatoria.
Y mientras los estados cortan su pedazo del pastel, el espรญritu de Satoshi Nakamoto sigue vivo, latiendo en cada transacciรณn que escapa del control de los gobiernos. Entonces, un usuario en Venezuela seguirรก usando bitcoin para protegerse de la inflaciรณn y un salvadoreรฑo para recibir remesas sin el elevado costo de los servicios que ofrecen los intermediarios. En Ucrania, un comerciante lo usa para sortear la guerra; y en Cuba, otro lo convierte en un puente hacia el mundo.
En realidad es Bitcoin en acciรณn, y ningรบn gobierno puede confiscar esa esencia. Sรญ, es cierto, los Estados llegaron a la mesa, pero ellos no son los รบnicos comensales. Nosotros, los bitcoiners, seguimos aquรญ, y la moneda que abrazamos no solo sobrevive a su adopciรณn, mรกs bien la redefine. Esta no es la rendiciรณn que algunos temen; es el comienzo de un juego nuevo, uno donde el dinero empieza a dictar sus propias reglas. Y en este mundo nuevo, Bitcoin es tan valioso que atrae a todos โestados y ciudadanos por igualโ, aunque su verdadero triunfo estรก en que, al ser reclamado, sigue siendo nuestro.
Descargo de responsabilidad: Los puntos de vista y opiniones expresadas en este artรญculo pertenecen a su autor y no necesariamente reflejan aquellas de CriptoNoticias. La opiniรณn del autor es a tรญtulo informativo y en ninguna circunstancia constituye una recomendaciรณn de inversiรณn ni asesorรญa financiera.