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Una desactualización de nodos generó este miércoles una crisis temporal en la red.
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Se trató de una lección para los proyectos que no corren sus propios nodos.
La fomentada descentralización en el ecosistema de las criptomonedas muchas veces es una consigna hueca, un saludo a la bandera. Así quedó en evidencia este miércoles con la inesperada división de la red Ethereum a raíz de una desactualización en los clientes de múltiples nodos, especialmente los de la empresa de infraestructura para dApps, Infura.
El suceso tuvo dos causas: la primera apunta a aquellos participantes de la red que postergaron la actualización de sus nodos, cosa que tratándose de redes de criptomonedas no debería suponer un problema, si se mantiene la compatibilidad con versiones anteriores (como en Bitcoin).
La segunda señala a los desarrolladores quienes, en un intento por solventar fallas en el cliente Geth, aplicaron una actualización contenciosa, pero aparentemente no la difundieron lo suficiente para la relevancia del caso. ¿El resultado? Incompatibilidad entre distintas versiones del software y un chain split no programado.
Infura es una empresa reconocida que ofrece soporte a diversas plataformas, entre las que se incluyen: MetaMask, Compound, MyCrypto, Maker, CryptoKitties, Opera y Uniswap, por ejemplo. La compañía funge como intermediario para que sus clientes no ejecuten un nodo ellos mismos.
Aunque los motivos son identificables, el problema se magnifica porque el 66% de los nodos de Ethereum están alojados en la nube, con servicios como Infura, algo que evidentemente no contribuye a la descentralización de la red.
La situación empeora si se toma en cuenta que la empresa Infura, una filial de ConsenSys que mantenía sus nodos sin actualizar, gestiona la mayoría de esos equipos en servicios como Amazon Web Services (AWS).
El caso de Infura es el más emblemático ya que en el pasado se ha denunciado que la centralización de los nodos en esta plataforma tiene el potencial de perjudicar al proyecto. El episodio ocurrido ayer validó las alertas difundidas por los programadores en el pasado, pero podría repetirse en el futuro.
Lo sucedido con Infura, los desarrolladores y la actualización tardía de los nodos, es una advertencia de lo frágil que puede llegar a ser el consenso dentro de un proyecto de criptomoneda. Algunas veces ese consenso se rompe por diferencia de criterios, pero en otras ocasiones se quiebra por no hacer las pequeñas cosas que cada participante se supone debe ejecutar.
En los proyectos descentralizados el consenso es la columna vertebral de las decisiones a tomar, nada puede darse por sentado. Es necesario que todo sea comunicacionalmente correcto y, mientras más actores certifiquen la ejecución de los procesos, mejor.
Si lo anterior falla, entonces podrían aparecer los fantasmas de la centralización, errores de programación, búsqueda de culpables, control de daños y toma de decisiones a destiempo.
Centralización en Ethereum y posibles causas
Tercerizar un servicio de este tipo y no correr sus propios nodos va en contra de múltiples proclamas como la soberanía, privacidad, seguridad, independencia y descentralización. Se trata de una preocupación constante para muchos. Sin embargo, también da la impresión que para un segmento de los participantes abordar el tema no es sencillo por varias razones.
Algunas de ellas podrían ser el costo que implica activar un nodo de Ethereum, dificultades para configurarlo, falta de tiempo o simplemente desinterés. Sincronizar un nodo completo de Ethereum, descargar y almacenar cada dato y ajustar hardware puede sonar cuesta arriba para muchos. En algunos casos el proceso se completa en 10 días o más, lo que no parece atractivo para algunos.
Una radiografía de ese escenario es el que muestra el servicio informativo Ethernodes.org. La red completa de Ethereum la conforman 8.718 nodos, de los cuales 5.818 equipos están en servicios de hosting. Es esta centralización una potencial amenaza para cientos de dApps que mueven miles de millones de dólares cada mes y que no estarían corriendo sus propios nodos.
El que un proyecto de criptomoneda no se fundamente en una verdadera descentralización pone en riesgo su resiliencia de cara a sus potenciales usuarios. Además, no sería resistente a la censura, lo que abre la puerta para potenciales bloqueos y restricciones.
El problema de la centralización y una potencial caída de un servicio no solo abarca los campos técnicos, teóricos o filosóficos, sino que también podría implicar fuertes caídas en el mercado de criptomonedas. Una falla grande en la red Ethereum, por ejemplo, podría afectar negativamente el precio de ether (ETH), su criptomoneda nativa.
Una situación similar ocurre con las iniciativas DeFi o de finanzas descentralizadas que se ejecutan sobre la blockchain de contratos inteligentes. Un error grave en alguno de estos servicios podría arrastrar al resto y generar millones de dólares en pérdidas. Es decir, si una pieza cae podría derrumbar la torre.
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