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BitVM no requiere que el código de Bitcoin cambie para ejecutar software experimental.
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Los mercados emergentes, como las DeFi, podrían sostenerse en la economía de bitcoin.
De pronto, surge una idea que promete que Bitcoin será mejor, que nunca nadie necesitará otra moneda, ni otro software. Entonces todos corremos detrás de ella, porque al final del día nos complace el sentimiento de que Bitcoin pueda resolver problemas cotidianos sobre cómo transferimos valor; pero también los trascendentales, que involucran la privacidad y seguridad individual y cómo podemos enfrentar a los poderes de dominio social. ¿Acaso es eso lo que puede hacer un protocolo como BitVM, en teoría capaz de computar cualquier programa? ¿Tanto nos debe Bitcoin que no esperamos el momento en que pueda ejecutar software experimental, rollups, aplicaciones DeFi como oráculos predictivos y préstamos? Este puede ser el momento para que Bitcoin comience a escalar y BitVM ofrece una alternativa.
La clave de BitVM está en su diseño. No requiere modificaciones de código o protocolo en la cadena principal para darle más expresividad a Bitcoin. Es decir, tiene el potencial de ejecutar contratos inteligentes o vincular otras redes con Bitcoin a través de un sistema que funciona como un puente. Esta idea, que todavía se encuentra en el papel, ya suscitó innumerables opiniones sobre cómo BitVM afectaría a Bitcoin.
De hecho, el potencial de BitVM es increíble y todo el debate que despertó me parece justo y llega en un momento crucial para Bitcoin: los mercados emergentes crecen (mientras caen los tradicionales) y el desarrollo de Bitcoin prospera con numerosas propuestas interesantes que necesitan un lugar de pruebas adecuado, que no altere los logros establecidos en el código en la actualidad.
En términos conceptuales, la computación de BitVM es compleja, aunque la solución planteada es simple, porque como explicamos previamente en CriptoNoticias solo requiere tres pasos para establecer su principal objetivo: cuando un programa quiere demostrar la validez de una función (por ejemplo, transacciones de criptomonedas), solicita al verificador (a través de BitVM) que realice una prueba sucinta. Si la afirmación es falsa, el sistema castiga al demostrador, por ejemplo, privándolo del bono, las ganancias o los fondos involucrados en una determinada acción. Si la afirmación es verdadera, se resume todo el cálculo arbitrario y los usuarios (probador y verificador) lo resuelven de manera cooperativa a través de un conjunto de transacciones, idealmente fuera de la cadena, aunque si surge una disputa se puede resolver en la cadena principal. En pocas palabras, BitVM se puede definir también como un sistema para prevenir el fraude que se apoya en un sistema para evitar el doble gasto: Bitcoin.
Sin embargo, la exigencia computacional de BitVM revela cierta ineficiencia del sistema. Y es aquí donde este protocolo necesitaría dar un salto, porque no son evidentes los casos de uso de programas que podrían sostener esa exigencia, sobre todo en términos económicos.
Shinobi, editor técnico de Bitcoin Magazine, describe dos casos de uso concretos que podrían asumir los costos de tener que construir árboles Taproot de gran tamaño y una gran cantidad de transacciones prefirmadas (dos de los tres componentes principales de BitVM). “El nivel de ineficiencia es una compensación aceptable por las garantías que ofrece, pero la posible funcionalidad que se puede lograr es enorme”, sugiere.
La primera implementación interesante se trata de un nuevo tipo de clavija bidireccional, una «clavija centinela» para configurar cadenas laterales federadas, a través de un contrato BitVM. La federación crea el vínculo y, cada vez que procesen un retiro, tendrán que introducir una prueba que demuestre su legitimidad. Un conjunto de verificadores, que funcionan aquí como torres de vigilancia, se encargan de validar la transacción o confiscar el bono de la federación en BitVM si la prueba es falsa.
Lo interesante aquí es cómo la entidad que custodia los fondos tiene que demostrar a otras entidades externas que está actuando correctamente y eso representa un cambio de paradigma. En otras circunstancias, los custodios solo deben comparecer frente a las instituciones de la ley, si estas exigen pruebas de sus actos. Aquí, la criptografía resuelve el problema de la confianza.
El otro caso de uso es UTXOracle, un método para calcular el precio de bitcoin en dólares (USD) con un nodo propio, a través de las UTXO o transacciones no gastadas de Bitcoin. BitVM ofrece una manera para introducir los datos que proporciona UTXOracle en un script de Bitcoin para usarlos sin confianza en un contrato inteligente. Al construir un circuito de puerta lógica (el tercer pilar de BitVM) para verificar la prueba de trabajo de los bloques de Bitcoin con SPV (verificación de pago simplificada, el mismo mecanismo que utilizan las wallets de Bitcoin para conocer el estado de la cadena), se podría introducir toda esa información a BitVM. Luego UTXOracle vincularía el resultado con BitVM y los usuarios podrían tener una herramienta para conocer el precio que no depende de terceros de confianza como exchanges.
Para contratos o cadenas laterales de alto valor, eso podría valer unos cientos de megabytes, o incluso uno o dos gigabytes, de datos fuera de la cadena por las garantías que ofrece. En general, si bien BitVM no va a convertir mágicamente Bitcoin en Ethereum de la noche a la mañana, y el progreso probablemente será muy lento y experimental, sí abre la puerta a un paradigma completamente nuevo sobre cómo usar Bitcoin.
Shinobi, editor técnico de Bitcoin Magazine
Quizá algunos de los casos más interesantes de BitVM se relacionen con la experimentación. Con BitVM se podría, por ejemplo, resolver el debate de los covenants (convenios) sin comprometer la seguridad de la red y pasar por todo el proceso gigante de coordinar usuarios y alcanzar consenso. Es algo con lo que los desarrolladores pueden empezar a trabajar desde ya sin pedirle permiso a nadie.
Ordinals demostró que es factible escalar proyectos que se integran con Bitcoin de manera experimental, sin alterar el código principal. Los mineros y comerciantes, de hecho, apoyaron el proyecto porque les permitió contar con un mercado que hasta entonces no existía. Sin embargo, no es el único proyecto que aspira a lograr este objetivo, pues durante años se propusieron muchas alternativas para atender esa necesidad del mercado (Drivechain, Liquid, la red Lightning, RGB y ahora cosas como Taproot Assets).
Aun así, la última palabra la tendrán los proyectos que podrían utilizar el protocolo. Si resulta rentable para aplicaciones DeFi que ejecuten rollups de monedas alternativas, contratos para hacer trading o préstamos, las compañías y usuarios decidirán la velocidad de la adopción de BitVM, incluso antes de que se perfeccione su código.
Pero podemos ir más allá. Tenemos que pensar también en el hecho de que en este momento la experimentación en Bitcoin está en el lugar adecuado: fuera de la cadena principal, donde hay menos riesgos de comprometer todo lo que se ha construido hasta ahora. Esto parece crucial, porque numerosas propuestas de desarrollo se estancan durante años en discusiones que los desarrolladores no pueden resolver en poco tiempo y que podrían resultar útiles para que Bitcoin escale. Esto no es como simplemente copiar a Ethereum.
Además, si consideramos que Bitcoin tiene el potencial para sostener cualquier proyecto que requiera archivos seguros y una economía global, incluyendo mercados de derivados y altcoins, este puede ser uno de los mecanismos, no el único, para alcanzar ese objetivo. Sobre todo ahora, cuando el crecimiento de las DeFi de Ethereum muestra lo que podría ser solo la punta del iceberg, en cuanto al tamaño que esos mercados pueden tener en el futuro. Este es un escenario que deja abierto el problema sobre la utilidad de Bitcoin para mercados emergentes.
Descargo de responsabilidad: Los puntos de vista y opiniones expresadas en este artículo pertenecen a su autor y no necesariamente reflejan aquellas de CriptoNoticias. La opinión del autor es a título informativo y en ninguna circunstancia constituye una recomendación de inversión ni asesoría financiera.