Bitcoin, el smartcontract de dinero

Camilo Jorajuría es columnista de CriptoNoticias, puedes ver todas sus publicaciones aquí.

Sobre el término

Según el creador del término, Nick Szabo, smart contract es “un protocolo de transacción computarizado que ejecuta los términos de un contrato” o bien  “un conjunto de promesas que incluye protocolos mediante los cuales las partes actúan con respecto a otras promesas” . 

En este artículo usaré el término smartcontract atribuyéndole indistintamente cualquiera de las dos definiciones anteriores. Ello sin perjuicio de reconocer que existe una tercer definición reconocida por Szabo que propone que un smartcontract es lo anterior pero que también puede ser “un proceso informático de larga vida alojado en una blockchain. Ej.: una DAPP.” Justamente esta es la concepción más popular del término y en esta oportunidad la dejaré de lado a los fines de buscar persuadir al lector a que contemple, al menos por la duración de la lectura del artículo, la posibilidad de que efectivamente los smartcontracts sean lo que Szabo dijo que son.  

Smart contract = Contrato

Conforme los textos de Szabo, un smartcontract es efectivamente un contrato.  Es decir, un convenio, pacto o acuerdo de voluntades de dos o más personas en las que se obligan mutuamente con otra/s persona/s que forman parte del contrato a realizar ciertas obligaciones estipuladas en el mismo.  

Que “tenga larga vida” y se aloje o no en una “blockchain” en verdad es algo esencialmente insignificante. Lo importante es que el smartcontract efectivamente sea un contrato, corriendo en un protocolo computarizado que facilite su creación, ejecución, finalización, guarda, o cualquier otro valor agregado que la smarcontract-ización del contrato tradicional pueda sumar.  

Sostengo, en este sentido, que  Bitcoin es un smartcontract que cumple la función del “contrato de dinero”. ¡Y vaya si la cumple bien!  

Podríamos ver a la tecnología dinero como un gran contrato entre muchas partes que desean compartir entre ellas un fenómeno que tenga las siguientes características:  

Cláusulas del contrato de dinero

• Reserva de valor 
• Medio de pago  
• Unidad de medida 
• Salabilidad o Absatzfähigkeit o markeatibility (en el tiempo y espacio) 

Bitcoin cumple con estas características pero adicionalmente también posee los siguientes términos obligacionales:  

Clausulas adicionales del “contrato” bitcoin

• los satoshis se “emiten” con una inflación predeterminada e inmodificable 
• no tiene cuentas. Por diseño no puede haber KYC/AML  
• abierto y neutral: cualquiera que tenga una clave privada puede mover los fondos. Incensurable. 
• sólo el que tenga la clave privada puede mover los fondos  
• las transacciones son irreversibles 
• se puede usar con hardware económico (nótese qué facción ganó la guerra civil bitcoiner) 
• su valor aumenta en el tiempo (NGU tech) 
• estas reglas son públicas y fácilmente verificables  

En los catorce años de vida de Bitcoin, el smartcontract ha funcionado con un uptime de 99.988% cumpliendo en un 100% las clausulas contractuales arriba indicadas. 

Bitcoin es dinero, pero no sólo dinero

Bitcoin es absolutamente tan superior a cualquier otro activo que además de ser el contrato del mejor dinero creado por la raza humana en toda su historia, también permite ser usado en forma directa como soporte para la creación de programas informáticos de larga vida alojados en una blockchain o en otros lados que de todas formas cumplan las mismas clausulas contractuales que bitcoin cumple.  

A continuación varios ejemplos. 

Smart contracts en bitcoin propiamente

1. Pay-to-Public-Key-Hash  

2. m-of-n multisig 

3. Time Locked Bitcoin Transactions 

4. Pay-to-Script-Hash (P2SH)

5. Pay-to-Taproot (P2TR) (desde 2021) 

Cada una de estas tecnologías son scripts que permiten propiamente la existencia de estas apps sobre la propia timechain de bitcoin.  

Las mismas no son touring-complete atento el superior diseño de Bitcoin absolutamente resistente a ataques.  
 
Pero eso no quita que la misma red pueda servir como inamovible soporte, garantizado con el mayor hashing del mundo a otras capas de Bitcoin que deseen correr smartcontracts garantizados en Bitcoin.  

Smart contracts Touring-complete garantizados en Bitcoin

6. Lightning Network: multisig hot keys, con estados alojados en los nodos, altamente programable. 

7. RSK: sidechain con merge mining, EVM compatible. O sea IGUAL de programable que ETH pero sin shitcoin pre-minada escamera. 

8. Liquid de Blockstream: sidechain basada en una federación 

9. RGB: protocolo abierto de validación del lado del cliente anclada en bitcoin y/o en alguna de sus capas como LN . Sin extra blockchain ni shitcoin  

10. Spacechains: blockchain sin necesidad de token nativo, con merge mining. 

11. Fedimints:  orientado a banco comunitario. Con gran posibilidad de privacidad, chaumian cash y descentralización. Ejemplo: Cashu, una app de chaumian e-cash protocol con minting de efectivo digital. 

Conclusión

Considerando que al realizar contratos siempre es mejor tener en ellos dinero y no shit-tokens, evidentemente usar bitcoin en lugar de una shitcoin brinda un agregado de valor ampliamente superior a toda alternativa.  Tengamos en cuenta que el único activo digital escaso que existe es bitcoin, ya que la totalidad de todas las shitcoins son fácilmente reproducibles y por lo tanto inflacionarias.  

Además, ni siquiera hace falta usar altcoins, shit-tokens ni blockchains para realizar apps touring complete o todo tipo de smartcontracts (en cualquiera de sus sentidos). Todo esto ya puede ser realizado con la tecnología actual de bitcoin y toda otra alternativa no tiene una razón de ser, más que engrosar los bolsillos de los creadores de shitcoins a expensas de los futuros usuarios que caen en sus ponzis.  

Camilo Jdl, para Criptonoticias al bloque 807879 

Descargo de responsabilidad: Los puntos de vista y opiniones expresadas en este artículo pertenecen a su autor y no necesariamente reflejan aquellas de CriptoNoticias. La opinión del autor es a título informativo y en ninguna circunstancia constituye una recomendación de inversión ni asesoría financiera.