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Si bitcoin es bueno para Ucrania, también lo es para Rusia. Bitcoin es para enemigos.
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Abogando por el control y la censura, niegas a Bitcoin en su esencia.
A Bitcoin cada quien le busca su propia justificación moral o política conveniente a sus intereses. Siempre ha sido de esa manera. Y en tiempos de guerra, con bandos encontrados tanto en el plano militar como en el ideológico, estas tensiones en la comunidad parecen radicalizarse. Pero… como dice un refrán que usamos mucho en Venezuela, «lo que es bueno pa’l pavo, es bueno pa’ la pava».
Unos quieren que Rusia no tenga acceso a dinero de ningún tipo, apoyando las medidas de Estados Unidos y Europa contra el gobierno de Putin. Esto incluye el uso de Bitcoin, en la mente de algunos.
Otros lamentan el uso de la principal criptomoneda del mercado para fines bélicos, a raíz de la recaudación de millones de dólares para financiar al ejército ucraniano, luego de que una parte importante de usuarios de Bitcoin donara masivamente para la causa.
Mientras tanto, los principales exchanges se han negado a cumplir con lo que exigen gobiernos como el estadounidense o el de la propia Ucrania: limitar el uso de sus respectivas plataformas a usuarios rusos, con la intención de cercar al Kremlin y sus actores, previamente sancionados y excluidos de los sistemas bancarios internacionales.
A pesar de que ahora mismo se niegan, al ser empresas centralizadas que se deben a sus jurisdicciones, todas están a una orden judicial de distancia de censurar a determinados usuarios. Por eso, como se ha dicho hasta el cansancio, el «bitcoin» que tienes en un exchange no es más que un numerito en una base de datos. Pero el bitcoin que tienes en tu control, ese sí es incensurable e inconfiscable. Y es igual para todos. Rusos, ucranianos; personas, vengan de donde vengan. Con o sin bando político.
A quienes desean que con Bitcoin pase lo mismo, les tendríamos que preguntar: ¿ustedes realmente quieren un dinero inconfiscable, descentralizado, neutral e independiente de terceros de confianza? ¿O solo desean una moneda que se adapte a sus intereses del momento? Es decir: dinero fíat, pero a su gusto moral.
Hay quienes incluso cuestionan «de qué lado» puede terminar Bitcoin (o las criptomonedas en general). Yo diría que no tiene que haber «un bando» para Bitcoin.
Todos tienen (y a la vez no) la razón
Lo más divertido de esas posturas es que todos tienen la razón: cada quien tiene el derecho de usar bitcoin como quiera. Y en ese sentido, es lógico que cada uno asuma un ángulo sobre Bitcoin que se adapte no solo a sus necesidades, sino a su visión del mundo. Los hay de todos colores, credos y banderas.
Al mismo tiempo, ninguno tiene la razón en esa discusión: Bitcoin es neutral porqué está a la mano de todos sin que haya una entidad con el poder de regular las transacciones. En la red Bitcoin, el dinero fluye sin creencias.
No hay mejor muestra de este carácter de Bitcoin que los eventos recientes, como acertadamente apuntó vía Twitter la reportera Emily Faría (@emilybitcoiner):
Este mes: un gobierno creó una lista negra de direcciones de Bitcoin para intentar detener donaciones y perseguir a protestantes [caso Canadá], otro gobierno solicitó donaciones en Bitcoin para su defensa [Ucrania]. Y un tercer gobierno estaría preparándose para regular BTC para evadir sanciones [Rusia].
Emily Faría, reportera y bitcoiner.
Los tres escenarios son válidos para explorar el valor de Bitcoin. Por una parte, sirven a quienes encuentran una barrera en el sistema bancario, mientras sus gobernantes intentan evitar que sus voces de protesta se trasladen a las calles; para otros es una forma de financiamiento directo y sin intermediarios. Para los últimos, podría ser una oportunidad de oro de liberarse del yugo monetario que lidera Estados Unidos en el mundo.
¿Alguno de estos casos contraviene de manera alguna a Bitcoin? No. ¿Incomodará a algunos de sus actores? Sin duda, pero de eso se trata una tecnología ante la cual somos todos iguales: cada quién decide cómo la usa.
Todos o ninguno, el lema de Bitcoin
No en vano, uno de los grandes mottos sobre esta herramienta tan poderosa es que «Bitcoin es para enemigos». Esto se reduce, básicamente, a una idea central que sería imposible en el sistema bancario o de flujo de dinero tradicional: tu propio enemigo puede usar bitcoin a su antojo, sin que tú puedas hacer nada al respecto.
Si este lema no resuena contigo, entonces tú no quieres Bitcoin. Lo que deseas es un banco que esté de tu lado y censure a quienes te son adversos. Pues eso ya existe, desde hace muchísimo tiempo, incluso. Solo que no siempre estará de tu lado, y podrías aprenderlo a la mala.
Descargo de responsabilidad: Los puntos de vista y opiniones expresadas en este artículo pertenecen a su autor y no necesariamente reflejan aquellas de CriptoNoticias. La opinión del autor es a título informativo y en ninguna circunstancia constituye una recomendación de inversión ni asesoría financiera.