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Los ordinals han congestionado Bitcoin desde hace semanas.
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Bitcoin no garantiza que una imagen no se pueda reproducir ni su originalidad.
Los creadores de NFT quieren investir sus creaciones con el prestigio que otorga Bitcoin a todo lo que toca, pese a sus detractores, a travรฉs de un argumento falso de que una copia en su archivo es una prueba de originalidad, de que es algo รบnico. En tรฉrminos del filรณsofo alemรกn Walter Benjamin, quien reflexionรณ sobre la idea de cรณmo la reproductibilidad tรฉcnica afecta la forma en que vemos las obras de arte, acaso ยฟes posible que algo que nace en Internet tenga una ยซexistencia irrepetibleยป, un ยซaquรญยป y un ยซahoraยป, eso que podrรญamos llamar su aura, lo que la hace รบnico?
No creo que sea posible. Internet es el reino de las copias. No hay nada que no se pueda reproducir hasta el infinito en el espacio digital. Cada vez que una computadora, un smartphone o una tablet enlaza un documento, una imagen, un vรญdeo o audio estรก reproduciendo un mensaje que se almacena mรบltiples veces en distintos servidores y memorias internas. Entonces, ยฟes posible hablar del mensaje original o de la copia original en el รกmbito de Internet?
Hasta hace poco tiempo, unos 100 aรฑos, el tema de la originalidad no era un problema en el mundo del arte. Copiar a los maestros o firmar con pseudรณnimos era algo comรบn. Pero los tiempos cambiaron y las presiones del mercado del arte impusieron la idea de que el valor de las obras estรก, muchas veces, en su rareza, su existencia รบnica o incluso en la propiedad. En tรฉrminos de valor monetario, no es igual que una obra estรฉ en una galerรญa a que estรฉ en una colecciรณn privada; que el coleccionista sea un museo de renombre o que sea un heredero accidental.
Sin embargo, hay quienes afirman que la originalidad no existe. Si miramos de cerca, dado el contexto digital en el que los NFT se negocian, pareciera que la idea de archivar una copia de una obra en Bitcoin no es suficiente para dotarla de la propiedad de ser รบnica, como explicarรฉ en este artรญculo.
Aun asรญ, esto es lo que pretenden muchos creadores de contenidos que inscriben en el archivo de Bitcoin imรกgenes JPEG. No importa si aspiran a la categorรญa de arte o solo son expresiones pop de algo que estรก de moda, los ordinals no son una prueba de originalidad, sino una prueba de propiedad, aunque como veremos no prueban la propiedad de una imagen.
En primer lugar, los ordinals no evitan la reproductibilidad de una imagen, que puede ser copiada y alterada mรกs allรก del รกmbito de sus distintos archivos, incluyendo Bitcoin. De hecho, solo Bitcoin provee tantas copias de un JPEG como nodos existen en la red, porque ese es el principio de su blockchain: distribuir en una red de computadoras miles de copias del mismo archivo para evitar que se corrompa lo que estรก ahรญ almacenado. No es tan รบnico desde esa perspectiva.
Es mรกs, si Bitcoin se bifurcara, otros nodos de otras redes tendrรญan copias de estos archivos: los mismos mensajes que pretenden ser รบnicos se multiplicarรญan tantas veces como fuese posible, segรบn los intereses de estas personas o entidades que administrarรญan esas otras redes.
Solo puede considerarse รบnico en este sentido la propiedad de la clave o llave privada asociada a esa imagen y a unos cuantos sats. Con los ordinals no se estรก realizando ninguna transferencia de propiedad de una imagen, al igual que ocurre cuando se adquiere un objeto fรญsico en una gran galerรญa. Lo que realmente pasa con los ordinals es que una persona le da a la otra la posibilidad de comercializar con un bien digital, que estรก anclado en un mensaje, especรญficamente en una parte de las transacciones, conocida como testigo, donde se almacenan las firmas.ย
En otras palabras, se trasfiere la propiedad sobre un mensaje multiplicado miles de veces en los archivos de Bitcoin (o de otras redes, si hubiese bifurcaciones).
Esto es genial, pero no garantiza la originalidad y ciertamente no es el discurso principal de los creadores de NFT en Bitcoin.
Por otro lado, Bitcoin permite almacenar informaciรณn en su archivo distribuido sin posibilidad de censura, algo que ciertas personas parecen explotar, aunque desde mi punto de vista sin ningรบn criterio รฉtico o lรณgico. Si fuese necesario preservar algo valioso, como una prueba de un crimen, estarรญamos viendo cosas distintas entre los Ordinals. No es el caso.
Quizรก tener una prueba temporal de una copia de una obra pueda ayudar a resolver casos de derecho de autor. Sin embargo, esa prueba de que una obra fue inscrita en un momento dado no hace รบnica una imagen, porque en todo caso, antes de subirla a Bitcoin, tiene que haber estado archivada en el disco duro de quien sea que haya creado la imagen en cuestiรณn.
Vemos intentos fallidos de hacer que el valor monetario coincida con la calidad de las imรกgenes, que en general estรกn carentes de profundidad, de virtuosismo o son incapaces de conectar con algo que estรฉ mรกs allรก de la banalidad reinante en las culturas modernas. A pesar de que esta generalizaciรณn es injusta con artistas que expresan legรญtimamente su obra en estos formatos.
De alguna manera, los ordinals son una frรญa expresiรณn de nuestro tiempo, pero lamentable tambiรฉn representan una contradicciรณn con los valores que dieron origen a Bitcoin.
Las cosas inรบtiles, aunque se archiven en el mejor archivo del mundo seguirรกn siendo inรบtiles, porque quedarรกn olvidadas y sepultadas en el fondo de los anaqueles.
Descargo de responsabilidad: Los puntos de vista y opiniones expresadas en este artรญculo pertenecen a su autor y no necesariamente reflejan aquellas de CriptoNoticias. La opiniรณn del autor es a tรญtulo informativo y en ninguna circunstancia constituye una recomendaciรณn de inversiรณn ni asesorรญa financiera.