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En Venezuela hay un gran interés en las criptomonedas a pesar de que la adopción aún es poca.
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En los últimos meses se ha ampliado la infraestructura para procesar pagos con criptomonedas.
Este iba a ser un artículo de investigación, pero estando en el país, y sintiéndome parte de esta comunidad, prefiero adelantar los resultados de mis conversaciones e indagaciones sobre la realidad de Venezuela, Bitcoin y otras criptomonedas utilizando un tono más cercano. Por ello, lo que leerán a continuación es mi opinión, como venezolano, usuario y reportero.
Mitos y criptomonedas
Venezuela no es una criptonación. Si esperabas leer que estamos iniciando la hiperbitcoinización del país, este no es el artículo y quizás deberías abandonar su lectura ahora mismo. Bitcoin existe en el imaginario colectivo, pero al igual que otras criptomonedas, no es un concepto dominante. Los venezolanos sencillamente prefieren divisas como el dólar o el euro para ahorrar.
Sí, tenemos uno de los mayores volúmenes de intercambio de bitcoins en el mundo y el más alto de Latinoamérica y sí, además de Bitcoin, algunas otras criptomonedas empiezan a ganar terreno como medios de pago en las calles, pero Venezuela está lejos de ser territorio «cripto».
Es difícil establecer verdades sobre el volumen de intercambio de BTC a través de LocalBitcoins. Algunos sospechan que se trata de comerciantes de origen asiático o árabe que están resguardando su capital y moviéndolo de bolívares a bitcoins a través de este mercado P2P. Otros sugieren que son representantes del régimen de Nicolás Maduro quienes están lavando sus fortunas, producto de la corrupción.
Existen los que afirman que se trata de venezolanos (de clase media o clase baja, pero con acceso a Internet y al menos un teléfono inteligente de baja gama), accediendo a bitcoins para palear la depreciación del bolívar. Bitcoin puede servir a todos esos propósitos, algunos más perversos o mejores. Indagar en este sentido podría implicar malograr la privacidad de los usuarios de Bitcoin, por lo que un trabajo periodístico en este sentido requiere un poco de paciencia y colaboración de las fuentes y es difícil reunir ambos elementos en un entorno de inseguridad y violencia.
Pese a que existe una institución llamada Superintendencia Nacional de Criptoactivos (Sunacrip) responsable de la regulación de las actividades relacionadas con Bitcoin y otras criptomonedas, solo hasta hace apenas unas pocas semanas el superintendente, Joselit Ramírez se ha dejado notar a través de los medios de comunicación, con un programa radial llamado Venezuela Cripto, transmitido a través de Radio Nacional de Venezuela (RNV).
Si bien se han sancionado algunas leyes y el gobierno nacional ha dado a conocer algunas medidas en torno a la usabilidad y transabilidad del Petro, el desconocimiento domina en la calle. Las personas suelen acceder al pseudocriptoactivo a través de los programas sociales del gobierno, que entregan “bonos” liquidados en PTR y convertibles a bolívares a través de la banca pública y el Carnet de la Patria.
El petro es, en sí mismo, un enigma. Traki, una de las tiendas más grandes del país, recibe pagos con esta criptomoneda, aunque no realizan otras operaciones con él. Algunas tiendas pequeñas o cadenas de alimentos también lo aceptan como medio de pago, aunque, generalmente, hay trabas en cuanto a quién opera el monedero o cómo aceptar los pagos. Maduro es quien decreta el precio de la criptomoneda.
"Aceptamos pago con Petro"
Se lee en la entrada de este popular local de la zona centro en Caracas, Venezuela.
Voy a la caja:
-No, chamo, es que aún no ha venido la persona que sabe de eso. Pusimos la calcomanía nada más…
Pobre shitcoin.
¡Esto me suena tan familiar! pic.twitter.com/UNceQKIUow
— Javier ₿astardo 🍐🏴☠️ (@criptobastardo) August 17, 2019
Además, es posible que la orden ejecutiva del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contra el criptoactivo del chavismo se convierta en ley en breve, y termine bloqueando su operatividad fuera de nuestras fronteras, lo que podría dificultar aún más su liquidez y su utilidad para vadear las sanciones impuestas.
Cabe reseñar la publicación de un artículo de Emmanuel Rincón a través de Panam Post, señalando que el petro se estaría utilizando para actividades ilícitas, con una importante trama de corrupción por detrás. El artículo se publicó el 30 de agosto de este año.
En Venezuela, las criptomonedas parecen ser una solución pero hay una importante falta de educación. Las personas no tienen tiempo suficiente para sobrellevar el difícil momento que vive el país y además averiguar e investigar sobre Bitcoin y las criptomonedas.
Esta tecnología sigue relacionándose mayormente con oportunidades de inversión e instrumentos comerciales y no como herramientas para enfrentar la crisis económica. Se da por sentado que “los venezolanos están buscando soluciones”, sin enfocar con qué objetivo se evalúan estas posibles soluciones.
La actividad relacionada con las criptomonedas no está relacionada exclusivamente con el gobierno y sus simpatizantes. De hecho, los perfiles de los usuarios que comentan en redes sociales sobre el tema suelen identificarse como opositores. Dar por sentado que todos los mineros (muchos de ellos anónimos, desconocidos), traders o simples usuarios de criptomonedas son afectos al gobierno es hacer una generalización infundada y probablemente falsa.
Realidades de Venezuela
En Venezuela hay un gran interés en las criptomonedas. Todos los eventos gratuitos que se realizan en torno a esta tecnología tienen una gran convocatoria, y los que son pagos, llenan su aforo. En el caso de Caracas, la última actividad que se realizó fue un meetup, organizado por representantes de la casa de cambio asiática Binance, y tuvo una importante asistencia de más de 300 personas. Cada vez más personas se suman a comunidades de usuarios y vendedores de Dash, Bitcoin Cash e incluso Nano.
En el país existen varios proyectos que trabajan con criptomonedas en distintos niveles. Desde caridad, que administran donaciones en BCH, NANO y otras criptomonedas, hasta desarrollo de hardware como Locha, en Venezuela se están desarrollando proyectos que enriquecen el ecosistema; proyectos locales que, a pesar de que no han tenido mayor difusión, cuentan con una comunidad que se comunica principalmente vía redes sociales u otras plataformas de comunicación.
ArepaCoin, BolivarCoin, AndesCoin, OnixCoin, RilCoin y LKRCoin son algunos de los proyecto de este tipo que ya están en progreso, aunque con un volumen de intercambio muy bajo. Representantes de estas criptomonedas se encuentran relacionados a través de una organización llamada Federación Blockchain de Venezuela, aunque, hasta ahora, de ella no se tiene más información que la que emana de su grupo en Telegram.
Cabe decir que la DAO de Dash ha aprobado varios proyectos en Latinoamérica, especialmente en Venezuela. Para posicionarse en el país han dispuesto recursos para incentivar el uso de su criptomoneda
Además de Traki (que ha señalado que la mayoría de los pagos que reciben son en bitcoins) otras empresas como FarMarket, FarmaRato reciben pagos con criptomonedas.
Empresas y comunidad
Existen tres empresas que están trabajando con fuerza en Venezuela para atender la necesidad de puntos de venta físicos para procesar pagos con criptomonedas que parece haber emergido en el mercado local.
Así, además de Cryptobuyer, que ofrece un procesador de pagos en software, Xpay, una filial de Panda Group y Pundi X Venezuela, filial de PundiX Labs en el país, han ido instalando cada vez más equipos de este tipo en los comercios. Cabe señalar que el CEO de esta última empresa, Zach Cheah, estuvo en Venezuela la semana pasada para comprobar el funcionamiento de sus equipos junto con el equipo de CriptoTraki.
En Venezuela se ha llegado a intercambiar más dinero a través de LocalBitcoins en una semana que lo que se mueve a través de inversiones en la Bolsa de Valores de Caracas. En Caracas y otras ciudades cada vez más emprendedores se animan a utilizar bitcoin y otras criptomonedas como medios de pago para ayudar a crecer sus negocios.
Con la expansión de Pundi X en Venezuela ha quedado patente. De acuerdo con la empresa, han recibido solicitudes sobre sus tarjetas precargadas con bitcoin y otras criptomonedas en diversos lugares del interior del país. Hablamos de un fenómeno nacional, pero aún en pleno desarrollo.
Personalmente conozco de usuarios de bitcoin y otras criptomonedas en Zulia, Yaracuy, Bolívar, Lara, Aragua, Carabobo, Bolívar, Táchira y Mérida, y he tenido noticia de usuarios o comunidades en otros estados más apartados.
Considero que este es el estado actual del uso de las criptomonedas entre los venezolanos, mi punto de vista más sincero. Existen estudios a nivel universitario, cursos y seminarios; pero también hay algunos autodenominados especialista, quienes presentan la «blockchain» como una solución definitiva a muchos problemas.
Internet y electricidad
Debo hacer una mención aparte a los problemas de conectividad y electricidad que pueden afectar la utilización de cualquier criptomoneda. Debido a que se consideran obstáculos insalvables y en realidad ya hay soluciones para realizar transacciones por mensajes de texto, a través de Internet satelital o radial, que podrían ayudar a que los usuarios siguieran utilizando estas herramientas en cualquier región con una infraestructura limitada.
En el caso de un apagón de gran magnitud, como ya ha sucedido tres veces durante este año, el dinero en efectivo es el rey de las calles. Sin embargo, soluciones que no dependan de las plataformas bancarias (que generalmente no prestan servicios en este tipo de escenarios) podría ser una herramienta valiosa para el país.
Descargo de responsabilidad: los puntos de vista y opiniones expresadas en este artículo pertenecen a su autor y no necesariamente reflejan aquellas de CriptoNoticias.