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A pesar del exceso de tecnicismos, la tecnología de Bitcoin resaltó en todas las presentaciones.
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La falta de un lenguaje común dificulta el entendimiento sobre las criptomonedas.
Este miércoles, el Senado de la Nación Argentina dio inicio a lo que llamó el primer ciclo de debates sobre criptomonedas, de mano de la comisión de economía e inversión. El debate se planteó con el fin de permitir a los senadores entender mejor de qué trata esta tecnología para determinar, según palabras de la senadora Silvia Elías de Pérez, anfitriona del evento, si hay que regular y, de ser así, “cuál es el camino hacia la regulación de la criptomonedas”, palabras que llaman la atención, pues indican mente abierta ante el escenario nada común que representa regular monedas no estatales.
En el debate, que yo llamaría más bien un ciclo de charlas, pues no hubo discusión alguna, se tocaron temas que van desde la privacidad de las criptomonedas y los modelos actuales de regulación en el exterior, hasta cómo funciona Bitcoin. Destaco de estas charlas algunas de mis impresiones.
Balance, lenguaje y tecnicismo
En la primera charla, dictada por la especialista en protección de datos Johanna Caterina Faliero, resaltó el balance que debe haber entre regulación y privacidad de los usuarios de criptomonedas, así como los desafíos que existen para generar una regulación efectiva que no ahogue la innovación ni sea invasiva respecto al uso de la tecnología.
Asimismo, destacó la falta de un lenguaje común para referirse a esta tecnología: “criptoactivos”, “criptomonedas”, “monedas digitales” y “activos virtuales” fueron algunas de las palabras que Johanna y otros disertantes indicaron se usan indistintamente en el ecosistema y generan confusión.
La segunda charla estuvo inundada de tecnicismos e imprecisiones sobre la tecnología. En la disertación, el ingeniero Francisco José Faliero, confundió a la audiencia con explicaciones y comentarios rebuscados sobre el funcionamiento, ventajas y desventajas de las criptomonedas.
Entre los comentarios que más me sorprendieron puedo destacar lo hablado sobre transacciones irreversibles y emisión limitada como desventajas de Bitcoin, las menciones a las criptomonedas EOS (que según el ingeniero se comercializa en Ethereum) y Ripple como superiores a Bitcoin, la queja común sobre el gasto energético que genera la minería y el incesante argumento de la «falta de respaldo real».
Sobre los comentarios de Faliero, solo aclaro que las transacciones irreversibles son un requerimiento del sistema para poder alcanzar la descentralización (poder transar sin intermediarios), como bien lo explica Satoshi Nakamoto en la introducción de su insuficientemente leído libro blanco sobre Bitcoin.
Un bitcoiner al rescate
Afortunadamente para la acotada audiencia, y de eso hablaré luego, el cuarto disertante (sí me salté al tercero, por ahora) logró dar una magnífica, didáctica y necesaria explicación sobre Bitcoin, cómo funciona y qué problemas resuelve. Cristian Bruno subió al escenario sin presentación y en unos pocos minutos elevó a todo el auditorio (ponentes incluidos) de grado en cuanto a conocimiento de Bitcoin se refiere.
El director tecnológico de Bitex, empresa argentina dedicada al comercio con bitcoins, explicó a la audiencia que Bitcoin atiende con genialidad a tres problemas: ¿quién es el dueño del dinero? ¿tiene dinero esa persona en su cuenta? y ¿está intentando la persona gastar dos veces su dinero?
Para sus respuestas apuntó a la criptografía asimétrica o de llave pública, haciendo analogía con una bóveda (clave pública) y una llave (clave privada), a la función hash como una máquina para generar huellas dactilares de cualquier cosa digital, y a los mineros como escribanos encargados de la integridad de la contabilidad (blockchain) a quienes la red incentiva por su trabajo.
Luego de afinar la definición, explicando cómo la red opera sin un ente central, Bruno indicó al Senado que no considera que Bitcoin sea igual a Libra u otras criptomonedas, y que no cree que esta deba o pueda ser regulada.
El banco central sigue buenos ejemplos
La tercera disertación (que me había saltado) se dio de la mano de los encargados de la comisión de estabilidad financiera del BCRA, quienes mostraron cómo están siguiendo de cerca los avances en materia de regulación de países como Suiza, Japón, EE. UU. y otros de Europa, dejando claro que el banco está tomando nota de los que más saben.
En la presentación destacaron algunos modelos de clasificación de criptoactivos, como el suizo, que los divide en tokens valor, tokens de pago y tokens utilitarios. También se mencionaron algunos ejemplos sobre regulaciones avanzadas en los países antes citados, destacando el hecho de que regular las criptomonedas es un desafío y que incluso en lugares como EE.UU. no hay uniformidad y cada ente ha decidido regular como le conviene: la comisión de futuros como mercancía, el servicio de impuestos como propiedad y la comisión de valores caso por caso.
Igualmente se hizo mención a las alertas emitidas por entes de carácter mundial, como lo son el G20 o la FAFT, sobre el riesgo que pueden presentar para la estabilidad financiera global las criptomonedas y, más reciente y específicamente, las stablecoins (criptomonedas ancladas a dinero fíat). Alertas de las cuales el BCRA se hizo eco hace tan solo unos días.
Peligro sin la comunidad
La última disertación, dictada por el director legal de Ripio, Alejandro Rothamel, fue más bien corta y con un mensaje, a mi parecer, claro: déjennos ayudarlos a regular la industria.
Aunque puede sonar loable, la verdad es que, si solo unos pocos se involucran en la creación de una regulación que afecte a todos los usuarios y empresas de criptomonedas, serán esos pocos los que se beneficien de ella.
No hay que ir muy lejos para ver un ejemplo de lo que hablo. En México, las dos empresas que trabajaron directamente con los reguladores para definir la ley Fintech son las únicas que gozan del privilegio de poder operar tranquilamente en el mercado mexicano. Las empresas que no participaron en la creación de dicha ley se están encontrando con qué más que una ayuda, es una barrera de entrada.
La creación de regulaciones efectivas pasa por involucrar a todos los potenciales afectados. Si bien, lo que se dio ayer en el Senado fue un paso en la dirección correcta, es necesario que lo que inició como un ciclo de charlas se convierta en un debate que involucre a toda la comunidad de usuarios y empresas de criptomonedas. Para lograrlo, y en sintonía con el espíritu de transparencia de las criptomonedas, creo que el primer paso debe ser no solo enviar las grabaciones de los debates a los senadores, como se explicó, sino publicarlas para que cualquiera las vea e invitar con suficiente fuerza a la ciudadanía a participar. Pues, como se dijo hoy, las criptomonedas son el futuro de la economía nacional y mundial.