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Bitcoin solo es, más allá de los predicados que se le atribuyan.
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Bitcoin será distintas cosas para distintas personas.
Nada está construido en piedra;
todo está construido sobre arena,
pero debemos construir
como si la arena fuera de piedra.Jorge Luis Borges.
Bitcoin es un cementerio de narrativas. Pero de narrativas zombi, tantas veces asesinadas como tantas veces levantadas como escudo para defender que Bitcoin es esta u otra cosa. Y uno que ya se ha cansado de ser sepulturero, se conforma con el oficio de velador, contemplando las filas de neófitos profanando tumbas o practicando nigromancia, con la expectativa de que las narrativas decesas les develen su futuro financiero.
Permítanos explicarnos, querido lector, antes de que huya espantado por estas visiones fúnebres (los no-muertos que por este texto se arrastran no son de los que mascan cerebro con mandíbulas dislocadas). Excúseme, pero no es nuestra culpa que Satoshi haya decidido compartir el white paper de Bitcoin el día de Halloween, Día de Muertos, Samhain, o como sea que le llamen por su casa. ¿Casualidad o causalidad? Nunca lo sabremos. Así como nunca sabremos si esos simbolismos que se le atribuyen a Satoshi (como su fecha de nacimiento) son intencionales o no. Porque Satoshi ya no está entre nosotros, aunque siempre haya estado entre nosotros.
Ese es precisamente el marco de este texto: la muerte de Satoshi. Su muerte simbólica, porque de su muerte física no tenemos certeza. Y es esta incertidumbre la que ocupa el espacio de su ausencia. Ante el silencio de Satoshi, muchos claman saber qué es Bitcoin, definiéndolo como mejor se acomode a sus intereses. Al no haber un creador que afirme o refute, se abre el camino a cualquier narrativa. “Si Satoshi no existe, todo está permitido”, diría el Iván Karamazov de Dostoievski.
Y para seguir citando ideas intensas y mortuorias, invitamos a nuestro cementerio a Roland Barthes. Si el filósofo francés se levantara de su sepulcro para compartir unas palabras en nuestro velorio de narrativas, probablemente las extrajera de su texto La muerte del autor, al no haber tenido tiempo para preparar algo original durante su descanso eterno. Nos explicaría sobre el white paper, llamándolo texto, por comodidad:
“Hoy en día sabemos que un texto no está constituido por una fila de palabras, de las que se desprende un único sentido, teológico, en cierto modo (pues sería el mensaje del Autor-Dios), sino por un espacio de múltiples dimensiones en el que se concuerdan y se contrastan diversas escrituras, ninguna de las cuales es la original: el texto es un tejido de citas provenientes de los mil focos de la cultura.”
Roland Barthes, La muerte del autor
Barthes (o nosotros a través de él) aquí está aludiendo a los cypherpunks y a todas las investigaciones sobre dinero digital y criptografía que precedieron y posibilitaron Bitcoin, las cuales sirvieron a Satoshi como bloques para construir su texto.
Pero, disculpa, Barthes, no te interrumpimos; prosigue:
“Una vez alejado el Autor (se refiere a Satoshi, desaparecido desde 2011), se vuelve inútil la pretensión de «descifrar» un texto. Darle a un texto un Autor es imponerle un seguro, proveerlo de un significado último, cerrar la escritura. La escritura instaura sentido sin cesar, pero siempre acaba por evaporarlo: procede a una exención sistemática del sentido.”
Roland Barthes, La muerte del autor
A eso nos referimos, en parte, con nuestro titular. Sí, Satoshi le dio un sentido a Bitcoin: ser un sistema de efectivo electrónico entre pares. Pero, con el pasar de los años, este sentido también se ha ido evaporando. No solo nos referimos al debate respecto a si Bitcoin debería funcionar como efectivo o como oro digital, polémica que terminó en la bifurcación de Bitcoin Cash en 2017. Esas personas aún compartían la visión de Bitcoin como un sistema electrónico entre pares, aunque disintieran sobre su efectividad. Pero hoy los más pesados actores de este mercado usan btc sin usar Bitcoin; se exponen al precio del activo sin siquiera haber tocado con una pinza la red.
Aquí no queremos ponernos moralistas, condenando uno u otro supuesto uso (aunque sí aprovechamos para recordarte que, si tu Bitcoin está en manos de un custodio, no es tuyo). Como nuestro trabajo en este cementerio imaginario es de veladores, solo queremos develarte la existencia de las narrativas zombis.
Aunque dudamos con el más profundo escepticismo que la mayoría de la gente que tiene BTC en la actualidad haya leído el white paper, a fines reflexivos suspendamos la incredulidad y demos una oportunidad a lo inverosímil. Cada vez que una persona lee el white paper, esta persona re-crea el white paper. Con su lectura, llena de su bagaje cultural, sesgos y demás filtros de la percepción, hace una interpretación de las palabras de Satoshi que le da al texto un nuevo sentido. Así lo dice Barthes:
“Existe un lugar en el que se recoge toda esa multiplicidad, y ese lugar no es el autor, como hasta hoy se ha dicho, sino el lector: el lector es el espacio mismo en que se inscriben, sin que se pierda ni una, todas las citas que constituyen una escritura.”
Roland Barthes, La muerte del autor
Que este fenómeno ocurra en Bitcoin no es algo nuevo. Ya en 2018, los investigadores Hasu y Nic Carter presentaron una lista de narrativas cambiantes en su texto Visiones de Bitcoin, que enumeraba las distintas interpretaciones hechas sobre Bitcoin hasta el momento:
- Prueba de concepto de efectivo electrónico
- Red de pagos p2p barata
- Oro digital resistente a la censura
- Moneda anónima y privada de la darknet
- Moneda de reserva para la industria cripto
- Base de datos compartida y programable
- Activo financiero no correlacionado
Entre otras.
Históricamente hemos visto como estas narrativas zombis van y vienen, mueren y reviven, unas con más frecuencia que otras. Pero lo interesante de todo esto es que, ante la ausencia de Satoshi, Bitcoin no tiene ni tendrá un sentido único.
Bitcoin se mantendrá teniendo el sentido y la utilidad de la gente que lo utiliza. Como si fuéramos bebés explorando el mundo, cuando un tenedor puede ser un avión, un freesby, un báculo, o lo que sea útil al juego, las personas seguirán usando Bitcoin de la manera que mejor se les acomode, y ese desbordamiento de vida y de sentido es lo que queremos celebrar este día de muertos, aniversario del white paper de Bitcoin.
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