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Twitter no es el mundo real, es una plataforma propiedad de una empresa.
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Es curioso que bitcoiners pongan esperanzas de libertad en una red centralizada.
La compra de Twitter por parte de Elon Musk ha generado todo tipo de reacciones. Muchas personas han manifestado su preocupación por la toma de Musk de una plataforma que consideran central para el movimiento de la información en la actualidad, mientras que otras creen en la promesa del empresario para los usuarios de la red social: convertirla en una verdadera plataforma para la «libertad de expresión».
Entre esas personas, muchos son bitcoiners, cuyos principios parten de la erradicación de los terceros de confianza, de los intermediarios y de la centralización: todo lo que Twitter no es ni será. No importa lo que prometa Musk.
No es que él en particular no pueda o quiera hacerlo (sus motivaciones solo las puede conocer cabalmente él mismo), sino que una plataforma como esa no responde necesariamente a la premisa de la libertad.
Por más voces que tengan presencia en la red social y el enorme flujo de información que por allí se publica, sigue siendo una plataforma propiedad de una empresa que, por su naturaleza centralizada, puede censurar a su antojo. Tienen derecho a hacerlo (así funcionan las empresas y servicios) y lo han hecho desde que el mundo es mundo.
Veamos por un momento a Twitter como si fuera mi casa. En este espacio yo puedo ser abierto a recibir a una amplísima diversidad de personas con sus respectivas voces propias. Incluso puedo darles la oportunidad de hablar y expresarse a su antojo. Pero seguirá siendo mi casa, bajo mis propias y subjetivas reglas.
Siempre existe la posibilidad de que una persona diga o haga algo ofensivo, agresivo o simplemente no acorde con mis principios; y eso podría cambiar mi opinión sobre permitir su presencia en mi espacio. En definitiva, algo que me haga pedirle que se vaya de mi casa. Tomemos eso como mis «políticas de uso» del espacio de «expresión» que es mi casa, en este ejercicio imaginario. Todo se complica más si sumamos lo compleja que es la libertad de expresión. Especialmente, cuando en su nombre se violenta el derecho de los demás de no ser violentados.
¿Qué nos garantiza, entonces, que Musk no pueda cambiar de opinión en algún punto sobre los límites de la «libertad de expresión» que alega querer garantizar en Twitter? ¿Dónde estarían las fronteras de esa libertad y quién será el encargado de dictaminar lo que es correcto? Según el propio Musk, simplemente se apegaría a las leyes en su concepción de lo que es «libertad de expresión». Pero esas son las reglas de Estados Unidos. ¿Seguimos todos las mismas reglas? Después de todo, seguirá siendo su «casa».
No confíes, verifica
Hay quienes simplemente dan por hecho que lo que dice querer Elon es lo que va a efectivamente hacer. Parece, o al menos a mí me da esa impresión, que esa forma de confiar ciegamente va en total oposición con uno de los más básicos principios bitcoiners: no confíes, verifica.
Esos mismos bitcoiners se basan en el éxito de las empresas de Musk y su forma desenfadada de comunicarse por la red social y otros medios para asegurar que tendrá éxito en lo que promete. Esto, cabe reiterar, dando por ciertas sus intenciones manifiestas.
Pero para mí el problema no es si cumplirá o no. Sí, Twitter contiene las voces de millones de personas. También es cierto que la comunidad bitcoiner en particular es muy fuerte y tiene mucho arraigo en esta red. Incluso, podríamos decir que es el espacio de debate más activo y diverso para los bitcoiners en la actualidad. Ahora, tomemos un momento para reconocer algo: a pesar de todo esto, Twitter no es el centro del mundo y la vida sigue fuera de sus fronteras.
A pesar de esa importancia que no se le puede negar, ¿no deberíamos, como bitcoiners, tener claro que es solo una herramienta más? ¿No deberíamos tener claro que es algo en esencia centralizado y que, con ese principio, no puede ser considerada como un espacio que garantice libertad absoluta sino más bien limitada?
¿Es Bitcoin únicamente una forma de dinero, una red monetaria? ¿O es también una aproximación filosófica y política de la vida? Como yo lo veo, Bitcoin es una forma de entender también el mundo fuera de lo económico. Y Twitter, Facebook, Instagram o cualquier otra red no funcionan ni pueden funcionar como un bitcoiner esperaría. Estén manejadas por Musk o no.
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