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Equipos activos migran a otras zonas de Asia, nuevas máquinas van a Norteamérica.
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Este proceso de migración podría no completarse sino en el primer trimestre de 2022.
La migración de equipos de minería saliendo de China es ya una realidad. Muchas de las máquinas para minar Bitcoin que están saliendo del país asiático tienen como destino Norteamérica, Europa u otras zonas de Asia Central, como Kazajistán.
El reporte surge de una serie de tuits de Edward Evenson, jefe de desarrollo comercial de Braiins, empresa dedicada a la minería digital que gestiona uno de los diez mayores pools de minería de Bitcoin en la actualidad, Slush Pool.
Según Evenson, muchos equipos que ya estaban dedicados a la minería de Bitcoin se están trasladando desde la región de Xinjiang a otras zonas en el continente asiático. Mientras tanto, nuevas máquinas están siendo enviadas directamente por los fabricantes Bitmain y MicroBT hacia Norteamérica, mayoritariamente.
Muchos han previsto fuertes migraciones de mineros ante una potencial ola de medidas de parte del gobierno chino contra las granjas mineras en el país. Como reportó CriptoNoticias recientemente, se ha reportado ese interés de parte de las autoridades, lo que ha generado una ola de temor en la industria y una caída pronunciada del poder de procesamiento de la red.
Sin embargo, el ejecutivo aseguró que esta no es una situación nueva, sino «la continuación de una tendencia que ya estaba en marcha por parte de los mineros chinos, que se han expandido en Asia Central, Oriente Medio, Rusia y, en menor medida, Norteamérica». Evenson agregó que el total de megavatios que saldrían del gigante asiático equivale a la capacidad de mineros de toda la región canadiense de Quebec.
Tal como diversas personalidades en el entorno bitcoiner, Evenson considera que esta mayor distribución es una buena noticia para Bitcoin y la industria de la minería. Especialmente, cuando se está cambiando energía principalmente proveniente del carbón (como es el caso de China) por energías renovables, especialmente en zonas como Canadá.
Precisamente, el tema del impacto ambiental de la minería de Bitcoin lleva un par de semanas sobre el tapete. Sobre todo, por los ataques del multimillonario Elon Musk. El propio Musk, con el apoyo de Michael Saylor (MicroStrategy) formó el Consejo Minero de Bitcoin, mediante el cual los principales mineros de Norteamérica esperan generar políticas de minería más amigable con el ambiente.
Más distribución = una red más descentralizada
“El hash rate se está distribuyendo cada vez más en todo el mundo, lo que reduce los vectores de ataque y alivia las preocupaciones sobre el uso de la energía del carbón en Xinjiang. Buen momento teniendo en cuenta los acontecimientos recientes en torno al tema del uso de energía y la minería”.
Edward Evenson, jefe de desarrollo comercial de Braiins.
Un poder de procesamiento más distribuido en el mundo reduce igualmente la dependencia de la red con respecto a una zona en particular. Con la mayoría del hash rate en territorio chino, por ejemplo, la red Bitcoin ha estado a expensas de grandes caídas repentinas del poder de cómputo acumulado en temporadas de fuertes lluvias en las zonas del gigante asiático con más concentración de máquinas mineras.
Aunque el movimiento de los mineros ya está en marcha, Evenson advirtió que esto no terminará de gestarse en el corto plazo. Según sus estimaciones, este es un proceso largo que no se completará sino hasta finales del primer trimestre de 2022.