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El poder computacional sigue creciendo a pesar de la volatilidad del mercado.
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La dificultad y los costos de la minería no han sido obstáculos para la expansión.
Es usual que el precio de bitcoin (BTC) sea considerado un factor determinante a la hora de hablar de la expansión de la criptomoneda. Si bien su cotización duplicó hace 10 días el máximo histórico registrado en el 2017, de unos 20.000 dólares, el poder computacional en conjunto de la red (hash rate) ha crecido aún más en estos tres años.
En este ciclo han sido muchos los elementos que han intervenido en las variaciones de la cotización, pero la tendencia en general ha sido al alza, al igual que el poder de procesamiento. El 8 de enero el precio de bitcoin alcanzó los 41.940 dólares por unidad, según registros de CoinGecko.
La cifra es significativa y acapara la atención de los medios de comunicación, los traders, los recién ingresados al mundo de las criptomonedas y del público en general. Sin embargo, el que el hash rate haya crecido 10 veces más en el mismo periodo habla del interés que existe para que la red sea más segura y confiable, independientemente de lo que suceda con el precio de BTC.
A mediados de diciembre del 2017 el hash rate de la red Bitcoin era de unos 13,4 EH/s. En la actualidad esa cifra es de 155,4 EH/s, de acuerdo con cifras de blockchain.com. Lo anterior es debido al arribo de nuevos mineros y equipos con mayor capacidad de procesamiento.
El aumento en la dificultad de la minería de Bitcoin y los costos asociados a la actividad, no han impedido que más mineros lleguen para participar en una red que es pública y abierta. En la actualidad la dificultad está al tope con 20,6 T como medida relativa para que el minado de los bloques ocurra cada 10 minutos, aproximadamente.
Este incremento del poder de procesamiento también está influyendo en las empresas que fabrican equipos ASIC para la minería de Bitcoin. Compañías como Bitmain, Canaan o Innosilicon, por ejemplo, constantemente anuncian la producción de nuevos mineros para ajustarse a la dificultad de la red. Una situación similar, aunque en menor medida, sucede con los fabricantes de tarjetas de video o GPU para minar.
Incentivos para los mineros de Bitcoin
Mantener la red segura y confiable podrían ser motivos altruistas para ingresar a la minería de bitcoin. No obstante, durante años los mineros se han incorporado movidos por los incentivos que derivan de las comisiones y las recompensas por bloques minados.
CriptoNoticias informó en diciembre que solo por las comisiones, los mineros de Bitcoin registraban ingresos por casi tres millones de dólares diarios. En enero del año pasado los incentivos por validar las operaciones eran de unos 70.000 dólares por día.
El que el hash rate aumente es evidencia del buen estado de la red y lo blindada que se mantiene para validar transacciones y minar nuevos bloques, todo orientado a una descentralización del procesamiento de datos.
Esta mayúscula capacidad también se traduce en que un potencial ataque a la red sería cuesta arriba debido al alto costo que representaría. Tanto hash rate también implica que nadie puede modificar arbitrariamente ni violentar las reglas del protocolo, lo que se traduce en una incorruptibilidad y la imposibilidad de manipular la red.
Más allá de las demoras que existan en la red para confirmar una transacción, la seguridad de la misma es un elemento fundamental a la hora de movilizar fondos en este sistema. A diferencia de otros proyectos en los que las operaciones son más rápidas, en Bitcoin hay una mayor ponderación de la confiabilidad.
Hay que recordar también que la red Lightning sobre Bitcoin continúa avanzando para ofrecer transacciones inmediatas utilizando canales de pago. Esta solución compromete fondos entre las partes para luego asentar la operación en la blockchain.