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El éxito de las ICO llevó a muchos inversionistas novatos a apostar por proyectos fraudulentos.
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Las DeFi deben sortear la especulación de los usuarios si desean desarrollar todo su potencial.
“¿Déjà vu?”, es la pregunta que ronda por la mente al presenciar el más reciente estallido de popularidad de las plataformas de finanzas descentralizadas (DeFi). Las similitudes entre la fiebre de las ICO y el actual crecimiento de las DeFi de Ethereum no pasan desapercibidas para aquellos que se encuentran en la comunidad de criptomonedas desde antes del 2017.
Esto preocupa y mucho, porque podría ser un indicio de la aparición de una nueva burbuja económica en Ethereum, que podría llevarse todo a su paso debido a la especulación e insensatez de los usuarios. Tal como ocurrió en el ecosistema hace ya casi tres años atrás, cuando miles de inversionistas decidieron apostarlo todo en las Ofertas Iniciales de Moneda (ICO) para no perderse de “la oportunidad de oro” que los convertiría en millonarios.
Hoy en día muchas de estas personas perdieron su dinero o nunca generaron las ganancias soñadas, porque dichos proyectos blockchain en los que depositaron su confianza fueron sonados fraudes o jamás alcanzaron su máximo potencial. Pero, ¿realmente esta historia de las ICO puede repetirse nuevamente en Ethereum con las plataformas DeFi?
Las alarmas ya están sonando. Cada vez más expertos hablan a los usuarios sobre los riesgos de las plataformas de préstamo descentralizado y el famoso yield farming. Por ejemplo, Sasha Ivanov, fundador de Waves, tuiteó a la comunidad: “No vayamos a convertir a las DeFi en una nueva burbuja ICO”.
Olga Feldemeier y Edward Moncada —ambos especializados en inversión con criptomonedas — también señalaron en la conferencia Block Down 2020 que, aunque las finanzas descentralizadas tenían mucho potencial, había que ser cauteloso a la hora de invertir en ellas porque se trataba de un mercado nuevo y posiblemente volátil como las ICO.
Mientras los profesionales de las criptomonedas levantan las cejas ante la actual explosión de popularidad que viven las plataformas DeFi, dicha industria posee en la actualidad 1,7 billones de dólares en ethers comprometidos (congelados) en sus contratos inteligentes, según registros de DeFi Pulse. Asimismo, el protocolo de préstamos Compound ha logrado acumular una dominancia del 35,01% en este ecosistema, luego de un crecimiento constante en lo que va de año y la introducción al mercado de yield farming.
El crecimiento de este ecosistema per se no es negativo, muchos consideran que las finanzas descentralizadas serán la banca digital del mañana. No obstante, que estas plataformas se vuelvan “la solución de moda” puede ser perjudicial para su desarrollo, puesto que muchos usuarios podrían iniciar actividades en este ecosistema sin entenderlo realmente y dejarse llevar por las apariencias o los consejos de terceros mal intencionados.
En este artículo repasaremos la tendencia que mas resonó en el mercado de Ethereum del 2017, las Ofertas Iniciales de Moneda (ICO), y trazaremos las semejanzas entre lo vivido entonces y el actual ascenso meteórico de las DeFi. El objetivo es determinar si existe alguna fórmula que evite que la comunidad de Ethereum quede atrapada dos veces en una burbuja económica.
La locura del dinero fácil con las ICO
Las Ofertas Iniciales de Moneda (ICO) aparecieron en el ecosistema para el año 2013, cuando se llevó a cabo la primera de estas campañas con el proyecto MasterCoin. Estas iniciativas destacaron como una alternativa al crodwfunding, ya que permitían a las nuevas empresas recaudar dinero digital de forma descentralizada para desarrollar sus proyectos blockchain.
El esquema de las ICO funcionaba de la siguiente manera: una empresa o proyecto promocionaba su propio token como futuras unidades funcionales de moneda, las cuales podían ser luego utilizadas en la red o plataforma si se lograba el objetivo de financiamiento estipulado. Es decir, los tokens servirían para interactuar con la iniciativa y generarían (en ciertos casos) suculentas ganancias. Debido a la promesa o al interés sobre el proyecto, miles de usuarios del ecosistema decidían adquirir dichos tokens y ayudaban a financiar estas iniciativas.
El mismísimo Ethereum, hoy en día la segunda blockchain más importante del mercado de criptomonedas después de Bitcoin, dio sus primeros pasos gracias a una Oferta Inicial de Moneda. Esta blockchain poco después se convirtió en el lugar predilecto para las ICO, que se perfilaban como la fuente de capital mas conveniente para que nuevos proyectos pudieran desarrollar sus propias ideas. De esta manera, para el año 2015 ya existía un mercado pequeño de estas ofertas, donde las iniciativas más visibles lograban recaudar unos cuantos millones de dólares.
El año 2016 marcó un antes y después con la financiación de DAO, organización que logró recaudar 150 millones de dólares en unos pocos días y llamó profundamente la atención del ecosistema. Lamentablemente esta iniciativa terminó en uno de los más grandes hackeos del mundo de las criptomonedas, lo que derivó a su vez en la aparición de Ethereum Classic luego de que la mayor parte de la comunidad de Ethereum decidiera revertir el evento.
Aunque DAO dejó una mancha en las ICO, el camino al éxito ya estaba labrado. Para mediados del 2017 se aceleró la fiebre de estas campañas de financiamiento en todo Ethereum, con la proliferación de cientos de proyectos basados en blockchain que atendían muy diversos casos de uso.
En paralelo a esta tendencia, el valor de las criptomonedas también aumentaba. El mercado de criptoactivos pasó de valorarse en 7 mil millones de dólares para el 2016 a 130 mil millones de dólares para mediados del 2017, según datos de Forbes para aquel entonces. De igual manera, a finales de ese año se concretó el boom del mercado, con bitcoin llegando a su máximo histórico de 19.900 dólares por unidad.
La burbuja había sido inflada. Con los medios de comunicación enamorados de aquellas historias donde las personas se convirtieron en millonarios de la noche a la mañana gracias a bitcoin y el mercado lleno de números verdes, cualquier nuevo proyecto de criptomonedas parecía una buena oportunidad para hacer cuantiosas ganancias.
Empezaron a proliferar iniciativas donde el uso de blockchain no era necesario o totalmente inviable; llegando incluso a concretarse ICO que pasaron a la historia por su inutilidad, como fue el caso de Trumpcoin y Bananacoin. La situación se complejizó cuando una cantidad importantes de estas Ofertas Iniciales de Moneda se revelaron como fraudes, tal y como denunció el grupo Satis en una investigación que arrojó que el 80% de estas ofertas eran engañosas.
La especulación estaba a la orden del día, y fue exactamente esta actitud frente a las Ofertas Iniciales de Moneda la que determinó el inicio del fin de esta tendencia en Ethereum. Los usuarios invertían en proyectos sin investigar sobre sus aspectos técnicos o desarrolladores, dejándose seducir por promesas como “este token será el próximo bitcoin”.
El mercado de las ICO se convirtió en un nicho altamente especulativo, donde sus miembros estaban más interesados en las ganancias que podían generar en pocos días que en las aplicaciones y aportes que ofrecerían los proyectos al mundo blockchain. Aunado a la falta de supervisión legal y basamento regulatorio, fueron muchos los usuarios timados por iniciativas que eran demasiado buenas para ser reales.
El fin de este espiral llegó en 2018, cuando el mercado de criptomonedas tuvo su más abrupta caída de precios. Muchas de estas Ofertas Iniciales de Moneda empezaron a ser investigadas por las autoridades estadounidenses debido a posible venta de activos no regulados, China también decidió prohibirlo en todo el territorio.
Con la lupa sobre sus cabezas, el ecosistema se curó de la fiebre de las ICO y la popularidad de las mismas cedió para mediados de ese año. No obstante, las consecuencias fueron muy costosas. Miles de millones de dólares invertidos en proyectos que desaparecieron o nunca tuvieron el éxito prometido. Cientos de personas estafadas y sin posibilidad de resguardo legal, así como también una oleada de proyectos hackeados acrecentó la crisis.
Hoy en día son pocos los proyectos que se aventuran a realizar Ofertas Iniciales de Moneda, y prefieren recibir capital de inversionistas de riesgo o llevar a cabo una Oferta de Inversión Pública (IPO). De esta manera, Ethereum cerró este oscuro capítulo de las ICO para abrirse paso a los cripto-coleccionables, las plataformas de juego y las finanzas descentralizadas (DeFi).
¿Están las DeFi de Ethereum repitiendo los errores de las ICO?
Desde el 2018 se decía que las aplicaciones descentralizadas son el mañana de Ethereum, y eso se empezó a vislumbrar en el 2019 con las criptomonedas estables ancladas al dólar, como Tether y DAI. Pero muy pocos esperaban que realmente fuese el 2020 el año de las DeFi y que, con plataformas especializadas en préstamos y derivados, lograrían captar la atención de todo el ecosistema.
Para inicios de año las plataformas DeFi representaban el 50% del volumen de las Dapps de Ethereum, según datos de Dapp.com. También se conoce por estudios de Dune analytics que la cantidad de direcciones únicas de aplicaciones DeFi aumentaron un 70% en lo que va del 2020. Asimismo, Defi Pulse ha registrado que para principios de mes de junio este mercado había logrado alcanzar nuevamente los mil millones de dólares en ether comprometidos en sus contratos inteligentes.
Estos datos nos permiten visualizar cómo ha ido creciendo este mercado, que fue dominado durante varios años por la firma MarkerDAO, pero que recientemente ha tenido un cambio de liderazgo con el ascenso de Compound como la que posee mayor cantidad de criptomonedas ancladas a su plataforma de préstamos y capitalización de mercado.
Aunque en un principio la comunidad de criptomonedas prestó atención a las finanzas descentralizadas por el desarrollo de diversos servicios bancarios y financieros descentralizados, hoy en día la popularidad de las DeFi parece pender más que nada de la especulación.
La posibilidad de aprovechar arbitrajes entre distintas plataformas, acumular intereses y generar enormes tasas de rendimiento seduce a inversionistas expertos y novatos a probar suerte en este mercado. El yield farming, también conocido como “rendimiento agrícola” en español, es ahora el último grito de la moda en el mundo de las criptomonedas y todos quieren hablar sobre estas estrategias de inversión.
Un artículo de CriptoNoticias profundiza en los vericuetos de estas granjas basadas en rendimiento y altos porcentajes de interés. Sin embargo, aquí no vamos a hablar directamente del yield farming en Ethereum, sino de cómo los usuarios de estas plataformas DeFi —por medio de esquemas altamente especulativos— están incurriendo los mismos errores que se cometieron con las ICO.
Como ya hemos visto anteriormente, la impulsividad y la especulación en el mundo de las criptomonedas pueden ser una opción desastrosa. La actual popularidad de las plataformas DeFi en Ethereum puede llevar a los usuarios a un callejón sin salida, donde la gran mayoría querrá apostar en tendencias que no conoce a profundidad con el objetivo de no perderse de una buena oportunidad para hacer dinero, tal y como ocurrió en el pasado con las ICO.
Si los usuarios no investigan sobre los riesgos financieros a los que se expone al invertir o utilizar una plataforma de préstamos, una casa de cambio descentralizada o práctica el yield farming, entonces estará depositando su dinero en un campo minado esperando que ocurra un milagro. Depositarán una confianza ciega en un tercero o un código, sin poder proveer de métodos o planes para salvaguardar su dinero.
Uno de los puntos que más preocupa a los expertos del ecosistema es que la seguridad de las plataformas DeFi depende de otros seres humanos, por lo cual un error en el código o una vulnerabilidad no detectada puede dejar expuestos todos los fondos de los clientes. Por ejemplo, puede ocurrir que una de estas plataformas tenga una vulnerabilidad en un contrato inteligente, como fue el caso de Balancer.
La plataforma Balancer perdió 450.000 dólares el pasado 29 de junio en un ataque llevado a cabo por hackers, quienes aprovecharon una vulnerabilidad en los tokens deflacionarios de la red y drenaron dos pools multi-tokens. La empresa ha asegurado que reembolsará a todos los afectados, por lo cual a largo plazo pareciera que sólo fue un mal susto.
Un error humano también puede dejar a los usuarios de DeFi expuestos a contratiempos monetarios, como fue el caso de la aplicación Hegic que por un error de tipeo bloqueo los fondos de contratos ya vencidos. Asimismo, la comunidad también está expuesta a estafas que utilizan métodos de phishing o suplantación de identidad para robar información sensible; como ya pasó a clientes de MakerDAO y otras plataformas.
Paul Sztorc, creador de Bitcoin Hivemind y Drivechain, considera que los oráculos también serán un problema para las plataformas DeFi el día de mañana, ya que muchas de ellas dependen de estos servicios de data y la mayoría son vulnerables a la corrupción. Mientras que el académico Adam Cochran apunta que uno de los grandes riesgos de este nuevo mercado es su no tan confiable descentralización, la cual podría ser violentada por proyectos gigantes como MakerDAO.
Estas advertencias y sucesos desfavorables prueban que la industria de las DeFi está aún en pleno crecimiento, y depende de activos altamente volátiles y aspectos técnicos que necesitan más desarrollo. Por si fuera poco, las finanzas descentralizadas tienden a tener poca regulación y, por ende, sus usuarios no se encuentran legalmente protegidos si ocurre un fraude o robo de activos.
La clave para que el ecosistema DeFi no vuelva a cometer los errores del pasado, es aprendiendo de sucesos como las ICO y poniendo en práctica dichas enseñanzas a la hora de interactuar en Ethereum. Los mercados altamente especulativos, como lo fueron las Ofertas Iniciales de Moneda en su momento y hoy en día es el yield farming, pueden generar cuantiosas pérdidas e incluso la evaporación de ahorros de vida.
Siempre es importante tomar en cuenta e investigar los aspectos técnicos de un proyecto, conocer sus limitaciones de seguridad y funcionamiento es esencial para conocer los riesgos que podría conllevar una inversión en dicha plataforma. Si la comunidad tiene estas lecciones en mente podrá aprovechar el actual éxito de las plataformas DeFi sin que las mismas se conviertan en una ruleta rusa para sus bolsillos.