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Bitcoin se comporta cada vez más como oro digital.
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Crece la industria de la tokenización de activos del mundo real.
La volatilidad sacudió los mercados financieros en abril, y los criptoactivos no escaparon a la tormenta.
Sin embargo, bitcoin (BTC) y algunas criptomonedas demostraron resiliencia. Más allá de las fluctuaciones, un cambio profundo está tomando forma. La moneda digital creada por Satoshi Nakamoto se aleja de la especulación y se posiciona como un pilar en la economía global, comportándose cada vez más como oro digital.
Los mercados financieros enfrentaron turbulencias en abril, impulsadas por la incertidumbre en torno a la política arancelaria de Donald Trump tras el «Día de la Liberación».
Bitcoin, junto con otros criptoactivos, experimentó volatilidad, al igual que las acciones y activos de riesgo. Sin embargo, el Nasdaq Crypto IndexTM (NCITM) revela que las criptomonedas se recuperaron más rápido que el S&P 500 y el oro semanas posteriores a los eventos como la crisis bancaria regional de Estados Unidos en 2023, la reversión del carry trade del yen en agosto de 2024 y los aranceles impuestos por Trump en abril pasado.
Esta capacidad de recuperación no es casual. Según un informe de la firma de inversiones Hashdex, bitcoin está entrando en una nueva fase, caracterizada por una convergencia entre el comportamiento del mercado, los desarrollos regulatorios y los casos de uso en el mundo real. Dos tendencias destacan en este proceso.
Bitcoin, el oro digital
En primer lugar, bitcoin consolida su rol como reserva de valor, adoptando características de un «oro digital» en las carteras institucionales.
Empresas como Strategy, Metaplanet y Semler Scientific han acumulado más de 560.000 BTC, según datos de Bitcoin Treasuries.
Además, iniciativas gubernamentales refuerzan esta percepción: en marzo, el presidente Trump anunció la formalización de una reserva estratégica de bitcoin en Estados Unidos.
Por otro lado, el comportamiento de bitcoin en eventos macroeconómicos recientes lo alinea con el oro. Cuando los índices bursátiles cayeron y el dólar alcanzó un mínimo de tres años, BTC y el oro subieron también.
El oro marcó un hito al alcanzar los 3.500 dólares por onza el 22 de abril, duplicando su valor desde 2020.
Bitcoin, por su parte, mostró su fortaleza al caer por debajo de los 76.000 dólares a principios de abril por los aranceles, para luego recuperarse a mediados de mes y subir casi un 25%. Con su escasez verificable de 21 millones de unidades, liquidez global y portabilidad, BTC se presenta como una alternativa digital al oro.
Tokenización: la nueva frontera
En segundo lugar, la adopción global de stablecoins y la tokenización de activos del mundo real (RWA, por sus siglas en inglés) están transformando el panorama. En este ámbito, redes como Ethereum y Solana se consolidan como la infraestructura de un sistema financiero emergente.
Un ejemplo significativo es la iniciativa de BlackRock, la mayor gestora de activos del mundo, que solicitó autorización a la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) para tokenizar una clase de acciones del BLF Treasury Trust Fund (TTTXX), un fondo de mercado monetario valorado en 150.000 millones de dólares, como lo reportó CriptoNoticias.
A esto se suma un entorno regulatorio más favorable en Estados Unidos, con anuncios políticos que apoyan a las criptomonedas. Según Hashdex, estas tendencias aceleran la integración de bitcoin y los criptoactivos en la economía global y generan oportunidades de inversión a largo plazo.
Factores clave de la evolución
Hashdex identifica tres factores que impulsan esta transición. Primero, el escenario macroeconómico favorece a bitcoin como cobertura contra la devaluación monetaria y la inestabilidad. Mientras las economías desarrolladas lidian con inflación y deuda, los inversionistas reevalúan los activos reales. Bitcoin, con su límite fijo, se posiciona como una alternativa al oro.
Segundo, la infraestructura institucional ha dado un salto con el lanzamiento de ETF de bitcoin al contado en Estados Unidos en 2024. Estos instrumentos ofrecen una vía regulada y eficiente para invertir en BTC.
El ETF iShares Bitcoin Trust (IBIT), el más grande del mercado y gestionado por BlackRock registró entradas de 3.000 millones de dólares en 12 días hasta el 30 de abril, mientras que los ETF de BTC al contado en conjunto acumularon 4.000 millones en ocho días, señaló Nate Geraci, especialista en ETF.
Tercero, los datos on-chain reflejan un cambio en el comportamiento de los inversionistas. Los poseedores a largo plazo (LTH), que mantienen bitcoin por más de 155 días, han retomado la acumulación. El Cambio de Posición Neto para los LTH pasó a terreno positivo, indicando que estos inversionistas compran más de lo que venden.
Además, una parte significativa de bitcoin permanece en wallets inactivas por más de un año, lo que refuerza la estabilidad de precios y la confianza en su valor futuro.
Una fase de madurez para bitcoin
Hashdex resume esta evolución en una idea central: bitcoin y las criptomonedas están entrando en una fase marcada por una integración medible en la economía global, dejando atrás la especulación.
El rol de bitcoin como reserva de valor, junto con la centralidad de las plataformas de contratos inteligentes en monedas estables y tokenización refleja esta transición. Su actividad indica una convicción macro, no solo movimientos especulativos, señala el informe sobre los LTH.
A lo largo de su historia, bitcoin ha sido percibido como un activo especulativo. Sin embargo, su escasez, descentralización y resistencia a la censura lo consolidan como una reserva confiable. “Hoy, vemos señales claras de que esta percepción está cambiando”, agrega Hashdex.