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Añadir bitcoin al balance del país podría aumentar la confianza en el sistema financiero.
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El Fondo de Estabilización Cambiaria (FSE) es clave para la reserva de bitcoin.
El reciente triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos ha abierto una discusión: ¿puede el bitcoin, una moneda descentralizada, convertirse en un aliado para fortalecer el dólar estadounidense?
Este debate se centra en una promesa clave de su campaña: la creación de una Reserva Estratégica de Bitcoin.
De acuerdo con un informe de Zack Shapiro, director de políticas del Bitcoin Policy Institute, uno de los tantos beneficios que podría generar la creación de esta reserva sería el fortalecimiento del dólar estadounidense.
«Aunque puede parecer ilógico fortalecer el dólar invirtiendo en bitcoin (una moneda descentralizada que escapa al control gubernamental), esta idea tiene razones de peso», explica Shapiro.
Estados Unidos enfrenta desafíos económicos significativos, incluyendo una deuda nacional récord de 35 billones de dólares, como se ve en el siguiente gráfico y una creciente preocupación por la estabilidad financiera a largo plazo.
Ante este panorama, la propuesta de una reserva nacional estratégica en bitcoin cobra fuerza. Al incorporar bitcoin en sus reservas, el país enviaría un mensaje claro, según el especialista: Estados Unidos está comprometido con la responsabilidad fiscal y la innovación.
Esto generaría mayor confianza en el dólar, estabilizando su tipo de cambio y reforzando su posición como moneda de reserva mundial, indica Shapiro.
El papel clave del Fondo de Estabilización Cambiaria
Para materializar esta idea, el Fondo de Estabilización Cambiaria (FSE) se perfila como una «herramienta financiera poderosa», asegura Shapiro.
«Aunque a menudo es pasado por alto, [el FSE] está a disposición del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, ya que podría utilizar el FSE para establecer una reserva estratégica de bitcoin mediante una acción ejecutiva, sin necesidad de la aprobación del Congreso».
Zack Shapiro, director de políticas del Bitcoin Policy Institute.
El FSE se creó en 1934, en medio de la crisis económica de la Gran Depresión, como respuesta a la necesidad de una herramienta financiera flexible que pudiera estabilizar el valor del dólar estadounidense.
La legislación actual permite al FSE adquirir activos como oro, divisas o instrumentos de crédito. Aunque el bitcoin no encaja directamente en estas categorías, podría ser adquirido mediante obligaciones de deuda reembolsadas en bitcoin, cumpliendo así con los requisitos legales.
“El FSE podría comprar obligaciones de deuda de contrapartes calificadas, como instituciones financieras o empresas de minería de Bitcoin, con reembolso denominado en bitcoin”, indica el especialista.
Este enfoque abriría una puerta para integrar bitcoin en el sistema financiero estadounidense dentro de un marco regulado, detalla el especialista.
Impacto potencial en el dólar
Según Shapiro, la integración de bitcoin en las reservas de Estados Unidos tiene tres efectos clave:
1. Protección contra la inflación: con una oferta limitada a 21 millones de unidades, bitcoin es intrínsecamente antiinflacionario. Su inclusión compensaría la erosión del valor del dólar ante un entorno de inflación global, reforzando la resiliencia de las reservas estadounidenses.
2. Diversificación de activos: bitcoin complementaría al oro y a las divisas extranjeras en las reservas. A diferencia de estos activos, bitcoin no está atado a la estabilidad de ninguna economía ni sujeto a riesgos geopolíticos, lo que lo convierte en una opción estratégica.
3. Credibilidad financiera: adoptar bitcoin proyecta a Estados Unidos como líder en la adopción de tecnologías financieras de vanguardia, atrayendo inversiones extranjeras y demostrando adaptabilidad en el competitivo panorama global.
Riesgos y mitigación
La volatilidad de bitcoin es un “desafío innegable”, pero puede gestionarse con una estrategia diversificada, considera Shapiro. Esto sería con compras graduales y planificadas que permitirían al Tesoro adaptarse a las dinámicas del mercado.
Además, establecer regulaciones claras reduciría los riesgos legales y financieros asociados.
A largo plazo, bitcoin tiene un historial de apreciación que podría generar rendimientos significativos para las arcas nacionales, demostrando sostenibilidad fiscal ante agencias calificadoras y prestamistas internacionales.
El mundo financiero está evolucionando rápidamente. Países como China están desarrollando el renminbi digital (e-CNY o yuan digital), la moneda digital de banco central (CBDC). Como ha reportado CriptoNoticias, aunque hasta ahora no se ha realizado un lanzamiento oficial, las pruebas con la moneda digital no solo ya abarcan a todas las provincias de la nación asiática, sino que se han incluido en diversas áreas incluyendo los pagos en los comercios, el pago de los salarios y los servicios bancarios. Todo esto con el objetivo de desafiar el dominio del dólar.
Al adoptar bitcoin, Estados Unidos no solo contrarrestaría estos esfuerzos, sino que también consolidaría su posición como líder financiero mundial. Esta estrategia subraya la necesidad de innovar para mantener la competitividad en un entorno global cambiante.
La propuesta de establecer una Reserva Estratégica de Bitcoin podría ser un hito en la política económica de Estados Unidos. Al diversificar sus reservas con un activo digital descentralizado, el país no solo reforzaría la estabilidad del dólar, sino que también marcaría el inicio de una nueva era financiera, combinando tradición e innovación.
Aunque el camino está lleno de desafíos, el potencial de esta estrategia podría redefinir el papel del dólar en el futuro financiero global.