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El ETF de dogecoin (DOGE) legitima a las memecoins como producto financiero regulado.
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Hay solicitudes para lanzar ETF de otras memecoins, pendientes de aprobación por la SEC.
El debut del fondo cotizado en bolsa (ETF, por sus siglas en inglés) basado en la criptomoneda meme dogecoin (DOGE), en la bolsa de valores de Estados Unidos CBOE, marcó un hito en la intersección entre las estructuras reguladas de Wall Street y el universo de las criptomonedas, como un activo nacido de un meme viral.
Este fondo, cuyo nombre es «REX-Osprey DOGE ETF» y opera bajo el ticker DOJE, alcanzó un volumen de trading de 17 millones de dólares al cierre de su primer día de negociación en la bolsa, el 18 de septiembre.
El desempeño lo situó entre los cinco mejores lanzamientos de ETF de 2025, de un total de 710. Aunque las expectativas iniciales eran bajas (por no ser un ETF spot) el interés superó las proyecciones de especialistas como Eric Balchunas (analista senior de Bloomberg Intelligence), al sobrepasar los 6 millones de dólares en volumen de negociación en sus primeras horas.
El fondo opera bajo la Ley de Compañías de Inversión de 1940, con estándares de diversificación y protección al inversor similares a un fondo mutuo, a diferencia de los ETF spot de bitcoin (BTC) y ether (ETH), regulados por la Ley de Valores de 1933.
Puertas abiertas a más memecoin
La llegada de dogecoin a la bolsa señala que las memecoins tienen cabida en mercados tradicionales. Hasta 2024, solo BTC y ETH contaban con ETF aprobados en Estados Unidos. Ahora, dogecoin rompe esa exclusividad y legitima a las memecoins como productos financieros regulados.
En consecuencia, la industria aguarda veredictos de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) sobre solicitudes de autorización de fondos basados en otras criptomonedas meme como: bonk (BONK), official Trump (TRUMP) —la memecoin del presidente—, official Melania meme (MELANIA) y PENGU, el token de los NFT Pudgy Penguins.
Vivien Lin, directora de producto de BingX, destacó que estos ETF ofrecen una vía estructurada para acceder a un segmento especulativo del mercado. «Técnicamente, permiten exposición a un nicho históricamente volátil», afirmó en conversación con CriptoNoticias. Los fondos amplían opciones más allá de BTC y ETH, impulsados por la liquidez de dogecoin.
Además, Lin subraya que la demanda de inversores impulsa la innovación financiera. Sin embargo, advierte que la permanencia de esta categoría depende de liquidez sostenida, claridad regulatoria y la capacidad de las memecoins para mantener relevancia más allá del entusiasmo inicial. «Por ahora, refleja cómo el mercado experimenta con nuevos activos bajo marcos técnicos consolidados», añade.
Por su parte, el equipo de CoinEx Research califica este movimiento como una convergencia clave entre mercados tradicionales y de criptomonedas.
«Activos considerados modas pasajeras han ganado apoyo sólido y comunidades de hodlers, legitimando su lugar en productos regulados», señalaron. Esto amplía el acceso a través de canales formales.
A corto plazo, CoinEx percibe el ETF como una tendencia impulsada por popularidad y atención mediática. A largo plazo, su relevancia dependerá de la consolidación más allá de la especulación. «Es probable que veamos ETF para criptoactivos más estables y adoptados», proyectaron.
Una memecoin no deja de presentar riesgos
Dogecoin, inspirado en un perro viral de internet, resalta la naturaleza especulativa de las memecoins como activos de alto riesgo.
Aunque su comunidad consolidada, adopción histórica y presencia en tesorerías corporativas lo estabilizan frente a otras memecoins de baja capitalización, sigue siendo una criptomoneda meme sujeta a fuertes fluctuaciones.
La irrupción de ETF como DOJE amplía el acceso regulado a la criptomoneda y diversifica opciones de inversión. Sin embargo, como ha advertido CriptoNoticias, un exceso de fondos basados en memecoins podría erosionar la confianza en estos productos, afectando su percepción ante reguladores e inversores cautelosos.
El éxito inicial del fondo de dogecoin invita a evaluar si esta integración perdura o se desvanece con el ciclo especulativo.