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La utilización que se le ha dado al dinero fíat es insostenible en el tiempo, dice Woo.
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En caso de que el dinero fíat sobreviva, sería utilizado para vigilar a la población.
Willy Woo, trader y analista de mercados financieros, advierte sobre un cambio de era en el sistema financiero global como consecuencia del uso que le han dado los Estados al dinero fíat.
Para él, el modelo actual está llegando a su límite y por ese motivo opina: “El dinero fíat va a explotar. Solo existe para tapar el gasto excesivo del gobierno, pero ese tren no dura para siempre. Si el dinero fíat sobrevive, entonces bienvenidos a 1984”.
Con esta frase, Woo hace referencia a “1984”, la novela de George Orwell, donde se retrata un futuro marcado por el control absoluto del Estado sobre la población. Es por ese motivo que plantea un escenario en el cual el dinero fíat —si perdurara en el tiempo— funcionaría como una herramienta de vigilancia y control, alejándose de su función como medio de intercambio y resguardo de valor.
El planteo es claro: si el sistema actual sobrevive sin cambios, podría abrir la puerta a un régimen financiero centralizado y autoritario.
La crítica de Woo al dinero fíat es similar a la visión del economista Henrik Zeberg, quien advierte que los gobiernos, especialmente Estados Unidos, han financiado un gasto excesivo imprimiendo dinero. Según su tesis, los bancos centrales optaron por “inflar” los mercados con estímulos en lugar de permitir una corrección profunda.
Como ha reportado CriptoNoticias, Zeberg llama a este fenómeno financiero “la burbuja de todo”, una expansión artificial de los precios de los activos basada solamente en liquidez, no fundamentos.
Según Woo, esta dinámica es precisamente la que terminará provocando el colapso del dinero fíat: se utiliza para sostener un sistema cada vez más insostenible, hasta que la presión explote por algún lado.
Asimismo, Woo señala que bitcoin (BTC) es el activo macroeconómico más sensible a la liquidez global: responde con fuerza cuando los bancos centrales inyectan dinero en el mercado. “Es algo hermoso. Los bancos centrales imprimen, y cuanto más crece el BTC, el dinero fíat muere”, afirma. Para él, el ascenso de BTC no solo refleja una apreciación de valor, sino también el desgaste acelerado del sistema monetario tradicional.
Aquí hay varias cuestiones a tener en cuenta. Por un lado, BTC representa la escasez absoluta, debido a que su suministro está limitado a 21 millones de unidades, cuya emisión se reduce cada 4 años en un evento llamado halving. Pero, además, no hay que perder de vista que BTC cuenta con la ventaja de ser el primer activo digital que logra establecerse como referencia, desde su aparición en 2009, ha logrado consolidar una base de usuarios y una reputación que le otorga una posición dominante.
A diferencia del dinero fíat, BTC es resistente a la censura de los bancos y gobiernos, y tampoco se devalúa por la emisión o las decisiones gubernamentales.
En definitiva, tanto Woo como Zeberg coinciden en que el sistema monetario actual está construido sobre bases frágiles y cada vez más dependientes de decisiones políticas.
Como respuesta a esta crisis que se avecina, BTC se impone como una alternativa descentralizada, escasa y resistente a la manipulación de los Estados. Ya no se trata solo de una innovación tecnológica o una oportunidad de inversión, sino de una respuesta a un modelo que se encamina hacia su agotamiento.