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La dolarización de Argentina haría que baje la pobreza, crezca el empleo y mejore el salario.
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Según el contador Ruffino, la dolarización de Argentina no se podrá hacer en menos de 6 meses.
Con el triunfo del economista Javier Milei en las elecciones presidenciales de Argentina, hablar de dolarización en el país deja de ser una idea utópica. Uno de los planes del presidente electo es eliminar el Banco Central (BCRA) que emite pesos y dolarizar la economía. ¿Cómo sería esto?
En comunicación con CriptoNoticias, la economista argentina Natalia Motyl consideró que “claramente una economía con moneda sana, que cumpla con funciones básicas, traería un shock de confianza positivo que atraería capitales del resto del mundo”. Y eso es lo que cree que generaría una Argentina dolarizada y sin Banco Central.
“El capital es necesario para poder crecer”, dijo Motyl, señalando que, si no se produjo internamente, el gobierno debe atraerlo del resto del mundo. Para ello, dice, se necesitan reformas básicas, incluida una a nivel monetario que permita tener una moneda sana.
Motyl sostiene que, con una reforma monetaria como la dolarización, no solo se garantiza la previsibilidad en el sector privado, sino que se encara el camino por el cual se pueda ahorrar internamente.
Asimismo, destaca que al disminuir el riesgo de devaluación, la tasa de interés debería bajar. Advierte que eso permitiría créditos baratos para realizar proyectos empresariales y particulares como la compra de una casa. “Volveríamos a una movilidad ascendente”, expresó.
Resume que, como consecuencia, las inversiones del sector privado deberían incrementarse de forma sostenida, crearse puestos de trabajo, reducir el desempleo, bajar la pobreza y mejorar el salario real. “Ya con eso garantizamos no tener problemas en el sector financiero y sostendría un crecimiento por muchos años”, concluyó.
Estos comentarios toman lugar en un momento en que la economía argentina atraviesa una delicada situación que empobrece a la población y dificulta la economía.
El peso argentino se ha devaluado a tal punto que, si alguien se hubiera quedado con 1.000 pesos de ahorro en vez de 1.000 dólares en 2002 cuando valían lo mismo, hoy tendría solo 1 dólar.
Tan solo durante 2023, el precio del dólar aumentó 200% en Argentina hasta cotizar alrededor de 1.000 pesos en el mercado informal, a donde acuden los ciudadanos por las restricciones que hay para la compraventa legal.
Mientras tanto, la inflación en el país es del 142,7% anual, siendo así el tercer país del mundo con la cifra más alta después de Venezuela y Líbano. Tal panorama ha llevado a que el 40,1% de la población en Argentina esté hoy bajo la línea de pobreza, incluyendo un 10% en situación de indigencia, según el INDEC, el ente estadístico del gobierno.
En medio de esta situación, el dólar estadounidense se encuentra desde el año pasado en sus valores máximos de 20 años respecto a las principales monedas del mundo (euro, franco suizo, yen japonés, dólar canadiense, libra esterlina y corona sueca), como exhibe el siguiente gráfico del explorador TradingView. Esto muestra que, aunque no está exenta de devaluación, sin lugar a dudas mantiene mejor el valor que el peso argentino.
La dolarización conllevaría implicaciones favorables a corto plazo, dice contador
Desde otros ojos, Federico Ruffino, contador público argentino experto en finanzas y licenciado en administración, dijo a CriptoNoticias que la pregunta sobre cómo sería Argentina sin un Banco Central y dolarizada implica explorar un escenario hipotético que va más allá de la información y circunstancias actuales.
“Es importante destacar que cualquier análisis de este tipo está sujeto a especulación y opiniones divergentes, ya que las consecuencias de tales cambios serían complejas y difíciles de prever con certeza”, comentó.
Por un lado, el contador señaló que el Banco Central juega un papel crucial en la economía del país, siendo responsable de la emisión de la moneda, la regulación monetaria y cambiaria, entre otras funciones.
Profundizó que, sin un Banco Central, la emisión de moneda y la política monetaria podrían estar descentralizadas o en manos de entidades privadas, lo que podría generar desafíos en términos de estabilidad financiera y control inflacionario por la posible emisión de cuasimonedas en las provincias al verse desfinanciadas.
Por lo tanto, “estimo que el BCRA va a seguir funcionando con moneda local al menos hasta lograr el superávit fiscal a nivel Estado y provincias, por lo que no veo esa realidad en el mediano plazo”, advirtió.
Por otro lado, detalló que la dolarización implica adoptar el dólar estadounidense como la moneda oficial, lo que eliminaría la capacidad de la Argentina para controlar su propia política monetaria.
“Si bien esto podría proporcionar estabilidad en términos de inflación, también limitaría la capacidad del país para ajustar su economía en respuesta a eventos macro”, mencionó. No obstante, consideró que, debido a la pésima gestión de shocks tanto interno y externos a través de políticas monetarias de Argentina, termina siendo favorable prescindir de una política monetaria local.
En el siguiente gráfico, se puede ver cómo ha aumentado de manera significativa la inflación en el país el último año.
Según Ruffino, el proceso de dolarización se iniciaría con una liberación de los mercados de moneda implicando la libre circulación de activos financieros. Para ello, indica que va a ser necesaria una profunda reforma monetaria y fiscal que no se podrá hacer en menos de 6 meses.
Como contador, estima que todas estas medidas son favorables ya que contribuyen a la disminución de la altísima inflación y la distorsión de precios relativos por trabas cambiarias y aduaneras, algo que hace muy compleja la proyección contable.
Por último, subrayó que la alta inflación pulveriza los créditos fiscales y contables, lo cual genera también pérdida de competitividad de la economía. Por tanto, espera que cualquier medida que se tome para mejorar el actual panorama fiscal y monetario de Argentina redundará en resultados favorables para la economía en el corto plazo.
En principio, los mercados han reaccionado con tranquilidad y optimismo al triunfo de Milei en las elecciones presidenciales. Al menos así lo muestran las acciones argentinas en Wall Street que abrieron el lunes al alza con incrementos de hasta 40%.