-
Características intrínsecas de bitcoin y una demanda creciente impulsarán su precio.
-
La falta de transparencia del oro es perjudicial para su estatus de reserva de valor.
La firma de inversiones VanEck reafirmó su tesis alcista sobre bitcoin (BTC), destacando una combinación de factores estructurales y macroeconómicos que, a su juicio, consolidan al activo digital como una alternativa superior al oro como reserva de valor.
En su análisis titulado “El caso de inversión para Bitcoin”, la compañía sostiene que las características intrínsecas de bitcoin, sumadas a una creciente adopción institucional y tecnológica, refuerzan su potencial a largo plazo frente al metal precioso.
El reporte subraya que la emisión limitada de bitcoin, con un máximo de 21 millones de unidades, establece una escasez programada que podría impulsar su precio con el tiempo.
Este límite de suministro, además, se ve reforzado por los eventos de “halving”, que reducen a la mitad la tasa de emisión de nuevos bitcoin aproximadamente cada cuatro años. La más reciente reducción ocurrió en abril de 2024 y los ciclos previos muestran que estos eventos suelen preceder períodos de apreciación significativa en el precio.
El cuarto halving de Bitcoin se originó el 19 de abril de 2024, a la altura del bloque 840.000. Tras ese episodio, la recompensa por minar Bitcoin se redujo a 3,125 BTC, equivalentes actualmente a unos USD 350.000.
En la siguiente gráfica provista por VanEck se puede apreciar el incremento en el rendimiento de bitcoin al cabo de 90 y 180 días, así como un año después de los últimos halvings.
Cobertura contra la inflación
Desde una perspectiva monetaria, VanEck contrasta la arquitectura antiinflacionaria de bitcoin con la expansión sin precedentes de la oferta de dinero fíat que siguió a la pandemia de COVID-19.
Esta expansión erosionó el poder adquisitivo de las monedas nacionales, mientras que bitcoin, al no estar sujeto a decisiones de bancos centrales ni políticas fiscales, actuó como cobertura frente a la inflación.
Lo anterior se refuerza con el hecho de que, desde 2020, bitcoin ha incrementado en un 1.465%, pasando de los 7.700 dólares a inicios de ese año, a los actuales USD 115.000, en una clara tendencia ascendente.
En contraste, el índice del dólar ha tenido intensas fluctuaciones y no acumula, al momento actual, algún rendimiento notable. En enero de 2020, el DXY estaba en 98. Y este lunes, 4 de agosto de 2025, está exactamente igual. Sin embargo, en el interín hubo alzas explosivas y bajadas igualmente importantes.
Adopción creciente
Por otro lado, la firma también destaca una evolución importante en la adopción de bitcoin desde sus inicios hasta la actualidad. Inicialmente limitado a un grupo reducido de usuarios tecnológicos, el uso de bitcoin ha crecido de forma notable, sugirió la empresa.
VanEck nota el desarrollo de wallets accesibles, plataformas de intercambio eficientes y una infraestructura que permite su uso cotidiano. Esta evolución ha sido clave para incorporar tanto usuarios minoristas como institucionales, señalaron.
En cuanto al interés corporativo, el documento muestra que cerca de 196.000 millones de dólares en bitcoin se encuentran ahora bajo la custodia de fondos cotizados en bolsa (ETF), gobiernos y empresas públicas y privadas. Este crecimiento en la tenencia institucional es interpretado por VanEck como una señal de consolidación del activo como parte relevante en carteras diversificadas.
En efecto, desde enero de 2024, cuando la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos aprobó la negociación de ETF de bitcoin al contado; los entes corporativos se han introducido de forma directa en el ecosistema, al punto en el que influyen sobre la cotización de BTC en el mercado, como ha reportado CriptoNoticias.
Actualmente, los ETF controlan 1,3 millones de bitcoin, equivalentes al 6,5% del suministro total de la moneda. Además, las compras y ventas diarias de BTC en el mercado son masivas, con cientos de millones de dólares en bitcoin negociándose a diario a través de estos instrumentos. Así se puede apreciar en el siguiente gráfico de SosoValue.
El reporte también identifica desarrollos técnicos que pueden acelerar la adopción futura. Uno de ellos es la expansión de soluciones de segunda capa como Lightning Network, que permiten realizar pagos con mayor velocidad y menores costos que la red principal.
Asimismo, VanEck resalta el potencial del protocolo RGB, que permite emitir y gestionar activos digitales sobre la red de Bitcoin, incluyendo acciones, bonos, bienes raíces u otras criptomonedas. Este tipo de innovaciones abre nuevas vías de uso y diversificación sobre la misma infraestructura, lo que podría ampliar el papel de bitcoin dentro del ecosistema financiero, dice la empresa.
Iguales pero distintos
Frente a estos avances, la comparación con el oro se vuelve central. Aunque ambos activos comparten propiedades como la escasez, VanEck identifica ventajas específicas en favor de bitcoin.
Una de ellas es su divisibilidad: mientras que el oro físico tiene limitaciones para fraccionarse en transacciones pequeñas, bitcoin puede dividirse hasta en cien millones de unidades, lo que facilita pagos de cualquier tamaño.
Otro punto destacado por la firma es la transparencia. Todas las transacciones en bitcoin son públicas y verificables en tiempo real a través de su red. Esta trazabilidad, según VanEck, reduce significativamente el riesgo de manipulación o fraude.
En contraste, el comercio de oro se realiza a menudo sin registros públicos detallados sobre compradores, vendedores o precios, lo que introduce incertidumbre y dificulta la validación de su autenticidad.
A nivel de rendimiento histórico, el informe presenta cifras que refuerzan la idea de bitcoin como un activo de alta rentabilidad. Según datos al 30 de junio de 2025, el retorno acumulado en diez años supera el 35.000%. Incluso en horizontes más cortos, los resultados son notables: 122% en un año, 99% en tres años y más de 1.200% en cinco años.
Y aunque se reconoce la alta volatilidad de BTC, VanEck argumenta que una asignación moderada en portafolios tradicionales (compuestos en su mayoría por acciones y bonos) puede mejorar el rendimiento ajustado al riesgo.
Desde una visión de estrategia de inversión, VanEck plantea que bitcoin puede jugar un papel relevante como activo no correlacionado. Esto, dejando en claro que, en entornos de inflación o de políticas monetarias expansivas, donde el valor del dinero fíat se diluye, bitcoin ofrece un refugio alternativo que no depende de autoridades centrales ni se ve afectado por medidas políticas.
El análisis concluye que, si bien el oro ha sido históricamente un resguardo de valor, sus limitaciones en divisibilidad y transparencia podrían restarle competitividad frente a bitcoin en el contexto actual. Con una infraestructura en expansión, casos de uso diversificados y creciente respaldo institucional, VanEck considera que bitcoin está bien posicionado para ganar protagonismo como reserva de valor en las próximas décadas.