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Por su volatilidad, el oro es mejor reserva de valor que dinero para uso diario.
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Aunque no lo menciona, el análisis de Koesterich bien podría aplicarse a bitcoin (BTC).
El oro, metal precioso que ha servido de ancla monetaria para los humanos desde hace 5 milenios, ha tenido un rendimiento notable este año. Aumentando en un 25% en su precio por onza, la rentabilidad que ha dejado ha sido muy superior a la de otros activos tradicionales, como las acciones.
Para Russ Koesterich, analista financiero certificado, doctor en derecho y director general y gestor de cartera del Fondo de Asignación Global de la firma BlackRock, es momento de aferrarse al metal precioso como una reserva de valor a largo plazo.
Koesterich considera que, en lo que resta de año, conviene tener una “pequeña posición en oro” como diversificador de portafolios de inversión. Esto, ya que el metal, aunque no es una cobertura eficaz para el corto plazo, “es una reserva de valor efectiva”.
Como lo ve, esta característica del oro es particularmente importante hoy en día, ya que los inversores se mantienen luchando tanto con la deuda pública, que está en niveles récord, así como con “cambios desgarradores en el comercio internacional”, debido a los aranceles estadounidenses. A esto se suma la importante presión que tiene el dólar estadounidense encima.
Mayor incertidumbre es igual a mayor volatilidad
Koesterich indica que la volatilidad de los activos de renta variable, como las acciones, se ha disparado este año, como es usual en medio de tiempos de incertidumbre política en el mundo, pues termina afectando a los inversores.
Justamente esa volatilidad impulsa al oro, que, generalmente, termina superando en rendimiento a las acciones y sus principales índices, como lo ha hecho desde enero, tal como se aprecia en la siguiente gráfica:
De hecho, un análisis previo de la firma Capriole Investments recogido por CriptoNoticias sugiere que, debido a esa volatilidad en la renta variable, se proyecta que el rendimiento superior potencial al alza del metal precioso frente a las acciones podría estar entre el 150% y el 650%, como lo ha hecho en el pasado.
A todo esto se suma la enorme deuda pública en Estados Unidos, que ha llamado la atención de los inversores. Aunque no es un tema único del país norteamericano, ya que otras naciones como Italia y Japón enfrentan situaciones similares, con deudas públicas por encima del producto interno bruto (PIB).
La siguiente gráfica muestra el incremento de la deuda pública en EE. UU. y otros países desde hace más de 3 décadas. La misma refleja la deuda bruta como porcentaje del PIB. Asimismo, las líneas punteadas muestran las previsiones de perspectivas de la economía mundial realizadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Dice Koesterich que la creciente deuda pública del gobierno de los Estados Unidos es motivo de especial preocupación. Y debido al tamaño de los mercados de deuda de ese país y el estatus de moneda de reserva del dólar, los precios del oro han tenido históricamente una fuerte relación con el nivel de deuda pública de EE.UU.
En ese sentido, a medida que crece la relación entre la deuda y el PIB de EE.UU., el oro suele seguirle. Y más importante aún, en el pasado la relación entre el oro y la deuda gubernamental no ha sido lineal. Es decir, las ganancias del precio del oro han tendido a acelerarse a medida que la deuda pública se ha acercado al PIB. Vale decir que, ahora mismo, la deuda supera el 100% del PIB.
Todo el contexto anterior haría pensar que el oro puede ayudar, al corto plazo, a soportar los embates. Sin embargo, Russ Koesterich insiste en que el metal precioso es “una póliza de seguro a largo plazo”.
“Si bien el metal amarillo ya ha tenido una carrera estelar, mirando más allá, la mayor incertidumbre política y los niveles récord de deuda sugieren mantener algo escondido en su cartera”, afirmó.
Bitcoin es similar al oro en muchos sentidos
Todo el análisis de Koesterich sobre el oro podría aplicarse fácilmente a bitcoin (BTC), el mayor activo digital del mundo, ya que, en muchos sentidos, esta moneda se asemeja al oro. Sobre todo en lo que tiene que ver como una reserva de valor a largo plazo.
Bitcoin es un activo con una oferta escasa. En el caso de BTC, limitada a 21 millones de unidades. Esto lo protege contra la inflación y la devaluación de las monedas fíat. Esta característica lo convierte en un refugio atractivo en tiempos de incertidumbre económica y política, similar al papel que desempeña el oro.
Además, bitcoin ha mostrado una notable resiliencia y un crecimiento significativo en su precio en períodos de volatilidad, a menudo superando a activos tradicionales como las acciones, al igual que el oro este año.
Por ejemplo, en lo que va 2025, bitcoin ha experimentado un aumento importante en su valor, de alrededor del 15% al 18%, como se ve en esta gráfica.
Esto ha sido impulsado por la creciente adopción institucional y la percepción de BTC como una cobertura digital frente a la inflación y la inestabilidad macroeconómica, como lo ha reportado CriptoNoticias.
Además, la creciente deuda pública en Estados Unidos y otros países, junto con las tensiones en el comercio internacional, refuerza su atractivo como un activo alternativo que no depende de los sistemas financieros centralizados.
Sin embargo, al igual que el metal precioso, la volatilidad de bitcoin a corto plazo puede ser un desafío, pero su potencial como reserva de valor a largo plazo es cada vez más reconocido.
En este contexto, siguiendo el argumento de Koesterich pero cambiando «oro» por «bitcoin» se podría argumentar que una pequeña posición en bitcoin complementaría eficazmente una estrategia de diversificación, actuando como una póliza de seguro contra la incertidumbre económica y los crecientes niveles de deuda pública.