Hechos clave:
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Estonia está retirando las licencias como "primer paso" para la limpieza del mercado.
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El jefe de la Unidad de Inteligencia Financiera advierte de los riesgos criminales.
Un paĂs ubicado en el centro de atenciĂłn del mayor escándalo de dinero ilĂcito en la historia de Europa, está desviando su atenciĂłn de los bancos a las empresas de criptomonedas.
Estonia, pionera de la tecnologĂa digital y miembro de la UniĂłn Europea, ha estado tomando medidas para prevenir el crimen financiero despuĂ©s de las alegaciones de que miles de millones de dĂłlares de efectivo ilĂcito pasaban por la unidad local del mayor prestamista de Dinamarca, el Danske Bank A/S.
Su Ăşltimo impulso apunta a empresas que intercambian y ayudan a los clientes a almacenar criptomonedas como Bitcoin, una industria en la que Estonia fue de las primeras de la UniĂłn Europea en obtener una licencia a finales de 2017. Los reguladores temen que las empresas estĂ©n usando sus credenciales locales para ayudar a cometer fraudes, en otros lugares se han retirado más de 500 licencias, que es aproximadamente un tercio del total en este año, segĂşn Madis Reimand, quien dirige la Unidad de Inteligencia Financiera del paĂs báltico (FIU).
Reimand también comentó:
Este es un primer paso para ordenar el mercado, permitiéndonos ocuparnos de los asuntos más urgentes al permitir operaciones solo para las empresas que pueden estar sujetas a la supervisión y las medidas de coerción de Estonia.
Si bien no proporcionĂł ejemplos especĂficos de malas prácticas, los riesgos por sectores aumentaron el año pasado en medio de un crecimiento “extremadamente rápido” de los proveedores de servicios, segĂşn el reporte anual de la FIU, publicado este jueves, 11 de junio. Declara que, de las 56 inspecciones de supervisiĂłn del 2019, 34 estaban relacionadas con empresas de criptomonedas. Además, la unidad de Reimand citĂł “mĂşltiples casos” de supuestas malversaciones de fondos de clientes o de prestaciĂłn de servicios financieros en el extranjero que se encontraban sin la debida autorizaciĂłn.
Las medidas severas hasta ahora en Estonia, han preocupado a las empresas que no pudieron iniciar sus operaciones a los seis meses después de haber obtenido el permiso. El Parlamento también ha aprobado normas más estrictas para las licencias tras las advertencias de los supervisores sobre la creciente emisión de licencias desde 2018.
Estonia “probablemente estaba otorgando estos permisos con demasiada facilidad a cualquier empresa”, afirmó Andre Nõmm el año pasado, un miembro de la junta directiva de la Autoridad de Supervisión Financiera de Estonia. Resaltando también que, las licencias han sido utilizadas para “crear credibilidad para algunos planes fraudulentos”.
Más de la mitad de las 900 empresas de criptomonedas restantes pueden perder sus licencias, ya que no tienen operaciones en Estonia y sus administradores se encuentran fuera del paĂs, segĂşn Reimand.
VersiĂłn traducida del artĂculo de Ott Ummelas publicado en Bloomberg.