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El FMI estima que la inflación en Latinoamérica será la más alta de los últimos 25 años.
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La emisión de bitcoins es libre del control de gobiernos y bancos centrales.
Una de las funciones más importantes que cumple Bitcoin en América Latina es la de proteger a la población contra los embates de la inflación, que cada vez se agrava más en la región.
Si bien la inflación ha sido un ancla que viene frenando el avance de la economía latinoamericana en general por muchos años, recientemente se ha intensificado su presencia incluso en los países que mostraban más estabilidad.
Panamá, que gozaba de una de las economías más estables de la región, ha sido testigo de protestas motivadas por el aumento del costo de la vida y el desempleo. El combustible es el rubro que refleja un aumento más drástico, tras un alza en su precio del 47% entre enero y julio del 2022.
Argentina es una de las víctimas que ha sido más golpeada por la inflación en América Latina durante los últimos años. Según el economista Luis Palma Cane, el fenómeno inflacionario en Argentina se debe a «un exceso macroeconómico de emisión de dinero (oferta monetaria) por sobre la demanda del mismo». En otras palabras, el Banco Central de la República Argentina ha impreso más dinero del que debería y eso hace que la moneda valga cada vez menos.
Colombia, por su parte, reflejó el pasado mes de julio una inflación interanual del 10,2% en comparación con julio del 2021. El sector más afectado ha sido el de los alimentos. A pesar de ello, el crecimiento del PIB (Producto Interno Bruto) en este país ha ayudado a combatir los efectos de la inflación en la ciudadanía.
Para el Fondo Monetario Internacional (FMI), la región latinoamericana presentaría este año los niveles de inflación más altos en los últimos 25 años. Estos corresponden a un 12,1% para el 2022 y un 8,7% para el 2023.
Bitcoin ataca a la inflación en América Latina desde la raíz
Bitcoin nació en el 2009 con una serie de principios filosóficos que aún mantiene y que le convierten en la antítesis del dinero fíat en muchos aspectos. Si bien su uso en la actualidad se ha desviado de la intención original de que fuese una moneda, para ser percibido por muchos como un activo refugio o una inversión; a medida que la tecnología avanza y sus usuarios se educan, crece el potencial de que BTC sea usado a nivel mundial como una moneda.
Una de las causas de la inflación, que ya fue mencionada anteriormente, es la emisión indiscriminada de dinero por parte de los gobiernos y bancos centrales. Bitcoin no sufre de este mal debido a que cuenta con un límite de emisión de 21 millones de BTC. A esto se suma una generación de monedas controlada que se reduce de forma automatizada cada 210.000 bloques, que toman unos cuatro años en ser minados.
El poder de imprimir billetes sin límite está en manos de unos pocos, pero afecta a muchos. Bitcoin hace todo lo contrario. Su naturaleza descentralizada permite que cualquier persona pueda emitir BTC por medio de la minería. No obstante, el protocolo que decide la cantidad de BTC que se genera y la velocidad de generación no puede ser alterado por una entidad que así lo ordene.
Para modificar el protocolo de Bitcoin es necesario que sus desarrolladores propongan el cambio a efectuar y que este se apruebe por los usuarios de la red; más específicamente, los administradores de nodos, sean mineros o no.
Bitcoin un antídoto contra la inflación
La descentralización de Bitcoin no solo blinda a esta moneda ante la inflación generada por la emisión descontrolada de dinero, sino también de la que tiene su origen en la corrupción y en regulaciones como los controles cambiarios.
Ciertamente, Bitcoin es objeto de restricciones y regulaciones en distintos países del mundo. CriptoNoticias ha reportado situaciones de este tipo en repetidas oportunidades. La de mayor repercusión y más reciente fue la prohibición en China de la minería y uso de Bitcoin. De ese modo, los gobiernos pretenden cuartear su naturaleza de dinero libre y tratar de conservar el poder que les da ser los únicos emisores de dinero. A pesar de ello, los bitcoiners siguen hallando maneras de enviar, recibir y minar Bitcoin.
A medida que la adopción de Bitcoin siga en aumento en Latinoamérica, crecerá también su demanda. Esto, por consecuencia, debería influir en su precio e impulsar su efecto como antídoto contra la inflación, no solo en esta región del continente americano, sino en todo el mundo.