El 16 de noviembre de 2016, el Banco Central de Suecia –conocido allí como “Riksbank”–, anunció que está considerando, a un futuro no muy lejano, el uso de una moneda digital nacional, la cual tendría el nombre de “e-krona”.
La vicepresidente del banco, Cecilia Skingsley, considera que el uso del efectivo en la población sueca está disminuyendo, la cantidad de monedas y billetes se ha ido reduciendo, y el uso de la “e-krona” –en español seria equivalente a “corona digital”– sería una buena alternativa, según lo publicado en la página oficial de la entidad y en respuesta a la pregunta de si el Riksbank debería comenzar a utilizar el mencionado sistema y la razón de ello.
Además de lo anterior, la vicepresidenta opina y justifica que: “Si el mercado puede hacer uso de nueva tecnología para lanzar nuevos y populares métodos de pago, ¿por qué el banco no debería hacer lo mismo?”. Sin embargo, en el caso de que se establezca el uso de ese método de pago, no sería para reemplazar al efectivo, si no para servirle de complemento o alternativa, y no se dejarían de emitir por completo billetes y monedas. Parte del comunicado de Skingsley incluso fue publicado en la web del Financial Times.
Por otro lado, el banco con esta acción sigue su tradición de permanecer en la vanguardia de sistemas financieros, pues el Riksbank fue uno de los primeros bancos del mundo y Suecia sería uno de los primeros países en adoptar una moneda nacional digital para dar acceso directo a sus consumidores al dinero virtual generado por un banco. Fundado en 1668 y para celebrar el tricentenario de su creación se creó el llamado premio “Nobel de economía”, y ahora busca seguir innovando.
No obstante, para impulsar el uso de un sistema monetario digital, la entidad bancaria primero debe gestionar legalidades y políticas, e investigar detalles jurídicos, técnicos y prácticos –como la entrega y la regulación del uso, la rastreabilidad, etc.– al respecto; ya que, dicho por Cecilia Skingsley, es algo nuevo y sin antecedentes, por lo tanto se encuentra en un proceso de evaluación.
Cabe destacar, que a pesar de que las criptomonedas, o monedas digitales, en un principio se plantean para no depender de ningún ente gubernamental, varios países están considerando el sistema como posible ayuda o solución para problemas que puedan presentarse, sobre todo con el uso del efectivo y dinero físico.
Es cada vez más posible que en un futuro el dinero en efectivo deje de usarse, bien sea por la comodidad que ya ofrecen cosas como transferencias bancarias por internet o el uso de tarjetas de crédito y débito –y esto es particularmente frecuente en Suecia–, o quizás en consecuencia a la gran inversión monetaria y material que requiere la fabricación de billetes o monedas.
Imagen destacada: Amy Wong on Flickr