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Su respuesta a la incertidumbre le ha permitido comprender que ninguna crisis es devastadora.
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Incursionó en el mundo de las criptomonedas y ahora las aprovecha como refugio de valor.
El comerciante venezolano Jesús Salcedo dice que escuchó el llamado de bitcoin en plena cuarentena. La tienda de ropa, que tiene desde hace más de una década, cerró tan pronto como la Organización Mundial de la Salud declaró oficialmente al coronavirus como una pandemia global. El miedo se había propagado, hundiendo incluso a los mercados de valores en la peor semana bursátil desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos; acumulando cuantiosas pérdidas.
Jesús relató a CriptoNoticias como vivió esos días de terror. Tuvo que cerrar las puertas del negocio que le ayudó a sostenerse firme junto con su familia, soportando los embates de la impetuosa economía venezolana. Le comentó a su esposa que era la primera vez en toda su vida que no sabía qué hacer para enfrentar las dificultades que el coronavirus acercaba a la puerta de su hogar. No fue fácil tener que refugiarse en casa ante los anuncios de cuarentena, mientras veía en las noticias cómo el virus se extendía a paso veloz por el mundo, dejando huellas de infección y muerte.
Con sus fondos en dólares, Jesús sentía una punzada en el corazón cada vez que veía que los mercados financieros caían en picada. Sabía que necesitaba un territorio seguro, una especie de bunker para proteger el fruto de muchos años de trabajo.
Es cierto que un venezolano está acostumbrado a situaciones difíciles por la escasez de servicios y una hiperinflación desbocada desde hace varios años; pero ahora, con la paralización total de la producción por la cuarentena, se presentaban nuevos retos, obligando a la población a buscar alternativas para soportar los embates de la crisis mundial por COVID-19.
El salto del dólar a bitcoin
En medio de tanta incertidumbre, Jesús decidió seguir la recomendación de un amigo que le dijo que comprara bitcoin. No era la primera vez que escuchaba de la criptomoneda más popular, pero esta vez, a diferencia de las anteriores, prestó mayor atención, se interesó, preguntó y se motivó. Como buen comerciante, sabía que debía tomar una rápida decisión. Era en ese momento o nunca. El objetivo era adaptarse, sobrevivir y emerger más fuertes del otro lado.
Jesús relata que, tras conversar un poco con su amigo, se metió de lleno a investigar sobre Bitcoin. Observó que se trataba de un activo muy volátil cuyo precio también se había desplomado en esos días, junto con las bolsas de valores del mundo, pero a pesar de ello, decidió confiar. Así que, no lo pensó más, abrió su monedero y compró bitcoins cuando el precio apenas comenzaba a recuperarse de la estrepitosa caída que lo llevó de USD 7.900 a romper la barrera de los 4.000 dólares en marzo pasado.
“No tardé mucho en darme cuenta de que había tomado una buena decisión, porque cuando invertí el precio de bitcoin estaba ligeramente por encima de los 5.000 dólares y desde ese momento ha tenido un excelente empuje que me ha permitido multiplicar mi capital aún en tiempos de pandemia. Ahora, también invierto tiempo para conocer más sobre Bitcoin y de esa manera aprendo algo nuevo, porque no quiero quedarme con lo que ya sé, quiero aprender mucho más, incluso ya tomé la decisión de mantener mis fondos en bitcoin, aun después de la cuarentena”.
Jesús Salcedo, comerciante venezolano.
Bitcoin, un bunker en tiempos de pandemia
Hace unas horas, Venezuela registró 76 nuevos casos de coronavirus y llegó los 2.814 contagios, según el reporte de medios locales, mientras que América Latina se consolida como epicentro de la pandemia. Sin embargo, el Gobierno venezolano ha hecho anuncios de flexibilización de la cuarentena y normalización progresiva de las condiciones de vida de una población que ya agotó sus reservas para mantenerse confinada.
Jesús comenta que prefiere esperar antes de correr riesgos antes de salir y abrir su establecimiento ubicado en un centro comercial del oriente del país. Él cree que flexibilizar la cuarentena implicará un crecimiento importante en la tasa de contagios, que irá de la mano con una mayor movilización de la población.
Siente que con sus fondos resguardados en “zona más segura” ha recuperado la calma y ha comenzado a gestionar mejor el miedo que produce el coronavirus. Además, está seguro que las criptomonedas son el dinero del futuro que ya la población del mundo tiene a su alcance para experimentar, aprender e ir preparándose para lo que viene.
“De no haber sido por esa inversión que hice, estoy seguro que la habría pasado muy mal, porque tengo años trabajando en mi negocio, de domingo a domingo, produciendo todo lo que tengo, y la verdad es que cuando decretaron la cuarentena, me estaba volviendo loco. Definitivamente mi vida ha cambiado desde que conozco a Bitcoin porque me siento seguro”.
Jesús Salcedo, comerciante venezolano.
El empresario agrega que es consciente de que cientos de negocios han sufrido pérdidas devastadoras durante la pandemia. También ha sido testigo de que muchos tienen la intención de sobrevivir, lo que obliga a buscar nuevas alternativas. Están motivados, no solo para salvar a sus empresas de la bancarrota, sino para salvar los ingresos que sostienen a sus familias. Él ahora ha entendido que las ventajas que ofrece Bitcoin como sistema de pago, también deben ser más aprovechadas en el país, sobre todo para transferencias internacionales ahora cuando Wells Fargo eliminó el acceso a la plataforma Zelle a un número de clientes con domicilio en Venezuela.
Su consejo para otros dueños de negocios es que piensen en el futuro. Se puede esperar lo mejor, pero hay que planificar para el peor de los casos. Agrega que los venezolanos, a pesar de todo, deben mantener su mentalidad y bienestar emocional saludables, por lo que no hay que limitar las reuniones con los amigos, aunque estas sean virtuales. También, recomienda que ante situaciones difíciles no vale la pena quedarse mirando de izquierda a derecha, porque cada comerciante conoce su negocio, su misión y sus valores; y si aprovechan todo ese conocimiento, entonces ya se tiene la respuesta de lo que se requiere para sobrevivir en tiempos difíciles.