Desde hoy y a lo largo del nuevo año iremos publicando un abecedario con aplicaciones de Blockchain en los diferentes sectores económicos. Se trata de un abecedario abierto, que nos gustaría completar con la colaboración de todos nuestros lectores. Por ello, les invitamos a añadir en el CriptoForo los nombres de quienes estén trabajando en el desarrollo de herramientas con Blockchain.
¡Feliz Blockchain 2017!
Agricultura, Alimentación y Agua
El 9 de diciembre del año que acaba de terminar fue un día histórico para la historia de la agricultura mundial: la empresa australiana Full Profile consiguió realizar la primera liquidación en el mercado de un producto agrícola entre un productor y un comprador con tecnología Blockchain. Según esta compañía, los agricultores australianos tardan entre dos o cinco semanas en cobrar la mercancía vendida, lo que provoca riesgos innecesarios en toda la cadena agroalimentaria.
Esta startup australiana, liderada por Bob Mckay, perteneciente a la sexta generación de agricultores, ha conseguido que el también agricultor australiano David Whillock vendiese 23 toneladas de trigo a la exportadora internacional Fletcher, mediante una red privada Blockchain. La operación se ejecutó a través de AgriDigital, un software de gestión para productores de cereales, compradores y operadores, que permite a los usuarios administrar contratos de granos, entregas, traspasos entre almacenes, facturas y pagos en un solo lugar y al instante. Whillock se ha mostrado encantado por el resultado de la operación, ya que esta nueva manera de ejecutar las transacciones le permitirá mantener el flujo de caja y gestionar mucho mejor su negocio.
Ejemplos como los de arriba nos llevan a pensar que 2017 puede ser el año de la Blockchain para el sector agrícola, pero no solo en el ámbito de las transacciones, también puede serlo en el de la trazabilidad o en el denominado comercio colaborativo. Asaja, unas de las organizaciones agrarias más importantes de España, denunció hace unos días que en la región de Castilla y León, reconocida por la calidad de sus carnes, se venden por autóctonos lechazos (corderos de muy pocos meses) procedentes del sur de Francia. La organización culpa de esta anomalía al escaso control que existe sobre la trazabilidad del lechazo y reivindica la necesidad de articular los mecanismos necesarios para que este hecho deje de producirse.
El discurso de la trazabilidad de los alimentos, como garante de seguridad, verdad y confianza para los consumidores, irrumpió con fuerza a raíz de la crisis de las vacas locas en los años noventa. El CODEX, el organismo internacional creado por la FAO y la Organización Mundial de la Salud en el año 1963 para desarrollar normas alimentarias internacionales, define la trazabilidad como “la capacidad para seguir el movimiento de un alimento a través de etapas específicas de la producción, transformación y distribución”. En este sentido, la tecnología Blockchain se ha revelado extraordinariamente valiosa para alcanzar el objetivo de la trazabilidad, porque permite rastrear el viaje que realiza cualquier producto alimentario, desde su nacimiento hasta llegar a nuestras mesas, sea carne, pescado, verdura o fruta.
De igual manera que la startup inglesa Everledger utiliza la tecnología Blockchain para conocer la trazabilidad de los diamantes y detectar posibles irregularidades en la compraventa de estas piedras preciosas, otras compañías la aplican para garantizar la procedencia de los productos y la transparencia de la industria agroalimentaria.
Es el caso de la empresa Provenance, que se presenta como la solución para la transparencia de productos en las cadenas de suministro alimentario. Esta plataforma utiliza Blockchain para crear un protocolo de trazabilidad abierto, donde cualquiera puede rastrear el origen de cualquier cosa, desde granos de café a un rollo de tela. Por ejemplo, la multinacional de comercio minorista WalMart anunció recientemente la colaboración con IBM y una Universidad de Beijing para seguir el rastro de la carne de cerdo en China a través de una Blockchain. WalMart también utiliza la cadena de bloques para ver la trazabilidad de los mangos brasileños que se consumen en China.
Plataformas como Provenance permiten crear historias digitales de cualquier producto físico para satisfacer a unos consumidores cada vez más exigentes y que demandan productos que se ajusten a lo que está escrito en sus etiquetas. Otra empresa de la que se oirá hablar con fuerza durante 2017 es Skuchain. Esta startup, radicada en Mountain View (California), se muestra convencida de que el futuro del comercio mundial será colaborativo y que Blockchain permitirá conectar entre sí a compañías y consumidores de diferentes países y culturas. Skuchain utiliza contratos inteligentes criptográficamente seguros en todas las fases de los acuerdos comerciales y trabaja con un fuerte equipo de empresarios de Stanford, MIT, Berkeley y la Universidad de Pensilvania. Su misión consiste en ayudar a las empresas a liberarse de la complejidad y los altos costes de las cadenas de suministro globales.
La tecnología Blockchain también puede servir de gran ayuda para los más de mil millones de personas que viven de la agricultura en el mundo, al permitirles realizar operaciones de compraventa sin la necesidad de intermediarios y rebajar las altas comisiones de las transacciones. Igualmente, puede facilitarles el acceso a financiación en los países donde apenas hay oficinas bancarias y los teléfonos móviles se han convertido en bancos de bolsillo. Bitpesa es la plataforma basada en la red Bitcoin con la que miles de africanos ya pueden pagar o enviar y recibir dinero desde diferentes puntos del mundo.
Pero la tecnología Blockchain en la agricultura va más allá y ya está siendo utilizada para crear granjas inteligentes con la ayuda del internet de las cosas. A eso se dedica Filament, una startup que promete la conexión de objetos físicos con redes más amplias con el fin de integrar la tecnología al ciclo natural de los cultivos. Por ejemplo, la cadena de bloques ya permite transmitir datos de alteraciones climáticas o de carencia de nutrientes en los cultivos mediante el envío de SMS.
Otro ejemplo es el que han llevado a cabo los habitantes del pueblo ruso de Kolionovo, quienes presumen de ser pioneros en la integración de la Blockchain en la gestión de la agricultura. Para combatir la crisis lanzaron Kolions, una criptomoneda que utilizan para gestionar su economía y sus negocios y con la que consiguen dinamizar las transacciones internas y una interesante integración comunitaria.
En el ámbito del agua, un sector fuertemente vinculado la industria de la alimentación y de la agricultura, la Blockchain también puede resultar de gran utilidad para las épocas de sequía, al permitir establecer asignaciones de agua y la gestión de su consumo a través de contadores inteligentes, pudiéndose cerrar transacciones digitalmente entre los propios clientes: quien tiene agua vende a quien la necesita y ambos se encuentran en la Blockchain.