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Bitcoin es en el país centroamericano un reflejo de optimismo y libertad en tiempos inciertos.
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La moneda digital empodera a comunidades, ofreciendo alternativas a la población costarricense.
La expresión «Pura Vida», probablemente la más utilizada por los costarricenses, está siendo cada vez más vinculada con bitcoin (BTC). Así lo señala Estela Aguilar, integrante de Bitcoin Jungle, una comunidad o economía circular que se fundamenta en esta moneda digital y que está en expansión en la provincia de Puntarenas, en la zona occidental del país.
La frase “Pura Vida”, está tan arraigada en la cultura local que el año pasado se incluyó, por primera vez, en el diccionario global de español compilado por la Real Academia Española (RAE) en Madrid.
En sí, la expresión se usa para describir a una persona simpática o para catalogar algo como bueno, pero también es un sentimiento de optimismo y una perspectiva de vida excepcionalmente positiva.
No obstante, en Costa Rica no siempre hay motivos para mantener una actitud tan optimista, especialmente en el caso de los grupos en situación de vulnerabilidad, que requieren políticas inclusivas por parte del gobierno, las cuales han estado ausentes a lo largo del tiempo.
“Sinceramente la vida en Costa Rica no es Pura Vida y no lo es así para las mujeres trabajadoras, tampoco para las productoras, ni para las educadoras o los campesinos en general. Yo soy productora, madre de seis hijos, sola, hija de productores, pero nunca he visto ninguna ayuda por parte del Estado”.
Estela Aguilar, fundadora del mercado de agricultores con bitcoin.
Bitcoin es sinónimo de libertad y Pura Vida en Costa Rica
Las razones antes expuestas por Aguilar, están acercando a los habitantes de Costa Rica a bitcoin. “Sucede porque bitcoin es libertad, ya que los gobiernos, imprimen, imprimen e imprimen dinero, mientras que la moneda digital es diferente porque su suministro está limitado a 21 millones”, dice Kevin Barquero del movimiento Bitcoin en Costa Rica.
También sucede “por el abuso de los bancos y el uso que hacen las cooperativas [financieras] con nuestro dinero. Así que después de pasar por diferentes alternativas que lo que hacen es estafarnos, me di cuenta que bitcoin sí es la moneda que yo manejo y nadie me la toca, ni nadie me la multiplica”, dijo Aguilar. Para ella, así como muchos costarricenses que viven en Puntarenas, Bitcoin es la herramienta con la que están alcanzando su verdadera libertad financiera.
Ahora, la presencia de bitcoin en cada ecoferia que se realiza en la región es reflejo del trabajo que viene haciendo el equipo de Bitcoin Jungle, una ciudadela que ha venido creciendo a medida que van despertando conciencia sobre lo que es la moneda digital creada por Satoshi Nakamoto.
A su vez, Bitcoin Jungle está recibiendo apoyo financiero para expandir sus esfuerzos educativos en Costa Rica. Es un esfuerzo conjunto para combatir la pobreza, algo necesario para alcanzar los objetivos del proyecto. Como lo señala el equipo de Bitcoin Jungle en su sitio web: «estamos construyendo un ejemplo brillante de lo que puede significar una comunidad de Bitcoin».
La visión de esta comunidad es que la educación financiera es esencial para empoderar a las comunidades, especialmente a las más vulnerables. Esto, con mayor énfasis en un contexto en el que las políticas tradicionales han fallado en ofrecer el soporte necesario.
Así que, en estos espacios, en los que Bitcoin está cambiando formas de ver al mundo, la frase «Pura Vida» no solo evoca un sentir positivo, sino que también refleja una nueva era de libertad financiera que promueve la solidaridad entre los ciudadanos. En este camino, la educación sobre la moneda digital pionera emerge como el pilar fundamental que permitirá a las comunidades enfrentar los retos del futuro con mayor confianza y optimismo.