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Una de las dificultades es elaborar contenidos técnicos y sencillos, al mismo tiempo.
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Las redes sociales y los influencers pueden desinformar o complementar una noticia.
De acuerdo a los participantes en un conversatorio, organizado por Paxful Latinoamérica, es posible que las noticias sobre criptomonedas influyan en el precio en la medida en que las informaciones despierten un mayor interés en todos los públicos, incluyendo pequeños y grandes inversionistas.
El encuentro, denominado «El papel de las noticias en el mundo cripto», se realizó este 14 de julio. Participaron Fernando Quirós, periodista de Cointelegraph; Ángel Di Mateo, cofundador de Diario Bitcoin; Iván Gómez, redactor-editor en CriptoNoticias; y el socio de Paxful en Argentina, Germán Guismondi. La moderadora fue Magdiela Rivas, de Paxful LATAM.
Todos los ponentes coincidieron en que a medida que los medios de comunicación vienen dando mayor cobertura a las informaciones sobre criptomonedas, los inversionistas ponen más su mirada en este ecosistema.
«Aunque no ocurre siempre, una mayor cobertura mediática sí puede influir en el precio», opina Fernando Quirós. Agrega que el interés se hace mayor cuando el precio sube y los medios de información general, no especializados, comienzan a difundir más información sobre las criptomonedas.
Puede presentarse así un efecto psicológico. Surge entonces una especie de espiral que parte de la difusión de noticias sobre el aumento de precio, las cuales luego llaman la atención de mayor cantidad de gente, la cual puede decidir comprar criptomonedas. Esto a su vez influye en la cotización.
Di Mateo observa que la buena o mala publicidad tiene un efecto en las inversiones. Apunta en ese sentido que las noticias relacionadas con inversionistas institucionales inciden mucho más en las decisiones de las personas comunes.
«Si la gente común o inversionistas minoristas leen que una empresa, como por ejemplo Microsoft, incursiona en el mundo cripto, posiblemente se vean más tentados a invertir», asegura. Aquí se aplicaría una premisa de autoridad, según la cual alguien invierte porque ve que una compañía o persona influyente también lo hace.
En este punto los participantes reflexionaron en torno al comportamiento del mercado durante el año 2017, cuando el precio de bitcoin alcanzó su máximo histórico de casi USD 20.000. Recuerdan cómo la cotización de la criptomoneda comenzó a ser noticia para los medios no especializados y la gente comenzó a invertir más en bitcoin.
Sobre ello, Iván Gómez menciona el tema de la irracionalidad, señalando que el mercado de criptomonedas sigue siendo muy emocional.
Refiere incluso cómo los grandes inversionistas (las ballenas) pueden participar en este juego informativo para impulsar el precio de algunas criptomonedas. Cuenta así que 2017 «fue el mejor año para el precio de bitcoin, pero fue un año malo para la red» porque en ese momento estuvo muy lenta y tenía altas comisiones. Por el contrario, en el año 2018 las condiciones técnicas eran mucho mejores, pero la tendencia fue bajista.
Rol de los influencers, las redes sociales y la censura
Durante el desarrollo del evento Magdiela Rivas planteó algunas de las inquietudes que manifestaba la audiencia del conversatorio, en relación al rol de los llamados influencers y las redes sociales en los precios del mercado.
Como respuesta, Germán Guismondi cita uno de los ejemplos más recientes, cuando hace una semana el precio de Dogecoin subió vertiginosamente en más de 70% a partir de un reto viral que se difundió en las redes sociales e Internet. La situación se presentó sin que intervinieran los medios.
Los influencers, por su parte, adquieren importancia a medida que ganan más público y adquieren mayor capacidad de incidir en el comportamiento de los inversionistas. «Ellos buscan sus propios patrocinadores y pueden ofrecer una información no alineada con el discurso dominante», dice Iván Gómez.
El papel de estas figuras, como nueva forma de competencia para las grandes corporaciones que manejan medios y redes sociales, fue destacado por Quirós, quien también hizo referencia a la censura de contenidos sobre criptomonedas en redes como YouTube.
Gómez, por su parte, se enfocó en los efectos de la censura en la desinformación, al evitar la pluralidad e impedir que el público pueda contrastar informaciones y formarse opinión propia. Por ello, Quirós compara la censura con el control que buscan ejercer las empresas financieras tradicionales sobre el dinero de los ciudadanos.
Los medios especializados como educadores
La función educativa –a la par de la informativa– que deben cumplir los periodistas y redactores de noticias en medios especializados en criptomonedas fue calificada como fundamental por los participantes en el webinar. Aunque se trata de una labor no exenta de dificultades.
La dificultad principal radica en la complejidad del tema de las criptomonedas, caracterizado por ser muy técnico. Tal hecho requiere que el redactor no solo domine el tema, sino que también escriba de una forma sencilla, digerible para todo público.
En consecuencia, no es fácil conformar un equipo de redactores que pueda manejar el tema, según apunta Gómez, indicando que a veces quienes saben escribir no dominan lo técnico, y en otras ocasiones ocurre que los técnicos no dominan la redacción sencilla.
Quirós menciona la dificultad de complacer a diferentes tipos de público: el especializado y el neófito. Los primeros buscan informaciones más complejas que a los segundos les cuesta entender. La solución entonces es buscar un punto medio para atender las dos necesidades informativas.
Las preconcepciones y los errores de concepto que muchas veces los lectores manejan, por lecturas que hacen en medios no especializados es otro de los problemas presentes en el periodismo cripto.
Di Mateo recuerda cómo la gente se acercó a las criptomonedas en 2017 para multiplicar sus ingresos influenciados por el alza de los precios. «En ese momento hacía falta explicar al público cómo se comportan estos activos, pues muchos creían que siempre iban a subir de precio», acota.
En términos generales, los ponentes concluyen que la función informativa seguirá siendo fundamental en el ecosistema. Esto, no solo para ayudar al público a entender la tecnología y su filosofía, sino también para que comprendan cómo esta nueva forma de manejar el dinero puede ser de utilidad en su vida cotidiana.