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Más del 95% del PIB mundial está relacionado con el desarrollo de una CBDC.
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Analistas creen que aumentará la adopción de bitcoin mientras se lance más dinero de los Estados.
Unos 114 países están trabajando en el diseño de sus monedas digitales de banco central (CBDC, por sus siglas en inglés), aparentemente con la idea de competir en el ecosistema de Bitcoin. La cifra refleja que más del 95% del PIB mundial está relacionado con el desarrollo, exploración y posterior lanzamiento de dinero electrónico programable y centralizado o nuevo dinero fíat dispuesto a conquistar a la sociedad.
En los últimos dos años, el interés de los bancos centrales por las monedas digitales ha aumentado alrededor de un 280%. En el 2020, solo 35 Estados trataron el tema de las CBDC, mientras que ahora 114 trabajan en ellas, según datos publicados recientemente por el grupo de análisis económico Atlantic Council.
En la actualidad, unos 60 países se encuentran en una fase avanzada de exploración sobre sus CBDC, señala el informe del equipo de investigadores estadounidenses. De hecho, el 2022 fue el año en el que más países entraron en carrera con sus stablecoins bancarias, como fue reportado por CriptoNoticias.
Solo Ecuador y Senegal archivaron sus proyectos de CBDC, mientras que otros países continuaron avanzando. Tal es el caso de la República Popular de China, donde el 10% de su población prueba el yuan digital, cuyo lanzamiento oficial aún no se ha pautado.
Por otro lado, las CBDC ya están en uso en 11 países, entre los que se encuentran Jamaica, donde se pretende desincentivar el uso de bitcoin con su Jam-Dex o Jamaica Digital Exchange.
Más dinero del Estado para el mundo
Canadá, Francia, Alemania, Estados Unidos, Italia, Japón y el Reino Unido, que conforman el Grupo de los Siete (G7) publicaron en el año 2021 un documento de 27 páginas en el que ahonda sobre los principios de política pública que consideran relevantes a la hora de abordar las CBDC.
Hasta ahora, ninguno de estos países se ha comprometido a lanzar su propia moneda digital, pero el Banco Central Europeo sí trabaja en el diseño del euro digital, cuyo uso se extendería en toda la eurozona.
De igual forma, los países del G20, (formado por los miembros del G7 más la Unión Europea, Arabia Saudí, Argentina, Australia, Brasil, China, Corea del Sur, India, Indonesia, México, Sudáfrica, Rusia y Turquía), «han logrado avances significativos e invertido nuevos recursos en sus proyectos de CBDC en los últimos seis meses», señala Atlantic Council en su informe.
Además, en 2023, más de 20 países tomarán medidas significativas hacia la prueba piloto de sus monedad digitales de banco central. Esto debido a que Australia, Tailandia, Brasil, India, Corea del Sur y Rusia tienen la intención de continuar o comenzar sus pruebas piloto, agregan los investigadores.
¿Cómo responderá el mundo ante el masivo lanzamiento de CBDC?
Mientras las monedas digitales de los bancos centrales se están desarrollando y discutiendo activamente en muchas naciones importantes del mundo, queda la duda de cómo responderá la sociedad ante la emisión de más dinero emitido por los Estados.
Algunos analistas como los españoles Alberto Iturralde y Marc Vidal, han advertido que el sistema financiero tradicional «planea imponer sus monedas digitales para poder controlar más a la ciudadanía».
Las CBDC no son criptomonedas, no son bitcoin, son híbridos. Una respuesta de los países preocupados por la aparición de las criptomonedas libres en el mundo. Están especialmente preocupados por la pérdida de su poder económico y también financiero en este mundo en el que estamos. Son el último intento de las instituciones por mantenerse vivas en tiempos en los que la sociedad ya las rechaza de forma masiva.
Marc Vidal, economista español.
Vidal sospecha que la proliferación de las CBDC podría llevar a bitcoin a otro nivel de adopción debido a sus reconocidas ventajas sobre el dinero emitido por los bancos centrales, cuya versión digital se seguirá usando de una manera limitada, dictado por las fronteras terrestres. Por el contrario, bitcoin es transnacional, no depende de un ente o institución central.
Para Vidal, las CBDC ofrecen una perspectiva aterradora y hay que evitarlas a toda costa y agradece que existan alternativas como bitcoin. Las monedas digitales de los bancos, al ser dinero programado por el Estado, podría expirar con velocidad, obligando a los usuarios a gastarlo en el menor tiempo posible, antes de que desaparezca.
El analista también advierte sobre otros peligros de las CBDC, como el hecho de que pueden facilitar que más datos privados de los usuarios queden en control de terceros.
Su aspiración es que los habitantes del mundo reaccionen creando una amplia economía circular de bitcoin, ya que menos personas querrán mantener su poder transaccional en forma de un sistema totalmente centralizado y supervisado. Es muy probable que tomen la decisión de comenzar a pagar y aceptar bitcoin para todas y cada una de las transacciones.