La Comisión Australiana de Competencia y Consumo (ACCC, por sus siglas en inglés) anunció que investigará los recientes cierres de cuentas bancarias a operadores bitcoin, realizados por los bancos más grandes del país.
Estas investigaciones comienzan tras el contacto realizado por el Senador Matthew Canavan mediante una carta enviada al jefe de la ACCC, Rod Sims, el martes en la mañana. En esta carta, se le pide a la ACCC que investigue si los bancos están envueltos en conductas anticompetitivas, tal como lo estableciéramos en CriptoNoticias en días pasados.
Me parece una coincidencia increíble que varios de los bancos más grandes de Australia hayan decidido al mismo tiempo negar sus servicios a operadores de bitcoin y empresas de divisas digitales nacientes.
Matthew Canavan
Así lo expresó Canavan, quien recientemente participó en un Comité del Senado sobre Bitcoin y otras criptodivisas. Canavan observa que estas startups son obvias desestabilizadoras del modelo de negocio bancario, a pesar de estar en una etapa germinal, por lo que ve en las acciones de los bancos un claro ataque coordinado contra la industria de criptomonedas.
Expresó que en la legislación australiana hay leyes que condenan el hecho de que negocios se rehúsen a prestar sus servicios a otros negocios por fines anticompetitivos.
Creo que la ACCC debería estarle haciendo unas cuantas preguntas serias a los bancos sobre por qué han hecho esto y sobre qué base legal se paran al creer que no deben proveerle sus servicios a operadores Bitcoin.
Matthew Canavan
Los bancos, quienes se limitaron a emitir cartas a los dueños de las cuentas bancarias cerradas, donde tan solo les notificaban sobre el cierre, no han querido dar mayores explicaciones sobre las causas de estas acciones.
Estas acciones reflejan una evidente actitud conservadora por parte de las entidades bancarias, quienes temen que las tecnologías emergentes socaven las bases sobre las que se erige su imperio financiero.
Sin embargo, no es contra la tecnología propiamente hacia donde se dirigen estos ataques. Recientemente se pudo conocer que el Commonwealth Bank of Australia es uno de los bancos asociados a la startup R3 para establecer un protocolo y normas comunes para el uso de la blockchain en el sistema financiero.
Las actitudes anticompetitivas y las pretensiones oligopólicas de los bancos australianos cada vez se hacen más evidentes, quienes parecen querer hacerse con el dominio absoluto de la tecnología en el país oceánico al no querer permitir que compañías emergentes sean las que difundan su uso.
El senador laborista Sam Dastyari respaldó el inicio de las investigaciones. Argumentó que las instituciones financieras están abusando de las protecciones que les han sido ofrecidas por el gobierno al rehusarse a trabajar con startups Bitcoin.
Adam Poulton, el presidente de la Asociación Bitcoin de Australia, estableció que el Presidente Ejecutivo de la Asociación Australiana de Banqueros, Tony Pearson, se puso en contacto con él para hacerle saber que los bancos están buscando maneras de trabajar con operadores bitcoin.
Resulta sumamente curioso que este contacto haya sido realizado justamente después de hacerse pública la noticia del cierre simultáneo de cuentas bancarias. Parece ser que la opinión pública es algo que le pesa a los banqueros, lo cual les indujo a dar un viraje en su posición de no emitir declaraciones ni justificaciones.
Este tipo de acciones anticompetitivas no resultan perjudiciales exclusivamente para los operadores con las cuentas cerradas. Las intenciones obvias de los bancos es castrar el avance de otras compañías que trabajen con la tecnología, de manera que solo ellos puedan controlar el uso de las nuevas tecnologías financieras, apocando la integración de nuevas empresas al mercado.
Esperamos que las acciones emprendidas por la ACCC sean acordes a la justicia y que los poderes públicos australianos no sucumban ante el poder de influencia de los grandes emporios económicos. Esto por el bien de Australia y por el desarrollo de la tecnología en sus principios fundamentales; la descentralización y el libre mercado.