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Su declaración sobre la identidad de Satoshi ha sido desmentida de muchas maneras.
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Las acciones del empresario australiano tampoco han ayudado a aplacar la polémica.
Craig S. Wright, promotor de la bifurcación de Bitcoin Cash que derivó en la creación de Bitcoin SV, se ha dedicado a contar una historia. En ella, él es Satoshi Nakamoto, el creador de Bitcoin. Es decir, es pionero de todo el criptoecosistema.
En el camino, muchas personas han reaccionado y negado la versión de Wright, llegando a catalogarlo no solo como un mentiroso, sino además llamándolo “un fraude”. Incluso, en la comunidad se ha acuñado un nuevo apodo para referirse al empresario australiano: “Faketoshi”, una combinación entre la palabra “fake” (falso) y el nombre Satoshi.
Su reacción, lejos de dar tranquilidad y confirmar sus afirmaciones, ha minado el ambiente del criptoecosistema, con amenazas, demandas legales y hasta una muy cuestionada oferta: una recompensa por revelar la identidad de un bitcoiner noruego que a través de su seudónimo en Twitter lo catalogó como un fraude.
Al margen de valoraciones sobre sus acciones y su insistencia en autoproclamarse como el creador de Bitcoin, muchos hechos extraños han rodeado a la figura de Wright en los años recientes, y aquí te presentamos algunos de ellos.
Robo al “co-creador” de Bitcoin
En el año 2013 falleció Dave Kleiman, en unas circunstancias extrañas y deplorables, pero lo más extraño de esa muerte es lo que vino después: Craig S. Wright se quedó con los bitcoins que poseía Kleiman.
Una demanda presentada por el hermano del informático, Ira, alegaba que Wright robó esos bitcoins a quien fuera su amigo, y quien supuestamente le habría ayudado en el proceso de creación de Bitcoin y el desarrollo de la tecnología de contabilidad distribuida o blockchain.
Según la propia demanda, Wright tenía acceso a las claves privadas del informático, por lo cual logró obtener los fondos que este último poseía de la criptomoneda pionera. Esa cantidad no fue especificada, pero una investigación de Gizmodo mencionaba un presunto borrador de contrato en el que Wright cedía en custodia 1,1 millones de BTC, que retornarían a su poder por completo, sin especificar las circunstancias en las que esto ocurriría.
En la demanda se incluye, además del presunto robo, parte de la propiedad intelectual por la creación de Bitcoin. Esto se basa en los propios alegatos de Wright, según los cuales él mismo es Satoshi Nakamoto y Kleiman fue parte del proceso que dio vida a la tecnología blockchain.
La gran duda sobre esta historia fue de entrada: ¿por qué si Kleiman poseía tal suma de dinero nunca mejoró sus condiciones de vida? Antes de su muerte, el informático estuvo 3 años viviendo en hospitales y en precarias condiciones económicas. Estaba a punto de perder su casa por no pagar la hipoteca y murió en una escena terrible, con su silla de ruedas llena de sangre y excremento.
Refutación sobre el caso Kleiman
Una investigación presentada en el blog de la empresa de seguridad WixSec refuta por completo todo lo referente a la demanda de la familia de Kleiman contra Wright. Pero no se trata de una defensa al empresario australiano, sino más bien una larga cadena de alegatos contra sus declaraciones de ser Satoshi.
Según la publicación, ninguno de los involucrados poseía la cantidad de bitcoins que se mencionaron anteriormente. De hecho, se alega que “la demanda pasa gran parte de su tiempo relatando las numerosas mentiras de Wright a lo largo del tiempo”.
El encargado de la investigación, Kim Nilsson, aseguraba que las direcciones mencionadas en el caso no pertenecían a Wright o Kleiman, y que el caso no es más que “un tipo que navega en una ‘lista de ricos de la blockchain’, escogiendo un par de direcciones al azar y diciendo ‘estas son mías’ por cualquier razón, mientras que no ofrece ninguna evidencia a excepción de algún documento torpe de retroactividad”.
Según esta versión, toda la historia de los supuestos bitcoins de Kleiman no sería sino una construcción ficticia propiciada por el propio Craig Wright, como parte del entramado de argumentos con los que pretende construir su identidad de Satoshi. Es decir, él mismo creó pistas falsas que generaran la historia del “robo” de más de un millón de BTC.
Patentar blockchain
Tras aparecer públicamente asegurando ser Satoshi, el empresario australiano emprendió una cruzada por registrar patentes de la tecnología blockchain y Bitcoin, a través de una serie de solicitudes, que abarcaba cerca de 400 patentes que incluían la palabra “blockchain” o el término distributed ledger (libro mayor distribuido).
De hecho, en una investigación publicada por el periodista Andrew O’Hagan se explicaba que los involucrados junto a Wright en el intento de registrar las patentes valoraban una posible venta de las mismas por una cifra superior a los miles de millones de dólares, aunque no se aclara cómo llegaron a esa cuenta.
Una de las preguntas principales en torno a esto, más allá del tiempo que se tomó Wright para sacar a la luz su supuesta identidad, es por qué tomarse más de 7 años para registrar una patente que pueda tener un valor tan alto. El propio Wright se negó a dar declaraciones al respecto.
“No soy Craig Wright. Todos somos Satoshi”
En 2015, y luego de que investigaciones de Wired y Gizmodo asociaran al empresario con la figura de Satoshi Nakamoto, un breve correo electrónico buscaba zanjar el debate con una sentencia: “No soy Craig Wright. Todos somos Satoshi”.
El mensaje fue enviado desde la dirección satoshi@vistomail.com, atribuida al genio detrás de Bitcoin desde los comienzos propios del proyecto. Aun así, esto despertaba más dudas que certezas, una vez más.
Entre los elementos extraños, destacaba el hecho de que el mensaje no estaba autenticado, por lo que podría haber sido manipulado el correo o incluso hackeado.
Por otra parte, resalta que en las investigaciones de los portales que atribuían a Wright la identidad de Satoshi, se podía ver al australiano utilizando esa misma cuenta de mensajería. Pero, de ser así, ¿por qué un mensaje como ese?
Falsificación, plagio y otras inconsistencias
Wikileaks, el portal de filtraciones creado por Julian Assange, lanzó una información que puso muy en entredicho la tesis de Wright sobre su trabajo detrás de Bitcoin: “Craig S. Wright es un probado falsificador serial de los documentos que afirman que él es el inventor de Bitcoin”.
Esa publicación de Twitter la acompañaron con la comparación entre dos documentos. Allí, comparan dos versiones del mismo documento firmado por Wright en 2008, previo al lanzamiento de Bitcoin. La primera, correspondiente a una captura del mismo para el año 2015 incluye una mención al término “criptomoneda”, mientras que una captura del documento un año atrás no la tiene.
También una investigación publicada por Peter R. Rizun, de Bitcoin Unlimited, contradijo contundentemente a Wright. Según el investigador, el empresario es “un estafador” que incurrió en plagio en una investigación particular.
La investigación halló en el trabajo de Wright una copia “casi total” de una publicación realizada por los investigadores Wen Liu y Jinting Wang. En ella, los dos ofrecían un teorema para corroborar el límite en el sistema de juego para las secuencias de Bernoulli. Lo de Wright era una propuesta sobre la “falacia de la minería egoísta”, lo que presentó como una “crítica matemática” construida con las ecuaciones de Liu y Wang.
No solo el australiano habría plagiado los cálculos de estos últimos, sino que sus propias modificaciones para ocultar el robo intelectual contendrían faltas muy importantes para el estudio, según Rizun.
Los elementos descritos anteriormente no solamente contradicen la supuesta identidad de Satoshi Nakamoto, sino que dejan muy mal parado al propio Wright. Además de como persona involucrada en el criptoecosistema, como investigador.
Su respuesta a las críticas tampoco ha sido muy esperanzadora. Las demandas y la persecución han venido acompañadas con su propia negativa de demostrar definitivamente que es el creador de Bitcoin: ya ha dicho que no pretende dar pruebas emitiendo algún mensaje con la clave original de la red. Mientras tanto, el verdadero rostro de Satoshi permanece detrás de las sombras.