Bien es cierto que por los momentos y a pesar de su rápido crecimiento en todo el mundo, la blockchain, el bitcoin y las criptomonedas en general no son un concepto enteramente masificado. Es decir, seguramente si salimos a la calle a preguntar por ellos, muchas de las personas tendrán poco o nada que decir al respecto. Sin embargo, siendo como ha sido el bitcoin una revolución financiera, es de esperarse que los grandes economistas estén más que enterados de cada detalle… aunque las expectativas no siempre se cumplen.
Así lo ha probado, por desgracia, el Premio Nobel de Economía 2001, Joseph Stiglitz. El economista y profesor estadounidense de 73 años tiene en su haber un extenso y destacado currículo. Ha trabajado como profesor en renombradas universidades como Yale, Stanford y Oxford, mientras que actualmente ocupa ese mismo cargo en la Universidad de Columbia. Además, fue economista jefe del Banco Mundial durante tres años y es miembro de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos y algunas homónimas intercontinentales. Gana el Nobel gracias a sus aportes a la teoría de la información asimétrica y salarios de eficiencia.
Pese a todo esto, de él salió una opinión un tanto desconcertante cuando un miembro de la audiencia en un reciente evento público en la London School of Economics (donde Stiglitz estaba para promocionar su último libro), le preguntó sobre el bitcoin y las criptomonedas.
Mi pregunta es, ¿cuál es su opinión sobre el bitcoin? No necesariamente sobre cuál es su impacto, su tendencia y cómo se perfila en el sistema internacional y globalización, sino, ¿cuál es su percepción del bitcoin y las criptomonedas?
[En el sentido en que] todo el mundo es capaz de utilizar y poseer sus propios bancos y dinero, usarlos y comerciar sin ninguna regulación del gobierno o autoridad. Es completamente descentralizado y no regulado, libre en los mercados.
[Mi pregunta] no es sobre el impacto de las criptomonedas, sino su opinión filosófica personal sobre la creación de las criptomonedas. Gracias.Miembro de la Audiencia en el Evento de la London School of Economics
El autor de la pregunta, en el proceso de hacerla, dejó bastante claro tanto lo que quería saber específicamente como una buena idea sobre las características y potencial de las criptomonedas. Y como la pregunta fue planteada tan bien, nadie se esperó en realidad que la respuesta fuese a serlo menos. Pero, ciertamente, quedaron un tanto sorprendidos.
Mi punto de vista es: bitcoin ha sido extremadamente exagerado. Un medio común de intercambio o un depósito de valor es una función pública básica y necesita ser regulada…
Miembro de la Audiencia en el Evento de la London School of Economics
Hasta ahí la respuesta no había sido nada inesperado: Stiglitz es ampliamente conocido por su visión crítica de la globalización y el libre mercado, ambas cosas muy asociadas a las monedas digitales. Lo desconcertante llegó justo después.
El principal uso del bitcoin ha sido eludir a las autoridades fiscales y la regulación. Pienso que el gobierno de los Estados Unidos hizo lo correcto en cerrarlo o tratar de cerrarlo y pienso que efectivamente… ha hecho eso.
Miembro de la Audiencia en el Evento de la London School of Economics
Por supuesto, es evidente que el gobierno de Estados Unidos no ha «cerrado» el bitcoin, así que no podemos más que preguntarnos si el economista sabe algo que los demás no. O sencillamente se ha equivocado de pleno. ¿Podría referirse en realidad a la Silk Road, una darknet efectivamente cerrada por el FBI, donde llegaron a aceptarse los bitcoins como medio de pago? No lo sabemos. Y la verdad parece que él tampoco está muy seguro.
¿Tiene razón Stiglitz?
Más allá de su desafortunada afirmación sobre el ficticio cierre del bitcoin, cabe preguntarse si realmente las criptomonedas han sido «exageradas», y si en verdad necesitan ser reguladas tras su repetida asociación con las más dispares actividades ilícitas.
Por un lado, la evidencia de que el bitcoin puede resultar la moneda favorita de muchos criminales está ahí, pero por otro la opinión de Stiglitz (que realmente no es unilateral) puede resultar un poco paternalista. El bitcoin no es más que una herramienta, un medio de pago como cualquier otro. Y además persigue un ideal democrático y libertario, donde las personas pueden tomar sus propios datos y su propio dinero entre sus manos, sin depender de ninguna autoridad. Por supuesto y por desgracia, siempre habrán algunos dispuestos a abusar de tal libertad, exactamente igual que hacen con otras libertades: tenencia de armas, bebidas alcohólicas, incluso internet. Pero eso no quiere decir que debamos prescindir de esas libertades, o mejor dicho, que la misma sociedad vaya a dejarse arrebatar esas libertades por cómo se comporte alguna minoría de sus miembros.
Así que, esencialmente, todo indica que el bitcoin seguirá adelante. Su sistema lo hace extremadamente difícil de regular, así que sus ideales se están cumpliendo mientras madura junto a su inmensa comunidad de usuarios.