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La falta de educación es un obstáculo para la inclusión financiera en Latinoamérica.
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A diferencia de los bancos, Bitcoin está disponible siempre, sin importar fecha y hora.
Bitcoin ha ido poco a poco ocupando espacios desde su lanzamiento en 2009, al punto que las instituciones financieras tradicionales y muchos gobiernos, al verse amenazados por el nivel de aceptación que va ganando entre el público, han tratado de desprestigiar a la criptomoneda o tratan de imitarla con propuestas de monedas digitales.
En regiones como Latinoamérica el nivel de aceptación deriva, entre otros factores, del hecho de que bitcoin (BTC) puede convertirse en un salvavidas para aquellos que se encuentran excluidos del sistema financiero por la misma banca que, en la mayoría de los casos, critica a la criptomoneda.
Según un estudio de la empresa de servicios financieros Deloitte, las razones que provocan la exclusión financiera en América Latina son la pobreza, economía informal, y falta de oportunidades en la educación. A ello se suma la diferenciación en las posibilidades de acceso al crédito, según el género, además de la falta de infraestructura (en particular en zonas rurales), junto a una educación limitada y deficiente.
Con base en ello, los analistas de esta firma aseguran que el uso de las criptomonedas como bitcoin permitiría «reducir los costos de transacción e impulsa la inclusión financiera, aunque a su juicio se requiere una regulación estricta, incluyendo la vinculación con el dinero real, y una respuesta innovadora de los bancos que desean seguir siendo relevantes».
No obstante, el estudio de Deloitte destaca que el principal obstáculo para que las nuevas tecnologías se desplieguen en la región es la falta de educación financiera, seguida de la informalidad económica y la ausencia de incentivos a través de políticas públicas.
Es importante destacar que, por un lado, las políticas de cada Estado hacia Bitcoin varían significativamente. Hay países en los que es ilegal, en otros no está regulado y en otros es aceptado como medio de pago, por ejemplo prohibió la venta de bitcoin por parte de dos bancos de ese país.
Un caso de la región que va en sentido opuesto al de Argentina es el de El Salvador, el país centroamericano adoptó a bitcoin como moneda de curso legal y promueve su uso a través de un monedero desarrollado por el propio gobierno, llamado Chivo Wallet.
De esta manera, los salvadoreños acceden a la criptomoneda y aprenden a usarla, sobre todo, aquellos que no cuentan con acceso a la banca. Hasta el 2018, solo un 30% de la población de El Salvador poseía una cuenta bancaria. Ahora, cualquier salvadoreño pueden acceder a bienes y servicios pagando con bitcoin a través de un monedero digital.
¿Por qué bitcoin es la solución para los desbancarizados?
Desde el 2020, los bancos sienten la presión creciente de Bitcoin, por ser un sistema financiero descentralizado que los puede apartar de los ciudadanos. El banco alemán Deutsche Bank lo señaló el año pasado, al indicar que «las criptomonedas representan cada vez más una amenaza para la estabilidad monetaria y financiera, y es poco probable que los bancos centrales y los gobiernos renuncien a sus monopolios monetarios».
Lo cierto es que Bitcoin podría ser la llave para que las personas accedan a dinero libre, sin censura y sin riesgo de que caiga en manos de los políticos. Solo basta tener un teléfono móvil e internet, es por eso que representa un problema para los bancos.
Para entender esto, es importante saber que Bitcoin es un sistema de efectivo electrónico entre iguales (P2P), pero no se trata solo de dinero (billetes, monedas o un instrumento cualquiera para llevar cuentas entre personas), sino también de las reglas y mecanismos para que ese efectivo exista y pueda ser utilizado, tal como lo indica la Criptopedia, sección educativa de CriptoNoticias.
De hecho, es una herramienta tan poderosa que, «se puede decir que Bitcoin, usando una analogía, hace las funciones del dólar, la Reserva Federal y la red bancaria», todo a la vez.
De esta forma, la criptomoneda está considerada como la cuarta mejor manera de manejar el dinero en la actualidad. Bitcoin es una tecnología que combina un viejo formato financiero con las nuevas tecnologías. «Bitcoin permite tratar las transacciones con la privacidad y conveniencia del efectivo, y dado que funciona digitalmente, también añade la posibilidad de ahorrar pequeñas a grandes sumas de dinero y movilizarlas desde y hasta cualquier parte del mundo. Lo mejor, a bajo costo» explica la Criptopedia.
A diferencia de los bancos, los fondos en bitcoin pueden ser transferidos a otras cuentas de Bitcoin, en cualquier parte del mundo 24/7/365. Es decir, Bitcoin no tiene feriados, ni jefes.
Otro factor que otorga libertad a los usuarios de bitcoin, es que cada persona puede custodiar por sí misma su dinero y transferirlo sin pedir permiso a un tercero. En esencia, Bitcoin no tiene una política de «conoce a tu cliente» (KYC). Mientras que los bancos solicitan una gran cantidad de requisitos (datos, comprobantes, referencias), muchos de ellos, innecesarios.
Sin embargo, las plataformas para la compraventa de bitcoin se han visto obligadas a solicitar KYC por presiones de organismos como el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), que busca preservar el control del Estado sobre el dinero.
Algo que también separa a bitcoin de los bancos centrales, que son manejados por pequeños grupos, que van cambiando sus miembros dependiendo del mandatario de turno, es que la criptomoneda es manejada por cualquiera, incluso, la persona que quiera puede «trabajar» en este sistema, asegurándolo, llevando las cuentas y emitiendo las monedas.
21 millones de bitcoins
Por otra parte, la oferta total de monedas en el sistema Bitcoin quedó definida desde su lanzamiento en 2009 y alcanzará un máximo de 21 millones de bitcoins en el año 2140.
Esto último contrasta con casos como el de Estados Unidos, país que no ha dejado de emitir dólares en enormes cantidades, sobre todo desde el comienzo de la pandemia.
Hasta el pasado mes de marzo, la Reserva Federal (Fed) registró una inyección de dinero que alcanza los 6,3 billones de dólares, lo que ha incidido en el aumento de la inflación, que alcanzó un nuevo récord anual de 8,5%, el más alto en 41 años.
Con todo lo antes descrito sobre Bitcoin y las diferentes posturas sobre la criptomoneda en países como Argentina y El Salvador, la moneda digital creada por Satoshi Nakamoto en el 2009, de acuerdo a la descripción hecha previamente, parece no presentar fisuras ante un sistema bancario que se va quedando rezagado.
El más reciente rechazo de una entidad financiera hacia Bitcoin, se dio a conocer cuando la República Centroafricana adoptó a la criptomoneda como moneda de curso legal. Las autoridades de la Comunidad Económica y Monetaria de África Central (CEMAC) indicaron que eso resultaba un peligro para «la estabilidad monetaria» de toda la región.
Aunque la realidad, es que los desbancarizados que llegan a Bitcoin podrían elevar su calidad de vida al usar un sistema que les permite realizar transacciones y ser dueños de su propio dinero sin tener que tercerizarlo en cuentas bancarias que no tienen, algo que a las autoridades no les gusta porque se escapa de su control.