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La iniciativa Bitcoin for Palestine ya ha recaudado 100 millones de sats.
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Yusef Mahmoud se ha encargado de asistir a los palestinos que han sufrido la guerra con Israel.
Todas las guerras tienen un factor común y es la enorme herida que dejan a las civilizaciones. En Gaza, Palestina, está ocurriendo. La guerra contra Israel ha dejado un sinfín de damnificados, además de innumerables muertos y heridos. En todo el desastre, una luz naranja se hace presente en señal de esperanza: es bitcoin (BTC).
Allí, entre los escombros dejados por las explosiones, Yusef Mahmoud, un palestino que conoce a bitcoin desde hace un par de años, se empecina por intentar dar tranquilidad a quienes terminan siendo las víctimas de los conflictos bélicos.
Mahmoud recibe BTC a través de donaciones. La empresa Geyser Funds lo apoya a recaudar dinero con el que adquiere implementos con los que ayuda a su gente a soportar los embates de la guerra.
Desde antes del 7 de octubre, cuando inició la guerra de Gaza, Mahmoud ya había emprendido el camino del apoyo a los niños de esa región. Un año y medio antes de que comenzara el conflicto, el activista ya había usado bitcoin para comprar juguetes, comida, filtros de agua y útiles escolares.
Cuando la guerra inició, el activista no escapó. Se quedó para ayudar a los más necesitados. Llegó a adquirir, con las donaciones en bitcoin, alimentos, agua y combustible. Mes a mes, Mahmoud buscó suministros, comprándolos y distribuyéndolos entre los más afectados por el conflicto armado.
Ahora, la campaña de donación a Yusef Mahmoud alcanzó los 100 millones de sats, o lo que es equivalente a 1 BTC entero. Un hito en la historia de bitcoin porque demuestra que con este activo se pueden salvar vidas y otorgar beneficios indescriptibles, incluso, en las peores condiciones imaginables.
“Un faro de esperanza”
En contacto exclusivo con CriptoNoticias, Yusef Mahmoud, líder de Bitcoin for Palestine, contó cómo BTC se ha convertido en un auténtico faro de esperanza en medio de la guerra. Una luz en la cual se cobijan (él y los suyos), cuando el sonido de los fusiles y las explosiones acechan.
“Bitcoin es lo único que puede entrar y salir de Gaza”, señaló Mahmoud. “Bitcoin y otras criptomonedas”, agregó. Luego recordó, así como la descentralización de BTC hace que este activo pueda entrar incluso en conflictos armados y salvar algunas vidas.
Aclaró Mahmoud que bitcoin es “halal”, es decir, que está permitido por la religión musulmana, mayoritariamente esparcida en la población de Gaza. “BTC no tiene usura en sí” y, por eso, cuenta con la autorización para ser utilizado por los practicantes del islam, dice el activista.
Valiéndose de que BTC es halal, Yusef intercambia las monedas que recibe por donación en un exchange que tiene operaciones asentadas en Gaza, el cual no identificó. Dijo que vende los bitcoins por dólares y con ese dinero es que logra adquirir los insumos, que luego son repartidos entre los más afectados por el conflicto.
Yusef precisó que muchas de las personas en Gaza se interesan en cómo accede a insumos y bienes de primera necesidad. Cuenta que se dedica a explicarles que recibe donaciones en bitcoin, así como a detallarles, en la medida de lo posible, qué es BTC.
“Realmente les hablo de BTC y todos están entusiasmados. Desearía poder enseñar a todos sobre Bitcoin, pero las condiciones ahora son muy difíciles”, indicó el activista.
Con la experiencia palestina, bitcoin demuestra, una vez más, que es una herramienta de vida, más que solamente un producto de inversión. Esto es así porque permite asistir a miles de personas que enfrentan una dura situación de guerra cuyo final, hasta ahora, no se ve en el horizonte.
Una situación de guerra, además, provocada por el sistema actual. Un conflicto “que no es el resultado de la voluntad del pueblo, sino de un frío cálculo político que descuenta la vida humana a cero”, de acuerdo con Geyser Fund, compañía que ayuda a Yusef Mahmoud a recaudar fondos.
Mahmoud, quien compartió sus impresiones desde el terreno en conflicto, demuestra con todo esto que BTC puede empoderar y ayudar a las personas de buen corazón a salvar vidas. Incluso en lugares donde el sistema fíat “mata y destruye”, según Geyser