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Bitcoin superó por primera vez en su historia los 100.000 dólares, un hito.
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La subida de bitcoin responde a los propios fundamentos de la moneda, más allá de otros factores.
El miércoles 4 de diciembre, bitcoin (BTC) registró un hito al sobrepasar por primera vez en su historia la barrera de los USD 100.000. Este suceso no solo marca un aspecto histórico para la moneda digital más importante del mundo. También desafía las narrativas críticas de figuras prominentes en el mundo de la inversión y la economía, quienes por año se han dedicado a cuestionar su valor y utilidad.
Warren Buffet, empresario estadounidense y uno de los más grandes inversores del mundo, así como director ejecutivo de la firma Berkshire Hathaway, ha sido un crítico vocal de bitcoin.
En 2018, Buffet calificó a la moneda como “veneno de ratas al cuadrado”. Esta narrativa se remonta a 2013, cuando Charlie Munger, vicepresidente de Berkshire Hathaway, también describió a BTC como “veneno de ratas”, en un momento en que la moneda se negociaba por sobre los USD 150.
Bitcoin también ha disgustado a eminencias académicas
Ahora bien, no solo los inversionistas tradicionales como Buffet y Munger han expresado su descontento. Premios Nobel de Economía también han elevado sus voces en contra.
Joseph Stiglitz, Premio Nobel de 2001, abogó en 2022 por prohibir bitcoin y las criptomonedas, argumentando que facilitaban el lavado de dinero. En declaraciones a un medio alemán, Stiglitz propuso “clausurar” estas monedas debido a la falta de transparencia.
Otro Nobel, Paul Krugman, afirmó en 2022 que bitcoin se dirigía “hacia su extinción”, especialmente durante el mercado bajista de ese año, donde publicó un artículo catalogando la tecnología de Bitcoin como inútil.
La subida de bitcoin hasta superar los USD 100.000 refuta las narrativas críticas de figuras como Warren Buffet y otros economistas de renombre, demostrando una creciente adopción institucional y estatal.
Resulta que la entrada de grandes instituciones financieras con productos como fondos cotizados en bolsa (ETF) de bitcoin, junto con el reconocimiento de esta moneda digital por parte de gobiernos como una reserva de valor o incluso moneda de curso legal, muestra que BTC ha ganado legitimidad y utilidad en el ecosistema financiero global, algo que los críticos no anticiparon.
El auge institucional y estatal en torno a bitcoin ha tenido un impacto directo en su precio al incrementar la demanda debido a la inversión de grandes capitales, lo que, combinado con la oferta fija de bitcoin, naturalmente eleva su valor.
Bitcoin tiene sus propios fundamentos para subir
No obstante, la subida del precio de bitcoin y su traspaso de la barrera de los USD 100.000 no se debe enteramente al impacto institucional. Hay que recordar que bitcoin posee fundamentos intrínsecos que explican su aumento de precio.
Bitcoin opera bajo una política económica basada en la escasez. Con un suministro fijo de 21 millones de monedas, su valor tiende a aumentar conforme la demanda crece.
Esto significa que, a medida que más inversionistas y usuarios buscan poseer bitcoin, su precio se incrementa debido a la limitada oferta, la cual va disminuyendo con el tiempo debido a los halvings, que son los mecanismos propios del código creado por Satoshi Nakamoto para regular la emisión de esta moneda digital.
Por otra parte, la neutralidad de bitcoin, es decir, su independencia de cualquier entidad central, y su descentralización, donde ningún individuo o grupo puede controlar la red, son factores que influyen positivamente en su cotización. Estas características hacen de bitcoin un activo difícil de manipular y accesible globalmente, lo cual ha atraído con éxito tanto a inversionistas minoristas como institucionales.
Ahora bien, el interés institucional y estatal ha jugado un papel crucial en el aumento del precio de bitcoin. Ciertamente, los ETF de bitcoin emitidos por grandes firmas financieras como BlackRock, Fidelity y Grayscale, permiten a los inversionistas tradicionales acceder a bitcoin sin tener que comprar directamente la moneda.
Para ponerlo en contexto, estos productos financieros tienen una acumulación neta total de 32.290 millones de dólares y un total de activos netos valorado en 108.230 millones de dólares, equivalentes al 5,5% del suministro total de BTC, de acuerdo con los datos de SosoValue.
Estos productos financieros no solo facilitan la inversión, sino que también legitiman a bitcoin como un activo financiero, incrementando su demanda y, consecuentemente, su precio.
Además, la narrativa de las reservas estratégicas de bitcoin ha ganado terreno. Empresas como MicroStrategy han adoptado bitcoin como reserva de valor, poseyendo hasta ahora más de 400.000 monedas y controlando el 2% del suministro total; y otras compañías y países, como Estados Unidos, están por abrirse camino en políticas similares, lo que refleja una aceptación creciente que impacta directamente en el comportamiento del precio de bitcoin.
El aumento de bitcoin hasta los USD 100.000 es relevante no solo por el número en sí, sino por lo que simboliza en términos de aceptación y validación de sus fundamentos económicos.
Firmas como Standard Chartered y Bernstein, que predijeron que bitcoin superaría los 100.000 dólares este año, proyectan futuros aumentos hasta los 200.000 dólares en 2025, basándose en la creciente adopción y en la limitada oferta de nuevas monedas, como ha reportado CriptoNoticias.
El hito de los USD 100.000 para bitcoin no solo refuta las críticas pasadas de figuras como Warren Buffet, Joseph Stiglitz y Paul Krugman, sino que también subraya su maduración como un activo con fundamentos económicos sólidos y con una aceptación global que no se puede ignorar.