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La democracia líquida permite revocar la autoridad entregada a un diputado.
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El proyecto estadounidense Democracy.space muestra una aplicación real.
La democracia es el sistema político que otorga mayores libertades a los ciudadanos. Pero la democracia es vulnerable y gobiernos populistas han mostrado que puede corromperse y destruirse desde dentro. Una vez que un elector elige un candidato, otorga su confianza por medio del voto, pierde su autoridad y luego no es capaz de recuperarla. ¿Podría Bitcoin ayudar a mitigar la confianza en las relaciones políticas?
El Observatorio Latinoamericano de Opinión Pública, LAPOP, se dedica a generar indicadores de la percepción que tienen los ciudadanos sobre el Estado y sus instituciones. En 2016, les solicitaron a los habitantes de la región indicar, con un número entre 0 y 100, el nivel de aprobación de la siguiente frase: ¿Considera usted que la democracia, a pesar de sus problemas, es mejor que cualquier otra forma de gobierno?
Los resultados obtenidos muestran que, en general, las personas confían en la democracia representativa. Sin embargo, es interesante analizar qué factores pueden ayudar a que el apoyo sea mayor.
Un sistema político cómo una democracia tiene muchos actores: ministros, gobernadores, legisladores, jueces, instituciones, grupos de poder, etc. Quizás los actores más cercanos al ciudadano común son sus representantes (concejales, diputados, alcaldes, entre otros). Es a ellos a quienes los ciudadanos ceden su poder de decisión por un periodo de tiempo específico, y es en ellos en quienes recaen muchas de las quejas que se tienen con la democracia.
Algunas personas plantean que es posible reconfigurar la democracia tal y como la conocemos. Indican que, con la tecnología que se tiene a disposición actualmente, cada ciudadano podría representarse a sí mismo en el parlamento o al menos, que podría revocar el poder que otorgó a un representante y cederlo a otra persona. Esto es lo que se conoce como Democracia Líquida
La Democracia Líquida
La Democracia es la peor forma de gobierno, excepto por todas las otras que de tanto en tanto se han intentado.
Winston Churchill
La democracia líquida o democracia delegativa revocable es un tipo de democracia directa, que incluye la posibilidad de revocar el voto de forma instantánea.
Sus impulsores indican que este tipo de sistema toma lo mejor de la democracia directa y de la democracia representativa y les permite a los ciudadanos estar mucho más cerca de la toma de decisiones que afectan su día a día.
En una democracia representativa, todo ciudadano que cumpla las condiciones que imponga la constitución (poseer nacionalidad y ser mayor de edad, por ejemplo) tiene derecho a un voto. Suponga entonces que se está hablando de elecciones para el parlamento de su país, y que su voto y el de sus vecinos elegirá al diputado que representará a su provincia en el congreso por los próximos 4 años.
Su voto es contabilizado en elecciones por un ente central; ente que luego acredita a la persona con mayor número de votos para ejercer un cargo público por un tiempo dado.
Durante su tiempo en el cargo, el diputado electo cuenta con total independencia para tomar decisiones de acuerdo a lo prometido durante su campaña, o, por el contrario, apoyar lo que le conviene a su partido y a los grupos de poder a los que pertenece.
La figura anterior muestra el problema de la democracia representativa: la voluntad individual de los ciudadanos queda relegada ante el poder del diputado. Son los legisladores quienes tienen la última palabra sobre las leyes y reglamentos que afectan la vida de todo un país.
En cambio, en una democracia líquida los ciudadanos cuentan con opciones: pueden ejercer su voto directamente o pueden ir delegando su poder de voto en temas específicos, cambiando al representante según sea el caso.
El gráfico anterior muestra un escenario alternativo (o novedoso) al que se ha aplicado en la mayoría de las democracias occidentales hasta ahora y, aunque parezca difícil de creer, ya hay lugares en dónde la democracia líquida se está implementando.
Una Propuesta Funcional
Democracy.space es una organización estadounidense que ha implementado un sistema que permite entender cómo funciona la democracia líquida en un caso real.
Se trata de una página web donde ciudadanos de los Estados Unidos pueden registrarse indicando su nombre y lugar de residencia. Una vez confirmada la identidad del ciudadano, este será notificado sobre las leyes que los senadores de su estado introduzcan en el parlamento y podrá votar a favor o en contra de ellas.
Su fundador, David Ernst, explica que, los resultados de la página web no son vinculantes. Sólo son una manera de permitirle a los senadores conocer la opinión de sus electores. Además, el sistema puntúa los senadores en función al respeto que tienen de la opinión de sus votantes.
Una primera aproximación podría llevarle a pensar que este sistema es compatible con Bitcoin. Al observar con atención la captura de pantalla del Democracy.space puede notarse que las identidades detrás de cada voto son seudónimas, como en Bitcoin. Adicionalmente, cada voto tiene asociado un ID, que le permite al votante confirmar si el voto que efectuó fue registrado correctamente, similar a como queda registrada una transacción en una blockchain.
Para determinar si, en efecto, Bitcoin es compatible con las elecciones es necesario analizar las características del voto como acto de expresión de la voluntad en una democracia. Esto se hará en la siguiente entrega de este artículo.