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Eventos y actividades educativas atraen a cientos de bitcoiners mensualmente.
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Donaciones en sats y ventas de arte con BTC financian el proyecto.
En el Valle de Comox, en la costa este de la Isla de Vancouver, en Canadá, emerge un proyecto llamado la Embajada de Bitcoin Valley, impulsado por Joyce, que está consolidando una ciudadela o economía circular de bitcoin (BTC) con educación, adopción comercial y un punto de encuentro global para la comunidad que gira en torno a la moneda digital pionera.
La iniciativa germina del esfuerzo de Joyce, quien comenzó aceptando bitcoin en su estudio de yoga en 2018. Ahora trabaja en la evangelización sobre la moneda creada por Satoshi Nakamoto, asistiendo a comerciantes y educando a la comunidad sobre monederos y la importancia de los nodos para la seguridad de la red.
Como lo relata en la plataforma de crowdfunding Geyser Fund, Joyce desarrolla una economía local de bitcoin en la Isla de Vancouver. Y su rápida expansión y confianza generadas demuestran que el mundo tiene necesidad de espacios físicos permanentes para crecer.
De tal manera que la Embajada de Bitcoin Valley se perfila como un «faro simbólico» y un «puesto de avanzada de principios en la red global de Bitcoin», arraigado en una ciudad real y sirviendo a personas reales.
Hasta la fecha, Joyce ha logrado incorporar a más de 40 empresas locales, desde cafés hasta clínicas, a su ciudadela de bitcoin. Allí imparte educación a cientos de lugareños.
Entre sus nuevos objetivos, destacan la expansión a más de 100 empresas, la integración de la educación sobre bitcoin en las escuelas y el desarrollo de una aplicación y monedero para uso de la comunidad.
Para explicar por qué decidió crear una economía circular de bitcoin en Vancouver, Joyce explica lo siguiente:
«Cuando nuestra moneda se arraiga en la manipulación y la decadencia, también lo hacen los incentivos que crea. La gente deja de pensar a largo plazo. La confianza se erosiona. Las familias no pueden planificar. Las empresas buscan ganancias a corto plazo. Los pobres siguen siendo pobres. La clase media desaparece. Y los ricos consolidan su poder, no a través de la productividad, sino de la proximidad a la creación de dinero. Bitcoin soluciona esto. Es incorruptible, transparente y finito. Recompensa el esfuerzo, el ahorro y el pensamiento a largo plazo, no el favoritismo. Reconstruye las bases para el comercio honesto y la verdadera riqueza. Nos permite preservar lo que importa, para nuestros hijos y los suyos».
Joyce, fundadora de BTC Comox Valley.
El lugar se da a conocer como un centro permanente para el café, la educación y la adopción real de bitcoin, fomentando un espacio donde familias, comerciantes, desarrolladores y bitcoiners de todo el mundo puedan compartir.
“Estamos construyendo infraestructura, con cuidado, integridad, profundidad y diseño de baja preferencia temporal que bitcoin merece”, afirma Joyce.
El proyecto se propone comprar un edificio para establecer un hogar permanente para la comunidad, donde se realizarán eventos, reuniones y otras actividades, además de minar Bitcoin y contar con un café que acepte pagos en sats (la unidad base para medir valor en bitcoin).
Como lo informó CriptoNoticias, el de Comox Valley es un modelo que se esparce rápidamente por toda Latinoamérica y otras partes del mundo, consolidando la visión de economías circulares de BTC, desde la base, y como futuro inminente de la libertad financiera.