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El acuerdo firmado con el FMI prohíbe la compra pública de bitcoin en El Salvador.
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Trump podría suavizar la postura del FMI hacia la estratagia con bitcoin del país centroamericano.
El reciente acuerdo firmado entre El Salvador y el Fondo Monetario Internacional (FMI) por un préstamo de 1400 millones de dólares, prohíbe las compras y la minería de Bitcoin por parte del sector público durante los próximos 40 meses (3 años y 4 meses). Ante ello, el equipo de Bitcoin Beach, el proyecto que catapultó la adopción de la moneda digital en el país, sugiere que el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, puede tener un plan audaz para burlar estas limitaciones, posiblemente contando con la influencia de Estados Unidos y el apoyo de Donald Trump.
Mientras el FMI difundió un documento de 111 páginas en el que refleja las restricciones que impuso al gobierno de El Salvador con respecto a su política con bitcoin, Bukele no da su brazo a torcer y asegura que no parará. Sobre ello opina el equipo de Bitcoin Beach liderado por Mike Peterson, Jorge Valenzuela y Román Martínez. Desde allí creen que el presidente de El Salvador puede tener como gran aliado a Donald Trump, actual mandatario de Estados Unidos.
Se debe a que Trump, quien recientemente ordenó la creación de una reserva nacional de bitcoin con una postura maximalista, tiene poder sobre el FMI, ya que Estados Unidos posee un 16.5% de los votos, suficiente para vetar decisiones clave en el organismo, donde las decisiones se aprueban con el 85% de los votos.
Históricamente, Washington ha moldeado las políticas del Fondo para reflejar sus intereses. Y ahora, con la llegada de Trump al poder, y su visión pro bitcoin, podrían cambiar las reglas del juego a favor de El Salvador y su adopción de BTC.
La reserva salvadoreña ya acumula más de 6.000 BTC, valorados en unos 500 millones de dólares, y Bukele ha seguido sumando, desafiando abiertamente las restricciones del FMI. Sin embargo, hay dudas de que lo pueda seguir haciendo con la entrada en vigor de la nueva Ley de Bitcoin de la tierra salvadoreña.
Escapatorias ingeniosas para resguardar una política con bitcoin
Para evitarlo, el equipo de Bitcoin Beach propone otras dos «escapatorias». La primera es usar al sector privado como intermediario para comprar más bitcoin, eludiendo la prohibición de compras públicas, con la opción de transferir esos fondos al Estado más adelante. Mientras que la segunda opción es recurrir a donaciones o ingresos por tarifas de transacción, mientras los mineros privados podrían alimentar la reserva sin que el gobierno viole directamente el acuerdo. «El FMI no puede detener lo que no ve», apunta el hilo con un tono desafiante.
Bitcoin Beach agrega que Bukele cuenta con aliados clave en el equipo de Trump, como Paul Atkins, un defensor de la moneda digital al frente de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) de Estados Unidos. Con el apoyo de Atkins, Bukele podría presionar al FMI y suavizar las restricciones. Sus vínculos con la comunidad bitcoiner estadounidense, alimentan esta teoría.
Para Bitcoin Beach, la historia ya está reivindicando a Bukele como un pionero, un presidente que transformó una apuesta aparentemente descabellada en un posible jaque mate al sistema financiero tradicional.
Así que, mientras se define el destino de la política de Bitcoin en El Salvador, también se perfila con mayor claridad el lugar que la moneda digital pionera merece en el tablero global, un escenario donde su legitimidad crece frente a las resistencias del pasado.
Por eso, el equipo de Bitcoin Beach se muestra optimista, convencido de que la visión de Bukele, respaldada por el auge de la invención de Satoshi Nakamoto y posibles aliados en Washington, podría consolidar a El Salvador como un referente en la redefinición del orden económico mundial.