La empresa alemana BMW se ha aliado con Circulor, una startup londinense, con el fin de garantizar, por medio de la tecnología blockchain, que los minerales comprados para ser utilizados en sus baterías vengan de orígenes éticos, no ligados a esclavitud ni explotación infantil.
Según explicó el CEO de Circulor, empresa especializada en el uso de la tecnología de contabilidad distribuida, BMW se encuentra en la búsqueda de un método comprobable para garantizar que el cobalto utilizado en las baterías de sus vehículos eléctricos pertenezca a una mina con condiciones de trabajo éticas y no a una donde se utilice trabajo infantil y/o mano de obra en condiciones esclavizantes.
El proyecto va a realizarse para este mineral específico porque más del 60% del cobalto minado en el mundo es producido en la República Democrática del Congo. País en el que, según una investigación de Amnistía Internacional publicada a principios del año 2016, se siguen utilizando niños para las pesadas labores de minería del cobalto en pleno siglo XXI. Este mineral es uno de los elementos clave de las baterías modernas, por lo que muchos equipos electrónicos como los dispositivos Apple y los automóviles Tesla cuentan con fuentes de energía que incluyen cobalto.
Utilizar la blockchain permitirá que BMW trabaje con los mineros artesanales y así garantizar el origen de sus materiales marcándolos con un código de barras único. Estos, al ser cargados en la red, tendrían una certificación de su origen que queda guardada y no se puede editar. Luego podría consultarse en la blockchain para rastrear la proveniencia del material.
La startup inglesa comenzará el piloto de este proyecto diseñado para BMW con minerales provenientes de Australia, Canadá y posiblemente minas industriales del Congo, donde se pueda demostrar sin mayor dificultad que su producción de cobalto no depende del trabajo infantil.
Creemos que tiene sentido desde el punto de vista económico comenzar con fuentes que no sean un problema. Una vez que el sistema es probado y opera a escala, uno puede abordar los casos de uso más difíciles como las minas artesanales.
Douglas Johnson-Poensgen
Director ejecutivo
Un proyecto similar fue propuesto por las principales empresas de china con la participación de compañías como Apple y Samsung. El piloto en cuestión consistiría en el etiquetado de las bolsas de cobalto para registrar el producto en la blockchain, permitiendo que los clientes puedan rastrear su origen y paso por la cadena de producción y distribución por medio de un código QR escaneable con un teléfono móvil. De esta forma, el consumidor final se aseguraría de que este sea “cobalto limpio”, es decir, producido con métodos por completo legales.