El director del Banco de Pagos Internacionales, Agustín Carstens, dijo que los bancos centrales tienen que controlar aún más las criptomonedas y no permitir que “parasiten a las monedas reales”.
Las declaraciones fueron ofrecidas en un acto llevado a cabo en Fráncfort, organizado por la Universidad Goethe y el Bundesbank. Carstens, antiguo director del Banco Central de México, expresó su preocupación sobre la posibilidad de que las monedas digitales, que no considera dinero real, afecten el orden económico mundial.
En sus palabras:
Estos activos pueden plantear problemas relacionados con la protección de consumidores e inversores. Además de las preocupaciones vinculadas a la evasión fiscal, el lavado de dinero y la financiación criminal.
Agustín Carstens
Director
Además de esto, que es una preocupación que han expresado diversas entidades financieras alrededor del mundo, el presidente de la institución conocida como “el banco central de los bancos centrales” señala lo que considera los tres defectos fundamentales de las criptomonedas y que responden a un desconocimiento del funcionamiento real de la tecnología.
Principalmente Carstens critica de manera infundada el riesgo de adulteración de las criptomonedas, a pesar de que debido a su estructura descentralizada es imposible cambiar la información presente en la cadena de bloques sin el consentimiento de todos los nodos que participan en su validación.
Segundo, el mexicano está en desacuerdo con la falta de respaldo de los criptoactivos por parte de instituciones tradicionales, como bancos centrales y critica además que su uso requiera de intermediarios. Sin embargo, las criptomonedas surgen precisamente para no depender de instituciones reguladoras sino del consenso de todos los participantes, que permite que la confianza de los usuarios no dependa de la actuación de un solo ente, sino de un sistema que tiende a la descentralización.
Si bien es cierto que las transacciones deben pasar a través de los mineros para ser validadas en la blockchain, esta intermediación es menos centralizada que en los canales de pago tradicionales, donde una sola institución central, como los bancos o los servicios de pago al estilo de VISA, son encargados de validar las transacciones y los clientes deben confiar en ellos.
El director del BPI opinó que las criptomonedas se convirtieron en “una mezcla de burbuja financiera, esquema Ponzi y desastre medioambiental”. Sin embargo, estas opiniones son comunes entre los representantes de las principales entidades financieras a nivel global, como el mencionado banco, que podrían ser las principales afectadas por la masificación del mercado de criptomonedas, pues haría más prescindible su existencia.
Estas opiniones, que resumen comentarios menos directos hechos por otros directivos de países como Corea del Sur, India o Japón, afectaron de manera significativa el precio de los criptoactivos durante unos días, sólo para verlo volver a su tendencia alcista durante el día de hoy.