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La oposición venezolana montó un sistema de totalización descentralizado usando las actas oficiales.
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Ingenieros ubicados en varias partes del mundo organizan las bases de datos y robustecen el sistema.
El pasado domingo 28 de julio de 2024 a la medianoche el Consejo Nacional Electoral de Venezuela (CNE) dio a conocer los resultados de los comicios presidenciales con unos resultados que daban por ganador a Nicolás Maduro, actualmente a cargo del gobierno del país.
Lejos de alegrar a los venezolanos, la noticia se convirtió en el epicentro de una gran controversia mundial, que agudizó la crisis política que sufre el país suramericano.
Los resultados presentados por el CNE (sin la presentación de actas que confirmaran los datos) fueron cuestionados por una gran mayoría de venezolanos, por los líderes de la oposición —encabezada por María Corina Machado—, e incluso por gobernantes y figuras políticas extranjeras.
Hasta las primeras horas del día siguiente a las elecciones todo indicaba que se repetirían las controversias de anteriores procesos, donde los opositores denunciaban fraude. Pero el panorama cambió cuando Machado presentó un sitio en Internet donde subió más de 24.000 actas del proceso electoral, después de que los números oficiales de la elección presidencial del domingo no fueran publicados en la mañana del lunes.
Desde ese momento, el mundo ha podido ver, verificar y contrastar las actas presentadas por la oposición, que son en realidad los documentos oficiales que se enviaron al CNE. Los datos dan como ganador al candidato opositor Edmundo González Urrutia.
«Con las actas que nos faltan, aunque el CNE les pusiera el 100% de los votos a Maduro, no alcanza para darle la victoria a Maduro», dijo Machado.
De esta forma, en el sitio web resultadosconvzla.com, la oposición publicó los resultados del escrutinio con las copias de las actas por estado, municipio, parroquia, centro de votación y mesa.
El sitio se nutrió con la información que enviaron unos 90.000 testigos de la oposición quienes, desplegados en 30.000 mesas en todo el país, obtuvieron copias físicas de las actas.
Cualquiera que ingrese el número de su documento de identidad (cédula) puede ver el acta de la mesa en la que le tocaba votar, siempre y cuando esté registrada.
«La forma como se han publicado las actas, una por una, todas verificables, es un esfuerzo conjunto de programadores, testigos y expertos. Es el resultado de un aprendizaje y de tiempo de preparación», declaró a los medios Eugenio Martínez, periodista venezolano experto en el tema electoral que maneja un sitio especializado en votaciones.
La oposición replicó así la base de datos de un registro electoral que funciona de forma centralizada, con todas las cédulas de los habilitados para votar (casi 22 millones de personas).
Adicionalmente, creó una aplicación para subir las actas, así como un servidor seguro para resguardarlas y poderlas verificar en línea con el número de cédula de cualquier venezolano.
Un modelo que le quitó poder a la centralización
Tal como ha explicado la líder opositora, todo ha sido el resultado del esfuerzo de ingenieros de sistemas ubicados en varias partes del mundo —en su mayoría venezolanos— quienes se ocuparon de cargar las bases de datos, robustecer el sistema, y codificar números y letras.
Se trata de un espacio creado fuera del control del organismo electoral, que como organismo oficial es el ente que maneja el conteo y la totalización de los votos.
Fue así como, con el aporte de los informáticos desplegados en todo el globo, la interfaz y la data aportada por los testigos, se pudieron poner las actas al alcance de los ciudadanos, operando como una red descentralizada.
Y aunque no tiene todos los elementos de una Organización Autónoma Descentralizada (DAO), que reúne a grupos de individuos con el objetivo de gestionar de forma autónoma la gobernanza de un proyecto, el sitio creado por los opositores venezolanos toma algunas de sus características y demuestra el poder de la descentralización.
Este poder se hace claro al observar cómo la iniciativa de los opositores se fue replicando, creando nuevos sitios para acceder a la información. Tras el colapso que generó el hecho de que mucha gente quisiera entrar, aparecieron decenas de webs que replicaban la data y e incluso mejoraban la interfaz.
Adicionalmente, el sitio ha servido para que personas y entidades de todo el mundo verifiquen la información publicada.
De esta manera, expertos de varios países han sometido los datos a exhaustiva comprobación Ello llevó a que gobiernos y figuras destacadas de varios países hayan dicho que el proceso fue fraudulento.
Es por ello que muchos gobiernos solicitan la publicación oficial por parte del CNE. De hecho, ya Estados Unidos validó las actas publicadas y declaró a González como presidente electo. Solo unos pocos, aliados al gobierno venezolano, rechazan los datos.
Tema aparte es el relacionado con el blindaje que tiene el sistema electoral venezolano desde lo técnico, pero que «no lo hace inmune a la manipulación por parte de quienes rodean el proceso», expresó Martínez.
El respaldo de la tecnología del hash de Bitcoin
Vale recordar en este punto que el sufragio en Venezuela es electrónico: el ciudadano, al presentarse ante su mesa de votación, se identifica con su huella digital y luego pasa a una máquina a votar.
Cuando se cierra la votación, los miembros de mesa, testigos y operadores firman en la pantalla el acta de escrutinio, que incluye la cantidad de votos recibidos por cada candidato.
Luego se imprime el original del acta de escrutinio en la máquina de votación. Los testigos de mesa de diferentes partidos reciben copias del acta en papel de los datos emitidos en la máquina.
El dispositivo después envía, a través de líneas encriptadas, los resultados de la votación al CNE, que se encarga de recopilar y sumar la información.
Las actas de escrutinio difícilmente pueden ser copiadas, pues tienen una serie de elementos de codificación que permiten certificar su veracidad.
Por un lado, incluyen el número de circuito y mesa al que corresponden. En segundo lugar tienen un código hash. Se trata de un algoritmo matemático que transforma cualquier bloque arbitrario de datos en una nueva serie de caracteres con una longitud fija. Es el mismo que da soporte a la tecnología de Bitcoin y que hace a la red prácticamente invulnerable.
Este código, único e irrepetible al igual que una huella dactilar, sirve para identificar el acta en las bases de datos del CNE. Muestra la fecha y hora en que se emitió el acta. En la parte inferior del acta también se inserta otro código, que se genera con la dirección única de cada máquina y los datos específicos de la elección.
Tal como explicó Martínez con toda esta codificación en las actas, la vulnerabilidad no puede provenir de lo tecnológico.
Tanto el código inferior como el código superior en el acta son los que servirían de base, en una hipotética auditoría que permita el CNE a expertos independientes, verificar la autenticidad del acta electoral.
Eugenio Martínez, experto electoral.
El acta tiene, además, un código QR que al escanearlo muestra el número de circuito de votación y mesa, junto a la cantidad de votos recibidos en esa mesa para cada partido. Todo ello en el mismo orden que aparecen por escrito más arriba en el comprobante.
Un ejemplo del valor de la descentralización
La lucha entre centralización y descentralización forma parte de un debate que nunca muere y que enfrenta a dos tendencias que siguen dando vida a muchas de las entidades que operan dentro del ecosistema de bitcoin y demás criptomonedas.
Entendida como el proceso de distribución y dispersión del poder de una autoridad central, la descentralización es uno de los pilares fundamentales que dio vida a la moneda digital creada en 2009 por Satoshi Nakamoto.
De ahí que el funcionamiento de la red Bitcoin es opuesto a la mayoría de los sistemas financieros y gubernamentales centralizados que existen, en la que una única autoridad administra tanto el dinero como bienes y servicios estatales.
Así lo hace un banco central o las empresas del aparato gubernamental, siguiendo un enfoque de gobernanza donde esta autoridad puede desempeñar un papel importante en algún punto de falla del sistema.
En contraste, Bitcoin fue diseñado como una alternativa descentralizada al dinero del gobierno. La cadena de bloques o blockchain es lo que permite esta descentralización, ofreciendo a cada usuario la oportunidad de convertirse en uno de los muchos procesadores de la red. Es por ello que esta tecnología ha sido elogiada por muchos y ya ha sido utilizada con éxito en muchos sistemas, incluyendo elecciones.
Tal como ha informado CriptoNoticias, es un proceso tan simple como hacer una transacción con bitcoin que se graba en la cadena de bloques. La votación queda registrada en una plataforma transparente y accesible donde además se respeta el anonimato de los electores.
Aquí también entra en juego el concepto de soberanía popular, que ya está consagrado en algunas constituciones—incluyendo la de Venezuela— en las cuales se reconoce la importancia de verificación ciudadana y la contraloría social.
Es algo semejante a lo implementado por la oposición, que además añade al proceso otro toque de descentralización. En este caso, la propuesta de algunos articulistas plantea la inclusión no solo de todos los involucrados en una elección, sino también de entidades y personas que puedan ejercer un rol más imparcial en la revisión de los datos.