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El protocolo IPFS es resistente a la censura, a los fallos técnicos y a los ataques de hackers.
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IPFS ha sido integrado como servicio de almacenamiento en redes de criptomonedas.
Cuando se habla de soluciones de almacenamiento descentralizado, algunos desarrolladores y usuarios piensan en IPFS como el futuro de la Internet. Y es que este sistema promete convertirse en una alternativa para el Protocolo de Transferencia de Hipertexto (HTTP), utilizado en la actualidad para navegar en la web.
Esto se debe a que dicho sistema revierte el modelo de funcionamiento centralizado que posee actualmente la Web, y lo sustituye por una red de nodos global que son capaces de compartir, almacenar y administrar todo tipo de información y datos digitales. Es decir, crea una Internet más distribuida, basada en el valor y resistente a la censura.
Soluciones de almacenamiento descentralizado como IPFS tienen como objetivo promover el crecimiento de una Internet que no esté en manos de unos pocos servidores. De esta manera, los usuarios no tienen que confiar que grandes empresas como Google, Amazon o Facebook resguardan de forma óptima sus datos personales; sino que saben que la tecnología subyacente para administrar estos archivos es privada y resistente a hackeos.
Asimismo, el protocolo IPFS elimina la actual necesidad de los usuarios de ceder el control de sus datos para hacer uso de portales, aplicaciones o redes sociales. Una práctica que se ha extendido en toda la Internet, donde la mayoría de los proveedores de servicios utilizan herramientas de almacenamiento en la nube que son centralizadas. Esto expone a los usuarios a una mala gestión de la información, donde sus datos pueden ser vendidos o filtrados.
Ante la conformación de una era en donde los datos se consideran más valiosos que el propio dinero, soluciones como IPFS y las redes de criptomonedas se vuelven indispensables para la población de Internet. Y es que ambas tecnologías comparten características similares, una peculiaridad que les ha permitido trabajar en conjunto para la conformación de un nuevo mercado de almacenamiento de datos digitales.
¿Qué es un IPFS?
IPFS son las siglas de “Interplanetary File System”, que en español se traduce como Sistema de Archivos Interplanetario. Más allá de su nombre, esta tecnología se puede describir como un protocolo de almacenamiento descentralizado que permite interacción directa entre sus usuarios por medio de una red P2P global.
El sistema permite a los usuarios almacenar datos de forma permanente. En este sentido, los usuarios pueden rastrear su ubicación en la red y monitorear modificaciones en los archivos. Asimismo, IPFS tiene la peculiaridad de trabajar por medio de una red de nodos —tal y como BitTorrent—donde los usuarios pueden compartir, descargar e interactuar con archivos de manera distribuida.
El origen del proyecto se remonta al año 2015, fecha en la que hizo aparición la versión Alpha IPFS. Su creador, Juan Benet, en un esfuerzo por construir un sistema para mover datos científicos presentó el protocolo como un software de código libre y bajo licencia del MIT. Estas investigaciones dieron como resultado la conformación del Protocol Labs, que también promovió el lanzamiento de una red de incentivos para IPFS que se basa en blockchain, llamada Filecoin.
Se dice que IPFS es una de las alternativas más destacadas para sustituir el Protocolo de Transferencia de Hipertexto (HTTP), inventado en 1991 por Tim Berners Lee para facilitar la navegación en la Internet. HTTP es actualmente el estándar utilizado para procesar solicitudes y respuestas entre diversos servidores de Internet, conectando nombres de dominio con direcciones IP de portales o páginas web.
¿Cómo funciona IPFS?
Los usuarios de la Web interactuamos todos los días con el protocolo HTTP, ya sea para ir al navegador más popular (google.com), a su red social predilecta (twitter.com) o su portal de noticias favorito (criptonoticias.com). Unas cuantas palabras nos permiten conectarnos a distintas ubicaciones IP de la red, sin necesidad de introducir complejos patrones numéricos. Sin embargo, existe una problemática en HTTP, y es que todas las direcciones, dominios y archivos que se comparten están administrados por unos pocos servidores centralizados.
En este sentido, Internet está expuesto a la censura de portales y contenido distribuido que no sea del agrado de las empresas que proveen estos servicios o de los gobiernos de turno. Tal y como hemos mencionado antes, un Internet centralizado es también una web vulnerable a ataques de hackers, vetos y uso malintencionado de información personal. HTTP también contribuye a que los usuarios de Internet no reclamen el control de su propia información, un mal que no tiene el protocolo IPFS.
Para crear una web realmente permanente y distribuida, el sistema de IPFS utiliza un sistema con dirección de contenido en lugar del común HTTP. Mientras el Protocolo de Transferencia de Hipertexto refiere y transmite dominios o datos que se encuentran almacenados en un servidor particular, IPFS funciona únicamente refiriéndose al hash que identifica cada archivo compartido en la red.
Mientras HTTP tiene solicitudes numéricas (como http://10.23.60.40/folder/file.txt), IPFS procesa hash criptográficos que representan una dirección (/ipfs/QmT5NvpptoM5n/folder/file.txt). Por si fuera poco, estos datos compartidos no se buscan en un servidor central como con HTTP o una solución de almacenamiento en la nube, sino que la red va conectando a todos aquellos nodos que puedan tener la información buscada. Es decir, el usuario se comunica con aquel nodo más cercano que posea el archivo identificado con el hash criptográfico anteriormente introducido.
Para facilitar esta búsqueda y almacenar todo tipo de datos, IPFS utiliza una tabla de hash (también conocida como DHT) que nos permite identificar la dirección donde se encuentra el contenido que deseamos consultar. Al ubicar cuál es el nodo que posee dicho archivo, los usuarios pueden descargar toda la información directamente desde ese nodo. Debido a que IPFS funciona similar a la red BitTorrent, por lo general estos archivos se descargan de forma fragmentada y están asegurados por la función hash. O sea, son privados y verdaderamente descentralizados.
Debido a sus estructuras similares, IPFS y las redes de criptomonedas pueden funcionar muy bien juntas. Juan Benet, creador del protocolo, ha descrito esta implementación como el “gran matrimonio”. Este modelo de funcionamiento permite que los usuarios puedan almacenar y acceder a datos inmutables registrados en redes de blockchain desde la red IPFS. Asimismo, debido a sus capacidades monetarias, estas redes permiten pagar recompensas por sus actividades con criptomonedas.
Beneficios de los IPFS para usuarios de la Internet
En la actualidad el protocolo IPFS se destaca ante otras soluciones de almacenamiento de información debido a sus altos niveles de seguridad. Debido a que el sistema se encarga de fragmentar los archivos de los usuarios y distribuirlos en varios nodos de la red, no existe un único punto de falla donde los hackers puedan acceder para robar datos personales.
Asimismo, este protocolo funciona con un cifrado de contenido de extremo a extremo, donde solos los clientes tienen acceso a la información que es compartida. En este sentido, no solo se aumenta la privacidad de los archivos compartidos, sino que también los usuarios no tienen que ceder la potestad de su información a un tercero o proveedor para que dichos datos sean retransmitidos.
Debido a su diseño de enjambre conformado por la red de nodos, resulta más difícil que toda la red se paralice ante un error técnico. A diferencia de los servicios de almacenamiento en la nube centralizados, si el servidor central deja de funcionar, todo el sistema se ve afectado. Sin embargo, con IPFS si uno de los nodos presenta alguna problemática, existen otros participantes con información similar que pueden compensar las funciones de aquel nodo que se encuentra inactivo.
Gracias también a su modelo de archivos distribuidos en una red P2P, también resulta mucho más difícil censurar información con el protocolo IPFS. Debido a ello, cualquier control o regulación que deseen imponer en Internet entidades regulatorias o empresas poderosas resulta casi imposible.
Otra característica que ofrece el protocolo IPFS para sus usuarios, es un registro de archivos perdurable. Aquellas redes de criptomonedas que incorporan IPFS a sus servicios, brindan un historial de información que no puede ser alterado fácilmente. Asimismo, ofrecen un procesamiento mucho más rápido que con servidores centrales, ya que los archivos se almacenan en distintos ordenadores que funcionan de manera simultánea en cualquier parte del mundo.
IPFS en el mercado de criptomonedas
Tal y como hemos mencionado antes, el protocolo IPFS ha sido implementado en redes de criptomonedas en varias oportunidades. Debido a su capacidad de constituir un nuevo mercado de servicios de almacenamiento digital, no son pocos los proyectos que han decidido brindar un espacio para monetizar los Gigabytes (GB) de Internet.
A continuación, tres de las soluciones de almacenamiento descentralizado más populares del ecosistema blockchain:
Filecoin
Filecoin se lanzó en agosto de 2017, siendo uno de los desarrollos de Juan Benet junto a la firma Protocol Labs. En este sentido, se trata de la primera red basada en tecnología blockchain que incorporó el protocolo IPFS en su funcionamiento. De esta manera, se convirtió en uno de los sistemas de almacenamiento descentralizado, con capacidad de recompensar a sus participantes, más destacadas del mercado.
Filecoin trabaja con el algoritmo de Prueba de Espacio Tiempo (PoST), el cual permite que los participantes de la red se desempeñen como proveedores de almacenamiento llevando a cabo actividades de minería. De esta manera, los mineros son los que se encargan de almacenar o recuperar cualquier archivo registrado en la red, recibiendo recompensas de los clientes por sus operaciones.
El servicio posee su propia criptomoneda, llamada FILECOIN. Asimismo, es descrito como una capa de incentivos desarrollada sobre el protocolo IPFS. Entre sus características más destacadas, se tiene que mencionar que la red proporciona seguridad a los usuarios por medio de un mecanismo de cifrado de extremo a extremo que asegura la privacidad de todo dato compartido. Ningún nodo o minero puede tener acceso a dicha información, a pesar de que ellos la manejan.
Storj
Storj es una solución de almacenamiento descentralizado en la nube, proyecto que viene conformándose desde el año 2013 cuando se fundó la empresa encargada de su proyecto. Sin embargo, no fue hasta mediados del 2017 que se llevó a cabo la Oferta Inicial de Monedas (ICO) que hizo posible la implementación de esta red basada en blockchain que tendría su propia criptomoneda.
Storj hizo vida en la blockchain de Ethereum en un principio, pero posteriormente migró a una red particular denominada Tardigrade. En esta nueva plataforma, los desarrolladores constituyeron un mercado basado en almacenamiento descentralizado, donde los participantes pueden hacer uso de la memoria interna de sus PC para crear una nube de almacenamiento.
Debido a que se trata de un servicio de préstamo de espacio de almacenamiento, los proveedores de Storj —que pueden ser nada más y nada menos que los mismos usuarios— tienen la posibilidad de cobrar sus servicios. La red tiene su propia criptomoneda, STORJ, con la que se puede monetizar estas actividades.
Aunque en un principio Storj no incorporaba al protocolo IPFS entre sus opciones, recientemente la empresa habilitó esta opción para cargar archivos en la red Tardigrade.
Rif Storage
IOV Labs, la empresa tras el desarrollo de la cadena lateral de Bitcoin, RSK, también posee su propio protocolo de almacenamiento descentralizado que es compatible con IPFS. Bajo el nombre de RIF Storage, este servicio permite registrar, administrar y recuperar archivos digitales; incluso si las plataformas donde se almacenaban han dejado de existir.
Rif Storage, además, incorpora un sistema de incentivos, llamado RIF Pinning, el cual permite que cualquier usuario pueda convertirse en proveedor de almacenamiento y recibir pagos por sus servicios. La solución posee un mercado donde todos los proveedores pueden registrar sus ofertas, señalando cuanta capacidad de almacenamiento poseen, el protocolo que utilizan para registrar estos archivos y los planes de suscripción que poseen.
Los clientes pueden navegar por las ofertas disponibles y alquilar cuánto espacio necesiten para sus archivos. El servicio puede ser cancelado con el token RIF y la stablecoin RBTC. Tanto RIF Storage, como el mercado de ofertas RIF Pinning, funcionan por medio de contratos inteligentes con un marketplace específico. Es decir, su funcionamiento no depende de un servidor central o única empresa lo cual es el corazón del almacenamiento descentralizado.