Hechos clave:
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La herramienta permite traducir órdenes del lenguaje humano a código.
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El programador Sharif Shameem creó una app web básica desde cero utilizando GPT-3.
«GPT-3 de OpenAI puede ser la cosa más grande creada desde Bitcoin», pronostica el ingeniero argentino, Manuel Araoz. Esta declaración puede sonar provocadora, pero no es exagerada si tomamos en cuenta que GPT-3 tiene el potencial de ser uno de los inventos más revolucionarios de esta década para el mundo de la programación.
El nuevo generador de lenguaje, creado por el laboratorio de investigaciones de inteligencia artificial (AI) de Elon Musk, inaugura una nueva era para los desarrolladores de aplicaciones y páginas web. Ahora no será estrictamente necesario que una persona sepa codificar para crear una plataforma interactiva, sino que utilizando a GPT-3 puede generar los códigos necesarios para el funcionamiento de una app web o móvil con tan solo introducir algunos lineamientos en inglés.
Esto es posible porque GPT-3 es uno de los modelos de aprendizaje automáticos más potentes para el procesamiento de lenguaje humano que existe actualmente en el mundo. La herramienta tiene la capacidad de predecir palabras y patrones del lenguaje humano, procesando más de 175 mil millones de parámetros y la información pública disponible en toda la Internet.
Esto la convierte en una herramienta que puede generar desde artículos noticiosos, mensajes críticos, textos literarios, respuestas de chatbots, y, quizás una de las más trascendentes de todas sus capacidades, traducir del lenguaje entendible para los humanos al código de las computadoras. Lo único que necesita es que un usuario introduzca algunos comandos u órdenes específicas, las cuales determinarán la respuesta de la inteligencia artificial.
GPT-3, abreviatura del nombre en inglés Generative Pre-training Transformer, fue escrito inicialmente por el investigador Alec Radford. El laboratorio OpenAI publicó para el año 2018 los detalles de este lenguaje, y luego en 2019 publicó su primera versión (GPT-2). Ya esta herramienta vislumbraba la posibilidad de que cierto contenido escrito pudiese ser producido por inteligencias artificiales, sin que los humanos pudiesen diferenciarlo de un escrito generado por un individuo real.
Pero si GPT-2 sorprendió el año pasado, GPT-3 este año permitió que los programadores y entusiastas de la tecnología vieran el futuro entre sus manos. La nueva versión de este generador de lenguaje tiene aún mayor alcance que su antecesora, puesto que ha sido entrenada para más de un billón de palabras y la supera por mucho en parámetros. Mientras GPT-2 poseía tan solo 1,5 mil millones de parámetros, GPT-3 posee 100 veces más de parámetros al registrar unos 175 billones.
Esto se traduce en que los textos y contenidos que genera GPT-3 son aún más avanzados y realistas que aquellos que generaba su antecesor. Adrian Yijie Xu, estudiante de PhD y entusiasta de AI, calculó que solo el 52% de los lectores pueden asegurar que los textos producidos por GPT-3 son artificiales. Y todo esto ocurre gracias a la arquitectura de red neuronal de GPT-3 que es capaz de entrenarse con todos los datos disponibles en su sistema, y bajo esta experiencia realizar casi cualquier tipo de tarea que requiera lenguaje natural.
El avance ha sido tal que la herramienta de inteligencia artificial puede convertirse en una consola semántica, capaz de traducir a código tareas escritas en lenguaje humano. Esto significa que la era de la programación sin código ya está aquí, abriendo la posibilidad de generar aplicaciones o páginas web bajo el menor esfuerzo.
El mundo de la programación ha sido seducido por GPT-3
La teoría suena muy bonita, pero… ¿realmente GPT-3 puede llevar a cabo estas tareas? ¿Es posible programar una página web o una aplicación introduciendo unas cuantas ordenes en inglés? Bueno, las pruebas de la versión beta privada de esta herramienta indican que sí y esto es lo que ha generado impacto en las redes sociales.
El programador Sharif Shameem, fundador de Debuild, creó una aplicación web básica con tan solo escribir unos cuantos comandos a GPT-3. La inteligencia artificial programó desde cero un generador de diseño que, con describir que se desea en texto plano, lo traduce inmediatamente a código. Esto, según expertos, podría facilitar la creación de funciones en páginas web.
Shameem publicó en su twitter un video en el cual muestra como se puede programar características de una web sin necesidad de introducir ningún código.
This is mind blowing.
With GPT-3, I built a layout generator where you just describe any layout you want, and it generates the JSX code for you.
W H A T pic.twitter.com/w8JkrZO4lk
— Sharif Shameem (@sharifshameem) July 13, 2020
Por otro lado, el diseñador de CashApp, Jordan Singer, también pudo crear un complemento que permite programar aplicaciones con tan solo descripciones de texto sin formato. Todo esto apoyándose en el funcionamiento de esta nueva herramienta de OpenAI.
Ambas pruebas confirman que GPT-3 puede encargarse de las tareas más sencillas en los procesos de programación, acelerando el flujo de trabajo de los desarrolladores y permitiéndoles tener roles específicos a la hora de abordar un proyecto tecnológico.
Los profesionales de este sector no tendrán que perder tiempo escribiendo códigos, así como aquellos que no saben codificar podrán crear iniciativas sencillas como una página web de forma independiente. Esto puede cambiar profundamente la manera en que se producen hoy por hoy las aplicaciones móviles o los portales web. Asimismo, en el ecosistema de criptomonedas alivio a la hora de crear nuevas redes o contratos inteligentes, ya que los desarrolladores pueden enfocarse en resolver problemáticas del sistema y no perder tiempo a la hora de codificar funciones.
Claro está que GPT-3 no es infalible, se trata de una herramienta que apenas está dando sus primeros pasos y que puede cometer errores a la hora de programar una app. El cofundador de Ethereum, Vitalik Buterin, resaltó en un tuit que GPT-3 cometió un error matemático en una conversación programada. Suceso que comprueba que siempre es necesario el ojo humano y las auditorías a la hora de confiar en la seguridad y funcionabilidad de una plataforma.
¿Los robots nos quitaran nuestro trabajo?
Cuando estamos frente a una herramienta con este potencial, no podemos evitar preguntarnos hasta qué punto la tecnología nos sustituirá en aquellos oficios que han sido tradicionalmente de los humanos. Una diatriba que también plantean inventos revolucionarios como las mismas criptomonedas, que ponen en tela de juicio la permanencia de los bancos o los sistemas monetarios tal y como lo conocemos.
Muchos creen que GPT-3 está contando las últimas horas de los periodistas, escritores, guionistas y programadores del mundo. La era de la programación sin código es también para algunos, la era del no-hombre. Sin embargo, expertos en inteligencia artificial disienten en este pronóstico, asegurando que la tecnología todavía no iguala a la inteligencia humana.
El generador de lenguaje de OpenAI no está en las facultades de remover por completo el oficio del programador, puesto que como ya hemos mencionado antes, su accionar es limitado. Asimismo, es una plataforma que puede cometer errores y no sabe cómo enmendarlos.
Más que una tecnología que busca sustituir, GPT-3 puede ser una herramienta para realzar el trabajo de este oficio. Los programadores pueden dedicarse exclusivamente a resolver problemas más complejos que escribir códigos, especializándose en tareas donde la inteligencia y creatividad humana son mucho más provechosas.
Eso sí, GPT-3 está exigiendo a los desarrolladores excelencia. El programador Anupam Chugh publicó, en la revista digital Towards Data Science, que la herramienta de OpenAI puede poner en peligro el trabajo de aquellos profesionales que se dedican al «cargo coding», un estilo de programación en el que los desarrolladores buscan copiar y pegar fragmentos de código porque no conocen a profundidad el lenguaje con el que están trabajando.
Si ahora existe una herramienta que puede hacer de forma inmediata y sin necesidad de esfuerzo humano, entonces este tipo de programadores que no tienen un vasto conocimiento técnico podrían dejar de ser útiles para el mercado si no mejoran sus habilidades. De la misma manera, un periodista o un escritor deberá probar que la inteligencia y la creatividad individual resulta mucho más valiosa que el procesamiento de información de forma sistemática.
Con la irrupción de herramientas que facilitan cada vez más los oficios laborales y la vida cotidiana, se puede decir que la humanidad se está acercando a un modo de vida que apuesta a la sencillez y comodidad. No obstante, también demandará personas cada vez más especializadas y con altos niveles de conocimiento, los cuales aporten contenido y productos que no puedan ser sustituidos por las máquinas. Estará dura la contienda.