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Gidney señala que para la cuántica sería más fácil de lo pensado romper cifrados de seguridad.
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BlackRock añadió en su prospecto del fondo IBIT los riesgos de la computación cuántica.
Los presuntos riesgos que la computación cuántica podría representar para la seguridad de Bitcoin (BTC) y otros sistemas criptográficos, como los que sustentan la banca tradicional, vuelven a ser foco de análisis.
En esta ocasión, Craig Gidney, ingeniero de software e investigador en Google Quantum AI, y BlackRock, el mayor gestor de activos financieros del mundo, han emitido sendas advertencias que reavivan la discusión sobre la vulnerabilidad de los cifrados ante los desarrollos tecnológicos cuánticos.
Craig Gidney: avances en ataques cuánticos
Craig Gidney, ingeniero de Google Quantum AI, ha profundizado en este riesgo con un estudio emitido el 21 de mayo pasado, en el que señala los teóricos recursos necesarios para romper sistemas criptográficos.
En 2019, Craig Gidney, junto al investigador Martin Ekerå, calculó que romper la criptografía RSA de 2048 bits (un sistema de cifrado que protege datos sensibles, similar a un candado matemático) requeriría una computadora cuántica con 20 millones de qubits ruidosos trabajando durante ocho horas. Los qubits son las unidades básicas de una computadora cuántica, como los bits en una computadora tradicional, pero con la capacidad de realizar cálculos mucho más complejos gracias a las leyes de la física cuántica. Sin embargo, los qubits “ruidosos” son inestables, como un instrumento musical desafinado, lo que exige usar muchos para corregir errores.
En su nuevo estudio de 2025, Gidney logra un avance sorprendente: «Estimo que un entero RSA de 2048 bits podría factorizarse en menos de una semana con menos de un millón de qubits ruidosos», afirmó. Esto significa que el candado criptográfico, que protege sistemas como los de Bitcoin, podría abrirse con una máquina mucho menos potente de lo que se pensaba.
Este salto se debe a innovaciones técnicas que optimizan el proceso, como si Gidney hubiera encontrado un atajo en un laberinto matemático. Utiliza la aritmética de residuos aproximada, una técnica que simplifica cálculos complejos, similar a redondear números para resolver un problema más rápido. También emplea códigos de superficie optimizados, que son como un sistema de corrección de errores que estabiliza los qubits, comparable a una red de seguridad que evita que un equilibrista caiga.
Además, introduce técnicas de cultivo de «estados mágicos», un método para preparar qubits especiales que aceleran ciertas operaciones, como cultivar semillas selectas para obtener una cosecha más eficiente.
Aunque Gidney mantiene supuestos técnicos del 2019, como una cuadrícula de qubits conectados solo con sus vecinos más cercanos y un tiempo de ciclo de 1 microsegundo, es decir, el tiempo que tarda la máquina en realizar una operación básica, su enfoque reduce drásticamente la cantidad de qubits necesarios.
Esto haría que un ataque cuántico, capaz de descifrar las claves privadas de Bitcoin, sea más factible en un futuro no tan lejano, aunque aún estamos a años de distancia de esa realidad.
BlackRock señala el riesgo cuántico
A principios de mayo de 2025, BlackRock actualizó el prospecto de su iShares Bitcoin Trust (IBIT), un fondo que administra alrededor de 655 mil BTC, según datos de BitBo. En él, y específicamente en la sección en la que detallan riesgos relacionados con Bitcoin, la firma añadió que la computación cuántica podría «socavar la viabilidad» de los sistemas criptográficos que protegen Bitcoin, como el algoritmo SHA-256, usado para la minería, y ECDSA (Algoritmo de Firma Digital de Curva Elíptica), que asegura las claves privadas.
Según el documento, un avance suficiente en esta tecnología podría comprometer no solo los activos digitales, sino «toda la infraestructura tecnológica global».
Sin embargo, el analista de Bloomberg, James Seyffart, contextualizó la advertencia: «Estas son divulgaciones de riesgo estándar. BlackRock enumera cualquier cosa que pueda salir mal con un producto o activo subyacente. Es completamente normal y tiene sentido». Aunque la declaración sea protocolar, sí es cierto que su inclusión refleja una creciente preocupación por el impacto futuro de la computación cuántica.
Entre otros riesgos señalados por BlackRock «incluyen temas como bifurcaciones, FTX, las órdenes de Trump como el acopio, la volatilidad, el hecho de que el hardware para la minería de Bitcoin se fabrica principalmente en China, el alto consumo eléctrico de la minería de Bitcoin», cerró Seyffart, matizando el agregado de la cuántica por parte de BlackRock.