Bitcoin, con su tecnología revolucionaria, ha abierto grandes posibilidades para los desarrolladores de todas las áreas de la industria, posicionándose como todo un fenómeno cultural en las artes y el entretenimiento con alusiones en la música y el cine.
Lo cierto es que la tecnología blockchain podría dar solución al álgido tema de la relación de las empresas con los artistas, esquemas organizativos donde suelen participar bastantes intermediarios que, después de todo el proceso, otorgan a los artistas tan sólo una pequeña porción de las ganancias de su trabajo original.
Esta es una de las razones por las que en mayo de 2015 nace LBRY, una plataforma basada en blockchain que dará a los usuarios una gran biblioteca y mercado descentralizado, tan libre e independiente como el propio bitcoin. Surge de la colaboración entre un grupo de profesionales creyentes del ideal traído por Satoshi Nakamoto: Jeremy Kauffman, Michael Zargham, Josh Finer, Alex Grintsvayg, Mike Vine, Jimmy Kiselak y Jack Robison.
LBRY planea ofrecer una biblioteca mundial de contenido multimedia, desde libros y películas hasta canciones y videojuegos; al mismo tiempo que ofrece la opción del mercadeo digital de esas mismas obras. Todo controlado únicamente por los usuarios: son ellos los que decidirán si su contenido tendrá un valor y qué valor tendrá, sólo ellos podrán modificarlo o eliminarlo, y, la mejor parte, es que sólo ellos cobrarán las ganancias. Sin intermediarios.
Para que esto pueda ser posible, la plataforma crea una asociación entre un nombre único reclamado por el usuario y un fragmento de contenido digital (una canción, una película, un libro…) como un protocolo descentralizado, en el que sólo los usuarios pueden modificar sus nombres de dominio, sin temer a ningún cambio en las reglas, como podría suceder con Netflix, Apple o YouTube. Y si bien hay una política contra contenido inadecuado y el intercambio de contenido ilegal, en donde los infractores reciben su respectiva sanción, LBRY está diseñado, sobre todo, para eliminar la brecha existente entre los creadores y los usuarios finales.
Respetando el espíritu independiente del proyecto, LBRY desarrolló su propia criptomoneda: los LBRY Credits (LBC). Con ellos se podrá tanto adquirir contenido y participar en una subasta de nombres (de la que hablaremos en seguida) como cambiarlos por otra moneda en las respectivas casas de cambio.
¿Cómo funciona?
Imaginemos el ejemplo propuesto por sus mismos desarrolladores: Ernst quiere publicar su película original a través de la plataforma, así que accede para subirla. Entonces, el largometraje se cifra y se corta en muchos pedazos que van a almacenarse en varias computadoras. En seguida, Ernst se reserva el nombre único lbry://ernieruns, que será el link directo a su contenido; adjunta una descripción y una imagen en miniatura, y pone un precio (si así lo quiere). En otro lugar, Hillary, buscando en LBRY, descubre la película y decide que quiere verla. Así que paga el precio establecido por Ernst en LBC para conseguir la clave de descifrado, y en seguida, en cuestión de segundos, ya estará viendo la película.
Aquí vale hacer una pausa para preguntarnos cómo conseguir estos nombres únicos, en caso de ser creador. Pues bien, sigamos con Ernst: él tendría que ofertar aproximadamente 0.1 LBC al nombre lbry://ernieruns. Si se encuentra disponible, es suyo. De lo contrario, tiene dos opciones: escoger otro nombre único o bien entrar en una subasta de nombres. En ella, a quien mayor oferta realice por el nombre se le garantiza, y de llegar a hacer dinero con esa dirección, podrá reforzar su reclamo con algunos de sus beneficios. Si Ernst llega a perder, los LBC que ofertó (que básicamente quedan ‘en espera’) le son devueltos.
Ahora, también es posible que, a pesar de que Ernst se haga con el nombre, en el futuro alguien lo desafíe a subasta para conseguirlo. En tal caso, Ernst tendrá tiempo de responder, apoyar su caso y solicitar ayuda a la comunidad.
Por otro lado, si Ernst vende su película, el 100% de las ganancias va para él. Y aunque hay una tarifa que los compradores pagan por el hospedaje, en el futuro se espera que sea muy pequeña.
¿Cómo conseguir LBC?
Hay cinco vías para conseguir las criptomonedas: publicando, por supuesto; donando espacio de almacenamiento a LBRY, comprándolas en casas de cambio como Bittrex y Poloniex, minándolas o bien, por ahora, entrando al programa de lista de espera.
Para poder realizar minería de esta criptomoneda, pueden leerse aquí las instrucciones. Ahora hablaremos de otros tres métodos viables para cualquiera que quiera realizarlos: publicar, almacenar y entrar en lista de espera.
– Publicar: gracias a su reciente nacimiento, LBRY ofrece $1000 en LBC por la publicación de al menos 5 piezas de trabajo original en su versión beta. Además, podrás establecer un precio de venta entre cero y un millón, y recibirás el 100% de las ganancias en tiempo real. Podrás subir al nivel de Premier Partner, con acceso a información privilegiada, y se distribuirá la publicidad del contenido en todas las redes de LBRY.
– Almacenar: con esta alternativa, hospedas lo que descargas. Mientras corre la aplicación LBRY, esta se conecta a la red para hacer tu contenido disponible para otros usuarios, que podrán descargarlo a cambio de LBC.
– Lista de espera: puedes acudir a la página para obtener LBRY, introducir tu correo electrónico para anotarte en la lista de espera a la plataforma y conseguir un link de referencia (como este: https://lbry.io/get?r=Uetpf). Con él, podrás invitar a más usuarios a unirse, y por cada uno que aportes te serán concedidos 10 LBC.
Asignación y blockchain
Se espera que, durante los próximos 20 años, un billón de LBC lleguen a existir. De estos, 400 millones de LBC fueron creados con el bloque génesis para ser administrados por LBRY, Inc., los cuales se repartirán en 100 millones para organizaciones benéficas que luchan por los derechos digitales; 200 millones para los programas de adopción (créditos de bonificación) y 100 millones para el equipo de LBRY. Los 600 millones restantes quedarán para ser extraídos por los usuarios en general. La obtención de estas criptomonedas se realiza mediante PoW (Proof-of-Work) y PEW (Protocol Engineering Workbench) y tendrá tres niveles de dificultad, determinados por el número de bloque minado.
Lbry cuenta con su propio blockchain desde principios de este año. Las razones para el uso de su propia cadena de bloques y su propia criptomoneda (en lugar de utilizar Bitcoin) son ampliamente explicadas en su página: LBRY podría fácilmente abrumar el volumen máximo permitido por la transacción de Bitcoin, por lo que el LBC hace la verificación de la propiedad del contenido posible para los clientes ligeros y ayuda a cumplir con la misión de la plataforma de descentralización e independencia.
¿Inversión?
Recurramos a otro ejemplo para analizar esto: el mundo editorial. A simple vista podría parecer que LBRY no hace gran cosa, pero podría revolucionar la forma en que conseguimos contenido de calidad. Para el caso, libros de calidad.
Actualmente, el mundo editorial es más bien hostil para los artistas. La que es considerada la mejor opción a la hora de publicar (las editoriales) acaba reportándoles, máximo, tan sólo el 10% de los beneficios de su propio libro: 30% va a parar a los editores (que bien es cierto que deben costear todos los gastos de corrección, maquetación, impresión y publicidad de la obra), y 60% se destina los distribuidores y puntos de venta, que al fin y al cabo son quienes la venden.
Ahora, si bien la obra se quedará en digital, con LBRY se elimina al editor, a los distribuidores, e inclusive a los agentes: los autores estarán en contacto directamente con sus lectores, y sólo ellos pondrán el precio, que únicamente ellos van a cobrar. ¿Suena un tanto utópico? Puede serlo, ciertamente.
Además de la opción editorial, hoy existe también la impresión bajo demanda y la autopublicación. En su momento, ambas sonaron como algo muy prometedor, pero no tardaron en emerger los problemas. Y lo cierto es que LBRY se parece sospechosamente a la autopublicación.
Sin embargo, con LBRY, si llega a haberlas, las pérdidas serán mínimas: sólo el nombre de registro de la obra. Otro punto en su contra es el control de calidad: parece que, básicamente, cualquiera será capaz de publicar en LBRY, con corrector o sin él. Y de nuevo, por otra parte, comprar las obras sólo dependerá del buen o mal gusto de cada usuario. A su favor, ofrece una amplia red de publicidad. Así que en equilibrio, LBRY parece en verdad prometer, al menos, una buena oportunidad para los creadores.
Sucede algo muy similar con el resto del contenido: películas, videojuegos, música. Se eliminan los intermediarios, pero cada creador asume las consecuencias de su independencia. Así de simple.
En el caso de los compradores, promete ofrecerles un mercado privado, donde conseguir toda clase de contenidos probablemente a bajo costo, desde cualquier lugar del mundo. Por ahora LBRY está disponible sólo en inglés, pero el proyecto de una versión en español ya se ha pensado. Lo cual no significa que no pueda compartirse contenido en cualquier idioma.
Al momento de esta publicación, el LBC se ubica en $0,17. El proyecto aún está en desarrollo y se espera un lanzamiento total para el 2017. Como todo lo nuevo, ofrece cierto grado de riesgo, pero también excelentes promesas. Cada usuario puede decidir hasta dónde llega.
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