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El fallo se dio en el marco de un caso penal contra un exagente de la policia federal.
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La decisión representa un duro golpe al enfoque que el fisco australiano ha mantenido desde 2014.
Un reciente fallo judicial en Australia podría transformar radicalmente la forma en que se gravan las criptomonedas en el país. Un juez del Estado de Victoria concluyó que bitcoin (BTC) debe considerarse una forma de dinero, similar al dólar australiano, lo que implicaría que no estaría sujeto al impuesto a las ganancias de capital.
Esta decisión representa un golpe al enfoque que la Oficina de Impuestos Australiana (ATO) ha mantenido desde 2014, y podría abrir la puerta a reembolsos millonarios para contribuyentes que pagaron este impuesto por operaciones con bitcoin.
El fallo se dio en el marco de un caso penal contra William Wheatley, un exagente de la Policía Federal Australiana acusado de haber robado 81,6 BTC en 2019, cotizados en aquel momento en unos 492.000 dólares australianos durante una investigación vinculada al narcotráfico.
Para el momento de redactar esta nota, tal cantidad de tenencias de BTC equivale a 13 millones de dólares australianos, con bitcoin cotizando alrededor de USD 105.000. Esto representa un total de 8,5 millones dólares estadounidenses (USD).
El magistrado Michael O’Connell sostuvo que bitcoin, aunque es una propiedad intangible, debe ser tratado como dinero local y no como divisa extranjera, acciones o metales preciosos.
Se podrían reembolsar USD 600 millones de impuestos, según Cartland
Si esta interpretación se mantiene en instancias superiores, podría permitir que miles de contribuyentes reclamen reembolsos de impuestos ya pagados. De acuerdo con estimaciones del abogado tributario Adrian Cartland, quien actuó en la defensa de Wheatley, el monto total podría ascender hasta los mil millones de dólares australianos.
«El razonamiento del juez contradice completamente la postura de la Oficina de Impuestos; es decir, bitcoin es dinero australiano y no constituye un activo sujeto al impuesto a las ganancias de capital», explicó Cartland.
La defensa de Wheatley también argumentó que bitcoin no puede considerarse una propiedad en el sentido legal, ya que en realidad se trata de información —una entrada de crédito en un libro contable digital— y, por ende, no puede ser robado. Según Cartland, aceptar que la información digital es propiedad implicaría que elementos como los puntos en un videojuego o los “me gusta” en redes sociales también deberían considerarse propiedad legal.
En su fallo, el juez sentenció: «Considero poco convincente el argumento de que las criptomonedas aún no han alcanzado un estatus comparable al del dinero». Vale destacar que la sentencia solo aplica a bitcoin y a transacciones realizadas a partir de 2019.
Wheatley ya apeló la decisión sobre la naturaleza jurídica de BTC y se espera que el recurso sea tratado más adelante este año. Mientras tanto, el fisco australiano mantiene su postura: las criptomonedas son activos sujetos a impuestos.
Este fallo se suma a una tendencia en la que distintos países están revisando el papel de bitcoin en sus economías. El caso más emblemático hasta ahora ha sido El Salvador, que en 2021 se convirtió en el primer país del mundo en adoptar BTC como moneda de curso legal y activo de su tesorería.
Inspirados por ese modelo, desde Australia también empiezan a surgir iniciativas políticas con una visión similar, como lo reportó CriptoNoticias. Uno de los referentes de este movimiento es John Ruddick, legislador del Partido Libertario en Nueva Gales del Sur, quien ha manifestado abiertamente su deseo de que Australia supere a El Salvador como el país más pro-Bitcoin del mundo.