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$1 mil millones fue el financiamiento de blockchain en el 2017, pero su desarrollo fue muy bajo.
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La consultora McKinsey considera que blockchain es una tecnología prometedora pero inmadura.
La empresa de consultoría empresarial McKinsey publicó esta semana un reporte en donde se afirma que, desde hace unos meses atrás, las empresas han empezado a reenfocar sus estrategias comerciales al momento de implementar blockchain en sus servicios. Una actividad que busca definir los casos de uso de mayor beneficio de dicha tecnología.
En el artículo titulado Blockchain’s Occam problem se destaca que, tan sólo en el 2017, las empresas interesadas en la tecnología blockchain invirtieron más 1 mil millones de dólares. Entre ellas destacan corporaciones como Google e IBM; esta última ha invertido más de 200 millones de dólares en el desarrollo y aplicación de esta tecnología a proyectos relacionados con el Internet de las Cosas (IoT).
Los investigadores de McKinsey aseguran que, aunque se han realizado grandes inversiones en dicho sector y se han identificado más de 100 casos de uso de blockchain en los servicios financieros, en la salud y en la industria del arte, las empresas consideran que el desarrollo de la Tecnología de Contabilidad Distribuida (DLT) a corto plazo no ha sido el esperado.
Entre el 2016 y el 2017 se vivió a nivel empresarial una auténtica fiebre por incorporar tecnología blockchain a sus plataformas. Un fenómeno que la empresa de consultoría ha relacionado con el prometedor futuro de estas tecnologías y su reputación de soluciones altamente innovadoras. No obstante, a finales del 2017 y principios del 2018 estas firmas interesadas en blockchain empezaron a identificar problemas para escalar y adoptar de forma masiva estos servicios a nivel comercial.
El reporte destaca que un grupo importante de instituciones financieras y empresas que han realizado pruebas de concepto (PoC) consideran que «el uso práctico y escalable de blockchain es escaso». Las soluciones que involucran DLT se encuentran en pleno desarrollo. Ellas necesitan una mayor inversión y experiencia para ser implementadas a nivel comercial ya que todavía son muy inestables.
A diferencia de lo que se creía hace unos años atrás —cuando se promocionaba a blockchain como una tecnología que podía solucionar cualquier problema y beneficiar a cualquier plataforma—, hoy en día se recomienda que dichas redes sólo deben ser implementadas en casos de uso donde sean la mejor y más sencilla solución; una nueva visión que también ha sido promovida por el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología de los Estados Unidos.
La navaja de Occam
Blockchain no es «la cura para todos los males». Es decir, no puede aplicarse indiscriminadamente a todo lo que existe esperando que lo resuelva o lo mejore, como una especie de remedio milagroso. El valor más grande que tiene esta solución, según el punto de vista de McKinsey, es su capacidad para democratizar los datos; un enfoque que debe ser tomado en cuenta por las empresas al momento de decidir si implementarla o no en sus servicios.
Para evaluar si implementar blockchain en alguna rama de una industria, McKinsey propone considerar el principio de la navaja de Occam. Este principio afirma que: «En igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la más probable«. Esto quiere decir que, en caso de que blockchain resulte ser una tecnología muy cara o trabajosa para implementar en una plataforma o con un fin, es mejor descartarla y probar con alguna solución alternativa. Por otro lado, si los resultados tras hacer pruebas son positivos, entonces la adopción de blockchain es necesaria en el ámbito que así lo demuestre.
La empresa de consultoría apunta también que toda estrategia comercial que tome en cuenta a blockchain como solución debe primer identificar el problema que quiere resolver, luego aclarar su objetivo empresarial y finalmente medir los alcances comerciales de su proyecto. Siguiendo estos pasos, las empresas pueden ser más cautelosas a la hora de querer implementar tecnologías innovadoras y evitar las pérdidas de dinero en el desarrollo de prototipos que no llegarán a nada.
Blockchain: sus carencias y sus aciertos
En el reporte se afirma que son cada vez más las empresas que han empezado a recalibrar sus estrategias comerciales con blockchain. Con ello reconocen que se trata de una tecnología que todavía está en un período muy inmaduro, que necesita de la cooperación entre empresas para su buen desarrollo y que enfrenta una cierta resistencia social-cultural —elementos que le juegan en contra—.
Más allá de las limitantes, por los momentos se sabe que blockchain ha tenido mucho éxito para casos de uso como cadenas de suministro, registro de tierras, intercambio de acciones, KYC e identidad digital; sectores en donde se destaca como una solución altamente beneficiosa y revolucionaría.
El documento de McKinsey concluye que el 2019 y los años venideros podrían estar marcados por proyectos de blockchain mejor enfocados y con un escrutinio más intenso; los cuales, a su vez, podrían abrir nuevos estándares de datos y gobernanza en las empresas. Sin embargo, ante la especialización de la industria, esto podría equivaler a una reducción en la cantidad de proyectos de nivel institucional; si bien, podría llamar la atención de los sectores no bancarios.
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