En una campaña legal por la aceptación de la tecnología de contabilidad distribuida en el estado de Nevada, el senador Ben Kieckhefer busca marcar la diferencia en Estados Unidos con una actitud abierta para el emprendimiento con nuevas tecnologías.
El senador republicano explicó en una entrevista su deseo de alojar negocios que trabajen con blockchain, por lo que apuesta ofreciendo un entorno legislativo amigable para la innovación, libre de impuestos y sin restricciones de licencia, que promueve desde marzo del año en curso.
Dando un paso adelante por encima de otros estados en este terreno, la propuesta de Ley SB 398 fue aprobada de forma unánime y se mantiene como ley vigente desde el 5 de junio de este año. La legislación permite la operación abierta de empresas que empleen la tecnología, lo cual espera incentivar la presencia de negocios en el estado “(…)tenemos la esperanza de que este entorno llamará la atención de las personas que buscan dónde establecer sus empresas y utilizar sus blockchain”, declaró Kieckhefer.
El representante expresó que se pretende crear un ambiente crear un ambiente operativo seguro y predecible para los negocios de esta categoría, buscando asemejarse al estado de Arizona, que recientemente adoptó su propia legislación para reconocer las firmas de los contratos inteligentes. Además, declaró su rechazo a medidas restrictivas como la BitLicense, apuntando sus esfuerzos en una dirección más colaborativa que la adoptada en Nueva York.
Necesidad de regulación
Nevada posee un entorno favorable para el comercio, sin impuestos sobre la renta personal y sin impuestos sobre la renta para empresas con ingresos por debajo de los $4 millones de dólares. Es por esta facilidad que la adopción de nuevos emprendimientos con nuevas tecnologías que Kieckhefer enfatizó que las regulaciones generarían una estabilidad a largo plazo para operadores de la tecnología de contabilidad distribuida.
Asimismo, el senador republicano también alegó que la existencia de un marco legal específicamente para startups actuaría como barrera contra futuros legisladores y reguladores que podrían ver la tecnología como una “piñata” para nuevos ingresos.
La ley no fue diseñada específicamente para abordar un problema que actualmente existe sino para asegurarnos de no caer en situaciones en las que los gobiernos locales, por ejemplo, quieran regular en materia de impuestos el uso de los blockchain. E ste es un esfuerzo para poner fin a cualquier sugerencia de que los gobiernos locales podrían mirar una tecnología nueva y emergente como una forma de generar ingresos adicionales.
Ben Kieckhefer
Senador de Nevada
Asimismo, el político aseguró que una regulación holgada para la operación de comercios y negocios nuevos, así como compañías reconocidas que deseen experimentar con esta tecnología. «Proporcionar igualdad de condiciones para los negocios de blockchain frente a otros estados y sectores es un componente básico de esa estrategia», declaró.
Además, resalta que la definición de «blockchain» y de «contratos inteligentes» fue un trabajo esforzado, debido a la necesidad de abarcar un concepto válido ante la ley de forma atemporal. Por esto, el proyecto legislativo se dejó «bastante vago a propósito» para que sea continuamente aplicable a los avances de la tecnología blockchain, ya que es una industria que se encuentra en constante expansión.
Por otra parte, la aceptación de la tecnología blockchain también es una ventaja para los usuarios de criptomonedas. El comienzo de proyectos legislativos hacia una tecnología descentralizada podría ser el inicio de un entorno más amigable de la tecnología de las criptodivisas.
Por ejemplo, en el estado de Florida, el comité de apropiaciones recientemente aprobó un proyecto de ley contra el lavado de dinero con bitcoin. Además, la Ley 1241 define a las monedas digitales como «instrumentos monetarios», con la intención de interceptar los intercambios de bitcoin para detectar actividad criminal. No obstante, los textos legislativos, malos y buenos para la tecnología blockchain seguirán surgiendo a la par que los políticos deciden qué es lo mejor para su electorado.